parte vii

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—Mírate.

La voz de Niall la tomó por sorpresa, y Louis corrió la vista del espejo hasta encontrar a la rubia parada junto a la puerta. La música venía tan fuerte del salón que el murmullo del agua corriendo se perdía.

—Con vestido, tacos, y bailando el vals —continuó la rubia.

Louis se encogió de hombros.

—¿Qué puedo decir? Finalmente me convertí en toda una señorita.

Niall rió estruendosamente. Había bebido, de eso no había duda, tenía la nariz colorada y la sonrisa fácil y cuando se acercó Louis notó que caminaba graciosamente.

Ella se corrió para dejarle la canilla, y mientras se lavaba la cara, se sentó en la parte seca del mesón y balanceó los pies en el aire.

—Estaba nerviosa por el baile —continuó diciendo—, pero, como, mi mamá me había rogado que baile con Dan.

—¡Y hasta usas el "como"! —la interrumpió riendo—, en serio te has transformado en una chica común y corriente.

Louis se sonrosó.

—¿Es malo? Como —se interrumpió a sí misma al notar la palabra que dijo, y la rubia rió de vuelta avergonzándola aún más—, es sólo una palabra.

—No tiene nada de malo. Ni lo tenía antes. Es sólo un comentario —Se encogió de hombros. Se secó las manos y agregó—: cambiaste en el tiempo que no nos vimos, pero no pareciera que fuera para mal.

Louis no dijo nada, apenas si se mordía el labio mientras la miraba meditar y buscar las palabras para decir.

—Te ves más feliz.

—Lo soy —respondió—. Por eso quería volver a verte, porque... No parecía justo que no estuviera compartiéndolo contigo.

Una señora entró al baño, sacudiéndolas con sorpresa. Se enderezaron de golpe, como si las hubiesen atrapado haciendo algo prohibido, que era en realidad apenas privado.

—¿Quieres ir al patio? —dijo Niall haciendo un gesto con la cabeza y Louis la siguió.

La música estaba tan fuerte que aturdía y le rebotaba a Louis en el pecho, justo en el corazón, y cuando escuchó a su mamá reír —porque aún con las canciones a viva voz y la muchedumbre de charla y baile, podía oírla a unos metros— la miró y vio que las luces de colores le pintaban como arcoiris el vestido blanco. Se veía tan bonita. Jay le sonrió al descubrir que la miraba y Louis le tiró un beso antes de desaparecer entre la gente y salir afuera.

Fumando un cigarrillo y hablando por teléfono estaba Ashton, con su saco desabrochado y el pelo pegoteado de estar bailando hace un rato.

—Oi, la cumpleañera está aquí, te llamo mañana —dijo y todavía riendo de la conversación cortó el teléfono para acercarse y darle un beso—. Te extrañé —le susurró sobre la boca.

Louis sonrió.

—Estábamos juntos hace diez minutos.

—Una eternidad lejos tuyo —respondió inmediatamente con un exagerado gesto caballeresco, digno de una película de los '30.

Louis sabía que tenía una conversación pendiente con Niall, algo que había comenzado en el baño y que no estaba segura de dónde terminaría, pero prefirió olvidarla por un momento. Ante la risa bulliciosa de su amiga, Ashton había respondido haciéndole un amistoso coscorrón y, quizá era tonto, superficial, pero ese momento en su vida se sentía bien. Casi perfecto (todavía faltaba una pieza, que irónicamente era la más importante). Tanto que Louis sólo se encogió de hombros y después de aceptar el abrazo que su novio le ofrecía, se sentó con ellos junto a la fuente y bebieron una botella robada de champagne.

mad sounds, in your ears / girl!lourryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora