Uno

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Reachel recordaba a ese niño. A ese niño rubio que tanto le llamaba la atención, aquel que desde pequeña quiso conquistar. Lo que ella no recordaba era lo miserable y idiota que aquel ojiverde era. Estaba demasiado ocupada estando enamorada de el para darse cuenta.

- ¡Reachel, baja de inmediato!

Ese grito. Solo ese grito provoco que los ojos de Reachel se inundaran, que comenzara a temblar y que su piel se erizase.

- S-si, e-enseguida.- dijo como pudo.

Abrió su pequeño armario y saco la poca ropa limpia que quedaba. No pudo sepillar su cabello ya que no tenia peine. Antes de bajar miro su reloj.

11:45

Estaba hambrienta.

La madera de las escaleras chillaba de bajo de sus pies, a Reachel siempre le había gustado ese sonido, la tranquilizaba.

- ¿Como estas, preciosa?

Sintió esa voz de nuevo. Reachel no podía creer cuanto le afectaba esa voz en el pasado y ahora, pero de maneras muy diferentes.

- ¿Cuanto tiempo piensas tenerme aquí encerrada?- le dijo mirando a aquellas maderas que cantaban para ella.

- Hasta que te des cuenta de que me amas.- le dijo Alex con voz ronca, aquella que solía volverla loca. Ahora no le causaba mas que miedo y asco.

Reachel se armo de valor.

- Yo jamas te amare.

Pudo sentir como Alex se paraba de su asiento y se acercaba a ella. De manera brusca, puso su mano debajo del mentón de a Reachel haciendo que esta lo mire.

- Repitelo y veras.

- Ya me has hecho de todo. ¿Que mas podrías hacer? - lo desafió.

Alex río sombriamente.

- Te equivocas, Rae...Soy capaz de muchas cosas mas.- le dijo acariciando el cuello de la muchacha con sus labios.

- ¿En que te has convertido?

- No Rae, ¿En que me has convertido?- con su mano roso la cadera de Reachel a lo que esta reacciono.

- No vuelvas a tocarme, maldito.- dijo separándose bruscamente.

- ¿Acaso te molesta?

Reachel asintió, mintiendo descaradamente. Ella sabia que todavía lo deseaba pero no de esta forma.

- La verdad es...- dijo Alex - Que no me importa.

Dicho esto, se avalanzo hacia Reachel, besándola bruscamente. Tocando todo su pequeño cuerpo con sus inmensas manos. Reachel estaba aterrada, Ella sabia que es lo que sucedería pero no podia permitirlo. No de nuevo.

Decidió que ese era el momento de demostrarle a Alex que ella no era una simple mierda a la cual podía cogerse siempre que quisiera. Y por una vez en mucho tiempo tuvo confianza. Se separo de el girando su cabeza hacia un lado.

- Respetame. Respeta lo que te he dicho. -le dijo incapaz de mirarlo a los ojos. Comenzó a respirar entrecortadamente mientras sentía como toda la ira se apoderaba de ella. - No. Vuelvas. A. Tocarme.

Su escalofriante risa baño todo el salón, dejándolo así, mojado de un terror que no podria secarse jamas.

- Algo que no comprendes, querida Reachel, es... Que ya no me importa nada. No me importa violarte, no me importa si te duele. Ya he llegado hasta aquí. Y aunque no puedas creerlo es por tu culpa. Tampoco importa si no te respeto por que en esta posilga mando yo y acepta que jamas te iras de aquí hasta que yo muera.- soltó acercándose mas a ella provocando que Reachel derramara lágrimas. -¿Y sabes por que? Por que fuiste, eres y seras mía.- le susurro.

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