Asylum - Larry Stylinson

Capítulo 7

—Hola detuvo, Harry.

Se retorció en la silla mientras que el Dr. Cowell caminaba hacia él; trató de alejarse pero era bastante inútil luchar contra las duras correas que lo ataban. Sólo consiguió una pequeña sonrisa torcida de parte del doctor que en un principio él creyó tan inocente.

—Ahora, Harry, creo que sabes por qué estás aquí, ¿cierto? —El doctor le dio una pequeña mueca simpática pero Harry se negó a responder. Cowell corrió hacia él y lo agarró del cabello, girando su cuello para que lo mirase y el inocente rostro fue reemplazado por uno llena de locura—. Respóndeme —silbó Cowell.

—S-sí —tartamudeó mientras trataba de apartar las repentinas lagrimas que se acumularon en sus ojos por el fuerte dolor de su cuero cabelludo. Cowell lo dejó ir y Harry suspiró en alivio.

—Tratar de escapar es una ofensa muy seria, Harry. Aunque no me puedo imaginar por que harías tal cosa. ¿Alguien fue malo contigo? —preguntó Cowell mientras sacaba un taburete para sentarse frente a él. Harry mantuvo su boca cerrada y lo fulminó con la mirada como la última vez. ¿Estaba siendo serio ahora? Tenía que estar loco.

—¿No quieres hablarme? Bueno, supongo que es entendible. ¿Qué tal una pequeña sacudida para conseguir que tus pensamientos fluyan? —dijo Cowell casi compasivamente. Los ojos de Harry se ampliaron con miedo, incluso si en el fondo supiera lo que iba a conseguir. Cowell chasqueó los dedos a alguien desconocido que estaba detrás de la silla y Harry se tensó, esperando los voltajes de electricidad recorrer su cuerpo. No tuvo que esperar tanto antes de estar sacudiéndose, luchando contra las correas para escaparse y luego... sólo así terminó. Su corazón palpitaba con fuerza junto con su cabeza, que cayó hacia adelante mientras que su pecho subía y bajaba rápidamente.

—Siempre me gusta usar un poco de electricidad para que mis pacientes se suelten. —Cowell corta sus pensamientos y Harry traga, cerrando sus ojos—. Así que Harry, dime, ¿por qué tratabas de escapar? —Harry lentamente levantó su cabeza hacia él y puso su mirada más glacial.

—Porque ustedes son unos monstruos —silbó Harry y Cowell frunció el ceño, viéndose realmente herido.

—¿Monstruos? Oh, Harry, creo que tú eres los monstruos —Cowell sonrió siniestramente y se inclinó de vuelta en su silla, cruzando sus piernas y colocando sus manos encima de sus rodillas.

—¿A qué te refieres? —preguntó, tosiendo un poco para aclarar su garganta y Cowell sólo suspiró.

—No tosas en la silla, hijo. No hagas que los otros pacientes se enfermen.

—Oh, me alegra saber que piensas en nuestro bienestar —escupió Harry de vuelta.

—No me importa, Harry. No estoy seguro de por qué no puedes entenderlo. Y, ¿qué estaba diciendo? Ah, cierto, monstruos. Harry, no creo que te des cuenta cuan enfermos están todos aquí. Toma a tu querido amigo Louis de ejemplo. —Harry amplió sus ojos ante el nombre de Louis. Él no cree que Cowell realmente haya puesto atención a con quien se junta pero de repente sintió que tenía que proteger a Louis.

—Deja tranquilo a Louis —silbó Harry y rodó sus ojos y todo lo que Cowell hizo fue reír.

—Oh, Harry, tiene mucho que aprender. Creo que unos días aquí te harán bien. —Cowell asintió y se puso de pie antes de acercarse para susurrar en su oído—. Nadie se puede escapar de mí.

Eso fue la última cosa que escuchó antes de que los voltios de electricidad corrieran a través de su cuerpo y un grito inhumano saliera de su garganta y finalmente se desmayara.

*

Harry despertó de nuevo, todavía atado a la misma silla y con su cuello desplomado hacia delante. Gimió mientras que intentaba estirar las ataduras que tenia en los músculos del cuello, pero fue en vano. Abrió sus ojos lentamente, pestañeando para aleja el sueño, aunque fue muy difícil hacerlo sin sus manos. Estaba más luminoso en la habitación, aunque todavía bastante oscuro y le gustaba más así porque eso significaba que no vería los... instrumentos de tortura.