Capítulo 1.

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Cogí las llaves y me despedí de mi gata. Revisé que llevaba todo, y cerré la puerta de mi piso en un portazo. Bajé a la planta baja. Tenía que darme prisa, o sino, perdería el metro. Compré el billete. Bien. Había un sitio. Me senté en él y esperé pacientemente a que llegara a mi destino. Llevaba unos vaqueros desgastados y unas converse blancas. También un jersey negro. Era invierno, y llovía. Mierda. No he cogido paraguas.


Se abrió la puerta y entró un chico. Parecía más mayor que yo, pero solo un año. Era castaño, bastante alto. Era muy atractivo. No puedo decir que me enamoré de él, pero al menos pensé que quería pertenecer a una parte de su vida.


Se sentó en un hueco libre a mi lado. Estaba lo suficientemente cerca de mi como para que pudiera olerlo. Olía extremadamente irresistible. Tenía el pelo mojado. Él tampoco llevaba paraguas. Tenía las manos grandes, y tenía las venas muy marcadas. Puf. Me encantaba. Las apoyó en el asiento, tocandome un poco el muslo. Un escalofrío me recorrió por toda la espalda, hasta llegar a mi garganta. Llegó la siguiente parada. Se levantó y armoniosamente, salió por la puerta por la que había entrado. No sin antes mirarme a los ojos. Al irse, me dejó un vacío en mi interior. Mis ojos se veían tristes sin su presencia. ¿Me estaré empezando a enamorar?

Te volveré a enamorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora