Realidad, no tan bendita realidad

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¡Escuchen la canción!

Las vacaciones llegaron a su fin y era momento de volver a clases. A pesar de la época en la que nos encontrábamos, el cielo se encontraba teñido de un azul grisáceo y las nubes se unían entre si como bolas de merengue.

"Girl, evening. Can I guess your name?"

Me removí bajo las sábanas mientras sonaba la alarma. Despertarme no estaba siendo para nada fácil, aunque probablemente el hecho de que me hubiera dormido a las dos de la madrugada por estar escuchando música y leyendo en mi celular no era lo recomendable. Comencé a escuchar la canción cada vez más lejos, mientras mis ojos amenazaban con cerrarse, hasta que llegó el coro y canté tan afinadamente como podía a esa hora de la mañana (o a cualquier hora del día).

Your lights on, your lights on

Los ángeles cantores estarían felices... en el infierno, con tapones en los oídos.

"Good morning, do you feel alive?"

˗Totalmente no ˗dije apagando la música.

Me recosté en la cama y miré el techo.

˗Yo puedo hacerlo.

***

˗...Eso es todo. Pueden ir a sus salas.

Todos comienzan a levantarse y Camila me codea desde el asiento del lado para que despierte y me levante también. Primer día, no estás funcionando como lo planeé.

Camila es mi mejor amiga desde hace tres años, tiene el pelo largo y oscuro, una sonrisa de anuncio de pasta dental y unos ojos cafés que guardan miles de atardeceres. Eso es algo que ella ama, se ha ganado su apodo de "princesita".

˗Así que, ¿qué tal la playa?, ¿cuándo conoceré a tu loco amor de verano? ˗me interroga camino a nuestra sala de clases.

˗Nada de locos amores de verano para mi. Solo quemaduras y un par de vejestorios de la nueva casa.

˗¡La nueva casa! Oh, lo siento. Lo olvidé totalmente. ¿Ya terminaste de mudarte?

˗Hace una semana.

˗Te recompensaré no haber ido, lo prometo.

˗Tranquila ˗digo divertida, es tan dramática a veces˗. ¿Qué tal tu verano?

Hablamos vanalidades y al llegar nos sentamos en los asiento del medio, en la segunda fila.

Pronto, la sala comienza a llenarse de los rostros conocidos de compañeros eternos que he tenido desde el jardín de niños.

¿Creías que el chico lindo de dientes de lata iba a aparecerse y sonreírme, para luego sentarse junto a mi y mirarme con sus hermosos ojos? Pues, no. Eso no sucedió.

Las clases pasaron lentamente entre saludos de profesores y tráfico de chocolate bajo las mesas, para terminar momentáneamente a la hora del almuerzo.

Llegué a casa arrastrando la mochila y los pies. Luego caminé hasta la cocina y saludé a mi mamá de un beso, al que siguieron las típicas preguntas de madre un primer día.

˗¿Pasa algo Ivi?, te veo somñolienta.

˗Lo estoy. ¿Puedo quedarme y dormir? ˗pregunté, poniendo mi mejor cara de perro mojado.

˗No, no puedes. ˗contestó ella firmemente. Las caritas no sirven con ella, lamentablemente.

Subí, me lavé los dientes y me miré al espejo. Casi me desmayo. Normalmente no me maquillo, pero la situación lo ameritaba. Fui a mi habitación y rebusqué en el cajón en el que guardo mis labiales. Removí un par de cosas y saqué el rímel, mi encrespador, un delineador negro y base. Rápidamente arreglé mi aspecto y me disponía a cerrar el cajoncito, con el maquillaje en su lugar, cuando vi el collar. Lo tomé y miré un momento sus detalles. Me lo puse y bajé las escaleras para volver al colegio.

***

Nunca me había sentido tan loca como en aquellas horas de clases. Escuchaba voces por mil, mezcladas con murmullos y lecciones del profesor de turno. Cuando llegó la hora de matemática solo escuchaba a mis compañeros resolviendo sus ejercicios, pero, y aquí viene lo que me ponía los pelos de punta, nadie estaba hablando. Todos tenían sus labios sellados: simplemente gesticulaban, escribían y luego borraban para volver a escribir.

Pedí permiso para ir al baño y corrí por el pasillo hasta mi destino. Abrí la llave del grifo y sumergí mi cara en el agua fría de mis manos. Levanté la cabeza y recordé que estaba maquillada. Oh, no. Me lavé rápidamente, pero no funcionó. Incluso podría decir que estaba peor. No, no, no. ¿Qué hago ahora?

Cami... Le envié rápidamente un mensaje deseando que estuviera con su celular a mano. Por favor, por favor.

˗Gracias, gracias, gracias. Me acabas de sacar de la clase de matemática más aburrida del año ˗dijo Cami entrando al baño˗. Oh, por Dios. ¿Qué acaso no sabes que el maquillaje no se lleva bien con el agua?

˗Primero: lo siento, pero no pensaba en ti cuando envié el mensaje; Segundo: es la única clase de matemática que hemos tenido en el año ˗en este punto mi amiga arugó la nariz mientras bufaba˗ y tercero: sí, lo sabía, pero no estoy en mi mejor momento, yo lo olv...

˗Está dramatizando.

˗No estoy dramatizando. Me siento mal Cam. ˗argumenté. Levantó su cara instantáneamente después de mi comentario y me miró con los ojos abiertos como platos˗. ¿Qué?

˗Tú... Yo... Yo no dije nada.

˗Claro que sí. Dijiste, y cito, "está dramatizando" ˗dije mirándola mal.

˗No. Estoy segura. ˗Sus ojos amenazaban con salirse de su cara y su boca se abría como la de un pez.

˗¿Cómo lo hiciste?

˗¿Hacer qué?

˗¡Acabas de hacerlo otra vez! Diablos Ivs, ¿qué pasa contigo? ¿qué pasa conmigo? ˗dijo apuntándose con el dedo luego de la última pregunta ˗. Puedo jurarte que eso no lo dije. Lo pensé. ¡Lo pensé! ¡Acabas de leer mis pensamientos! ˗La morena comenzó a moverse por el baño mientras se agarraba la cabeza. De pronto paró, me miró y bajó la vista a mi collar ˗. Debería calmarme. Estoy actuando como una loca.

˗Exacto. ¿Qué? ¿Leí tus pensamientos otra vez? ˗dije al ver su cara.

˗No, eso es una locura. Yo... iba a preguntarte sobre el collar. Está lindo. ¿Dónde lo conseguiste?

<<Gran cambio de tema>>

˗Estaba en una caja... en la casa nueva ˗completé cuando me miró sin comprender˗.

˗No lo mencionaste antes, ¿puedo probármelo?

˗Claro ˗dije alargando la a˗, después podemos sentarnos a conversar y perder las siguientes clases.

˗¡Gran idea!

˗Se llama sarcasmo.

˗Oh ˗se lamentó, poniendo sus manos sobre las caderas y frunciendo el seño.

˗Lamento haberte desilusionado, pero eso puede ser después. Necesito maquillaje.

˗Necesitas un corazón.

***

Me sentía como en un parque de diversiones: rodeada de voces cada segundo y sin siquiera poder escuchar mis pensamientos. Además, estaba mareada y tenía un horrible dolor de cabeza.

Mamá llegó a buscarme unos minutos después de finalizada, la más larga y psicológicamente agotadora, hora de matemática; Con cara de madre comprensiva y la promesa de una cama calentita y Aspirinas esperándome en casa.

***

Me arrojé a la cama sin consideración hacia Manolo y Eugenia, quienes descansaban junto a mi almohada con sus caritas sonrientes y su relleno de felpa. Solo quería dormir, pero el uniforme me lo impedía, así que me deshice de él, me enfundé mi "maduro" pijama de ovejas saltando vallas, y me quité el collar, que dejé sobre la cómoda para después caer en brazos de Morfeo.

*****

Tal vez no está tan largo, pero creo que tiene un par de cosillas interesantes y sé que probablemente la canción no les calzó a la perfección, pero quería que la escucharan :D Comenten que les pareció, hasta la próxima mis animalitos acuáticos :*

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2015 ⏰

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