One

3.3K 139 0
                                    


―Joshua, señorita. La reservación está a nombre de Joshua Ross―repetí con algo de exasperación.
La rubia me miró molesta, quizá por el tono en que le hablaba, pero ella tenía la culpa. Revisó de nuevo en su lista y se giró para tomar una llave.
―Disculpe ―murmuró, estirando aquel pedazo de metal hacia mí.
Fruncí el ceño y le arrebaté la pequeñísima llave. Tomé mi maleta y caminé hacia el ascensor.

<< ¿Quién es el idiota que se atrevió a hablarte así?>>

Me giré por inercia.
―Joshua Ross―contestó la rubia incompetente con un tono de burla.
La otra chica levantó la mirada. Sus ojos eran grandes y brillantes. De un café muy brillante. Café vida. Aquellos redondos entes se cruzaron con mis ojos. Me hizo temblar un poquitín, lo acepto.
― ¿Y en qué habitación va a hospedarse? ―preguntó de nuevo, ignorándome por completo.
La otra chica tembló. Juro que me hubiera encantado mirar su expresión en aquel momento, porque estaba guiándonos a lo que el destino quería, y simplemente ella jamás lo supo.
―En la tuya...
La morena hizo una expresión tan... inexplicable que casi me voy de espaldas al tratar de reprimir una risa.
El hotel Alexandria de Bristol era el más viejo y demandado de todo el lugar. Definitivamente esperar una semana para que mi reservación fuera aceptada había valido la pena.
Algo me decía que mi estancia en aquel sitio me traería muchos momentos. Y no me equivoqué.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora