NO PODÍA DEJAR DE ESCUCHARLO

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Las llamadas se hicieron cada vez más constantes, casi 3 o 4 por semana, a veces hasta dos veces al día, todo era tan raro, cuando no eran llamadas, eran mensajes o correos deseándonos buenos días y detalles similares.

Éramos como los mejores amigos o algo así, hablábamos de todo un poco, siempre respetando ciertos límites, no tocábamos ciertos temas, él siempre mencionaba que tenía una historia muy fuerte que me quería contar pero que todo a su tiempo y que preferiría hacerlo en persona, siempre respete su decisión.

Un día antes de que yo saliera de vacaciones platicábamos como cualquier otro día, íbamos a estar una semana sin hablar, y entre amigos esas cosas no deben de importar, pero con él si importaba, era parte de nuestra rutina hablar todo el tiempo así que sería raro una separación temporal.

-Sarah, por favor cuídate mucho en tus vacaciones, y disfrútalas mucho - sonaba algo serio diciéndolo, a la vez contento porque sabía que merecía un descanso.

-Claro Axel me cuidaré, prometo tomar muchas fotos, cuando regrese te las envío, estoy muy emocionada - lo dije con normalidad, él sabía que viajaría con algunas amigas a la playa, y que el plan no era ir sólo de fiesta sino que queríamos descansar.

-Me parece perfecto, también tómate unas perlas negras por mi - en ese tiempo esa era mi bebida favorita cuando iba a algún bar, le conté en numerosas ocasiones lo mucho que me gustaba ese cocktail así que era obvio que si en mi viaje se presentaba la oportunidad, tomaría algunas. - Pero no muchas, no quiero que por mi culpa te pongas borracha, pero diviértete mucho-.

-Prometo, bueno más bien intentaré ponerme borracha sólo por mi culpa, aunque cooperarás si me tomo algunas a tu salud, pero alguien tiene que trabajar - lo dije bromeando como para disipar la seriedad en su voz - Además, va a ser todo tranquilo, tenemos más ganas de descansar que otra cosa, así que no te preocupes, todo estará bien-  Y colgamos. 

Mientras disfrutaba de mis vacaciones, una tarde recibí un mensaje por Facebook, era de él.

D:"Señorita linda, espero la estés pasando muy bien, mándame fotos ya. Qué tal está el hotel?, Han salido mucho de fiesta tu y tus amigas? Ya andas rompiendo corazones por todo Los Cabos acaso?"

Tuve que leer un par de veces el mensaje, era demasiado extraño que me escribiera, decidí no preocuparme por esas cosas e ignoré su mensaje. Pasaron varias horas y recibí uno más.

D: "Sarah, disuclpa que te moleste, pero de verdad quiero saber cómo estas?, han pasado tan sólo 2 días desde nuestra última llamada y pareciera que ha sido una eternidad, me gustaría llamarte a tu celular, me puedes pasar el número por favor?"

Nerviosa solté el teléfono, mis amigas sorprendidas también de la situación me aconsejaron que lo dejara así, pero había algo dentro de mí que realmente quería escucharlo de nuevo, así que decidí responderle.

S: "Hola Axel, el hotel es hermoso tal y como se ve en las fotos que te mostré cuando estaba planeando el viaje; casi no hemos salido, el hotel está muy lejos de la civilización como para salir todos los días, hemos preferido quedarnos aquí. Y no, no he roto ningún corazon en Los Cabos, o almenos que yo me haya dado cuenta. Te mando fotos para que veas lo hermoso que es todo"

A: "La verdad creí que no responderías, que pensarías que estoy loco, me alegra tanto saber que estás bien. Sarah, quiero escucharte de verdad, dame tu número por favor para llamarte."

S: "Axel, yo también quiero escucharte, pero crees que esté bien que te dé mi número?, no quisiera tener problemas, aunque igual y ya es demasiado tarde para pensar en eso"

A:"No se si está bien o está mal, y tampoco me interesa, lo único que quiero es escucharte".

S: "Está bien, es el 5551234567"


Escuché sonar el teléfono y mi corazón comenzo a palpitar de tal modo que sentía que se me iba a salir. 

- Bueno?-

-Hola Sarah, no sé que me pasa, pero necesitaba ya escucharte, cómo estas?-

_Bien Axel, estás bien?, esto es muy extraño.-

-Jamás me había sentido mejor Sarah, siempre cuando te escucho estoy bien, disculpa mi atrevimiento-

-No te preocupes, solamente es extraño-

Hablamos un par de minutos de cosasas sobre el viaje, comentamos algunas de las fotos que le envié y colgamos.

A mi regreso, hablamos con mucha emoción, era como si nuestras almas hubieran esperado esa llamada cada minuto de los días que estuvimos distanciados, no es como que hubiéramos estado juntos alguna vez, pues la distancia geográfica era evidente el de una ciudad, yo de otra, lo único que nos unía era el teléfono.

Por una extraña razón dejamos de hablar un par de semanas, de mi parte porque tenía trabajo acumulado tan sólo de esa semana de ausencia, y de pronto me acostumbre a no hablar con él.


Aún todo puede pasarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora