TENER QUE APARENTAR

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Los días previos a la visita en el trabajo actuaba como si todo estuviera bajo control, preparando todo para recibir al cliente en cuestión, enfocandome en que cada elemento del intinerario fuera exclusivamente enfocado al trabajo, puse todo mi empeño buscando no dejar ni una sola actividad fuera del objetivo de la visita, nada extracurricular, nada fuera de horas laborales, nada que diera pie a que tuvieramos oportunidad a si quiera pensar en hablar de lo nuestro, si es que se le podría llamar así. 

LLegó la esperada o no tan esperada visita, arregle todo de tal manera que un chofer lo recogiese en el areopuerto, para evitar que en el trayecto se provocara algun tipo de situación que nos pudiera comprometer. Como era de esperarse, el chofer lo llevó a la empresa, donde yo lo esperaba ya en la puerta para recibirlo y darle un recorrido de rutina, solicitado por él. Lo vi entrar, vestía un traje ajustado a la medida color gris oxford, camisa blanca y una corbata de seda, que le daba un toque especial, más sabiendo que esa corbata se la habia enviado yo como regalo de navidad previo a su desaparición, aun no se sé si se la puso intencionalmente para verme o simplemente la vestía porque iba bien con su atuendo de ese día. 

Nos saludamos con toda la formalidad que la situación requería, estrechamos la mano y nos sonreimos, hacer algo más podría llevarnos al desastre, además de que en este punto aunque era claro que no habia ya nada en el ambito personal entre nosotros, estabamos obligados a mantener la cordialidad por el bien de nuestra vida profesional, o almenos así lo veía yo. 

- Bienvenido a AMP, ingeniero- dije en tono amable.

-Muy amable señorita, me alegra estar aqui con usted, perdón con ustedes - sonrio. 

-Nos alegra a nosotros tenerlo de visita, espero haya tenido un excelente viaje - nuestras manos seguian estrechadas, como si no quisieramos perder la cercania, como si los dos supieramos que ese iba a ser el único encuentro físico que tendríamos. 

-Gracias, fue un vuelo magnífico - me veia fijamente, sin soltar mi mano, incluso puso su otra mano en mi hombro. 

Nos quedamos así por un par de segundos, en silencio viendonos. Sentía como mi corazón se aceleró en el instante que me vio a los ojos, cómo resistirme a esa mirada que me cautivo desde que lo ví por primera vez.

Reaccioné y rápido comencé a hablarle de manera cordial -El director le manda decir que espera que se sienta como en casa. Le parece que comencemos con el recorrido por la empresa? -  suspire y dando un paso hacia atras solté su mano. 

- Si claro comencemos por favor - respondió resignado a que ese pequeño momento de cercanía habia terminado. 

Al finalizar el recorrido, nos encerramos en una oficina a revisar asuntos propios a la visita, sin nada relevante que contar, ningun gesto o acción que nos pusiera incómodos. En más de una ocasión me sorprendí viendolo detenidamente, como si lo analizara, como si con tan sólo verlo trabajar así tan cerca de mí estuviera en mi lugar feliz, por el simple hecho de estar a su lado. Cada que me daba cuenta que estaba como puberta viendolo sacudía la cabeza y retomaba el trabajo. 

Cuando terminamos las actividades del día, me pidió que lo llevara a su hotel a descanzar, porque el chofer que le designó la empresa no iría por él ya que algún alto funcionario le pidió que realizara algunos pendientes y no le daría tiempo de terminar y llevarlo al hotel. Consideré decir que no, y pedirle un taxi, pero estaba consiente de que si mi jefa se enteraba de que habia mandado a nuestro cliente por su cuenta, estaría en muchos problemas.

- Claro, yo lo llevo, sólo espéreme unos minutos aqui necesito recoger mis cosas - sonreí amable.

- Está bien, aqui la espero Sarah - hizo una pequeña pausa y suspiró - y por favor ya déja de hablarme de usted, no hace falta tanta formalidad, creí que ya habiamos pasado esa barrera, que ya habia confianza como para hablarnos en un tono más relajado - me vio, esperando mi respuesta.

-Tengo que ir por mis cosas, no tardo - me aleje de él caminando a prisa, confieso que quería correr y dejarlo ahí abandonado, hablar más relajados era peligroso, hablar relajados me llevó a enamorarme de él, hablar relajados me llevo a que me rompiera el corazón.

Recogí mis cosas rapidamente, con las manos temblorosas, la respiración acelerada, repitiendome entre dientes "calma ya casi termina el día, no lo olvides eres una profesional". Le notifiqué a mi jefa sobre mi partida. 

- Sarah, sólo ten cuidado, no olvides que este trato es muy importante, como mujer entiendo que esta situación resulta ser sumamente dificil para tí, pero como tu jefa te digo que te enfoques, no pierdas de vista el objetivo por favor. - lo dijo con tono de preocupación. 

- No te preocupes Karen, tengo todo bajo control. Nos vemos mañana - me despedí diciendo "adios" con la mano y salí de su oficina.

Regresé a la oficina donde se encontraba Axel, estaba de pie y de espaldas a la puerta, apreciando la vista privilegiada de la ciudad que el edificio de la compañía ofrecía. 

- Axel, nos vamos? - 

-Si, vámonos-

Caminamos al estacionamiento sin cruzar palabras, el silencio nos invadió a tal grado que creo que tanto él como yo podíamos escuchar nuestra respiración. Nos subimos al auto, continuamos en silencio todo el trayecto hasta el hotel. 

- Sarah, ya estamos fuera de horario laboral, podemos hablar? - me preguntó antes de que entrara con el auto a la rampa del hotel.

- Axel, no es necesario de verdad, no me debes ninguna explicación, sólo tu sabes porque y cómo pasaron las cosas - dije mientras paraba el auto. 

- Si es necesario Sarah, te debo una explicación. Lo mínimo que mereces es saber qué pasó, porque hice lo que hice. Por favor dame oportunidad de explicarte - tomó mi mano de la palanca de velocidades, y la estrechó contra la suya- Por favor, necesitamos hablar. 

Solté su mano bruscamente - no, no necesitamos hablar. Ya es demasiado tarde Axel, perdón pero el hecho de que sigamos ligados laboralmente no significa que tengamos que ser amigos y mucho menos otra cosa - dije molesta- así que por favor seamos lo suficientemente maduros y continuemos con una relación cordial como hasta el momento-

-De verdad quieres eso?-volvió a tomar mi mano- porque yo no, por favor dame la oportunidad de explicarte que pasó. Si despues de escucharme aún quieres que nos reservemos a ser cordiales, lo entenderé - pauso un momento sin soltar mi mano, somo si esperara que le respondiera - Está bien piénsalo y después me das tu respuesta, tenemos toda la semana para platicarlo - me soltó y abrió la puerta- Gracias por traerme nos vemos mañana, usted va a pasar por mi señorita Sarah? - 

- Si, si yo vendré por usted a las 9 am - dije mirando al piso.

Y se fue. 

Aún todo puede pasarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora