Domingos Grises

20 1 0
                                    

Cada fin de semana esperaba ansioso la llamada de Jimena, pero nunca llegó. Me pasaba casi todo el día encerrado en mi cuarto, pensando si había hecho lo correcto, "En el corazón no se manda" pensé mientras intentaba contener las lagrimas.

 Me acuerdo perfectamente que todos esos fines de semana estaban siempre nublados, como que el cielo se compadeciera y compartiera mi estado de animo. De vez en cuando llovía, a pesar de aún no comenzar oficialmente el invierno. Para ser mas precisos, los días grises me acompañaban en mis días de soledad.

Me di cuenta que había algo raro en el salón, algo que me sorprendió por completo: Josue. Desde que estuvo con Jimena no era el mismo de antes, había cambiado y rotundamente. ¿Podría ser cierto? ¿Pudo haberse enamorado? ¿Pudo haber cambiado su manera de ser por amor?.

No!, no puede ser tan simple-dije yo. Y como si una voz me susurrara en el oído:" En el corazón no se manda". Volví donde empecé y pude comprender que era verdad, el amor ha triunfado contra todo pronostico y había vencido a uno de los mujeriegos más grandes del colegio.

Por primera vez, después de mucho tiempo; todo tenia sentido, pero no sabia que hacer, ni sabia si eso me debería hacer feliz o triste. Mire al cielo en busca de respuestas pero solo recibí frío del sur.

En ese momento, mi madre me llamó y me dijo que era alguien al teléfono; mientras me dirigía pensaba que era Jimena y que quería salir conmigo para conversar pero no. Era Dayana, se había enterado de que ahora pasaba mis fines de semana solo en mi casa, y me invitó a la suya para conversar.

No dude ni un segundo, quería salir, no quería pensar; quería olvidar.

All WaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora