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-¡ARRE UNICORNIO! ¡LLÉVAME LEJOS DE AQUÍ!-le grite a ese gran unicornio que se encontraba debajo de mi.

 El bicho me miro extraño y luego salió corriendo haciendo que mi trasero impactara con el duro suelo blanco.

-¡COBARDE!-le grite indignada, era mi oportunidad para no tener que viajar a Los Ángeles.

(...)

-Mel...-sentí que sacudían mi cuerpo de una manera suave- Mel.-volvieron a hacerlo pero esta vez con un poco más de fuerza... seguí durmiendo.

 Sentí como lanzaban un suspiro y luego se alejaban. Sonreí satisfecha y me volví a acomodar entre mis cálidas sabanas. 

-¡MELANIE COLLINS, TE JURO QUE SI NO TE LEVANTAS EN ESTE INSTANTE YO... YO... YO ROMPERÉ TU CELULAR CON MI HERMOSO MARTILLO!-grito mi madre desde el salón.

 Mis ojos se abrieron rápidamente y salte de mi cama. Sabia que todo lo que mi madre decía era verdad y... era mejor no hacerla enojar desde tan temprano.

-YA ESTOY DESPIERTA HERMOSA MADRE.-le grite mientras me estiraba.

 Camine perezosamente hacia el baño, mis pies se arrastraban por el frió piso blanco y mis manos trataban de desenredar un poco mi cabello.

-Oh, buen día cariño.-dijo mi madre caminando hacia el lavadero con la canasta de ropa sucia en sus manos- ¿Eso lo tiraras a lavar?-dijo señalando mi remera.

 Hay veces que me sorprende la bipolaridad de mi madre; en un momento te puede estar gritando de odio porque no te levantas y luego te puede sonreír y darte pastelitos para premiarte.

-Eh... si, si, seguro.-dije todavía dormida.

-Entonces cuando salgas del baño llévala a la lavadora... y acuérdate de que tu vuelo sale a las 12.-dijo y entro a la habitación.

 Agh, el viaje, el tan No deseado viaje. Todo por un puto malentendido. Si la directora no hubiese entrado justo en ese momento todo hubiese sido diferente. Pero... todo pasa por algo.

 Suspire pesadamente y abrí la ducha. La temple y entré a relajarme. Luego de 16 años viviendo aquí, en California, mudarse a un lugar nuevo sería extraño. Dejar todas mis amistades, mis recuerdos, mi... vida aquí. Claramente volveré a visitar todo, pero no será lo mismo.

 Se preguntaran porqué me voy, qué hice, qué paso; pero lo único que yo voy a decir al respecto es que es una injusticia de vida.

(...)

-Cariño... te extrañaré, pero es lo mejor para ti.-dijo mi madre delante de mi.

 Nos encontrábamos en la cocina desayunando sus ricas galletas mientras ella me hacia la despedida para luego no tener que decirla rápidamente en el aeropuerto.

-¿Por qué no me cambiaba de instituto? Quiero decir... no es el único que hay aquí ¿Verdad?_le pregunto con la mitad de una galleta en mi mano.

  Mi madre niega con la cabeza y sonríe tiernamente.

-Tu hermano se preocupo por tu reputación aquí luego de eso... sabes que la directora Polleer es muy querida en todos lados y tu lo sabes muy bien.-dijo negando con la cabeza.

-Si, pero...

-La decisión ya esta tomada Mel, iras a Los Ángeles.-dijo mi madre parandoce y caminando hacia las escaleras- Y no se discute más.-dijo para luego subir.

 Suspire rendida y me hundí en el asiento, según me había contado mi madre, mi hermano vivía con sus 4 amigos. Eso me daba intriga, quería saber con que clase de persona se juntaba ese idiota, pero por otro lado me quería quedar aquí, con mis amigos, mi madre, mi pared.



¿Por qué a mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora