|Narra Ashley|
Corrí en dirección a aquella gran puerta. No tenía muy claros mis sentimientos. Tres preguntas rondaban en mi cabeza:
¿Quiero a Newt? ¿Quiero a Minho? ¿Como puedo salir de aquí? Me centré en la última, me centré en poder escapar de ahí, en encontrar la salida hacia lo que pensaba que era un mundo mejor. Tenía que ser la solución a todos los problemas de todos aquellos chicos a los que ni a la mitad había llegado a conocer. Mis piernas se movían a una velocidad extrema mientras mi mente intentaba sacar de mi cabeza la imagen del rostro de Newt y Minho.
Llegué rápidamente al Laberinto, oyendo levemente las voces de mis compañeros, pidiéndome que regresase, que no siguiese adelante. Sacudí mi cabeza, me adentré en aquellos muros y giré varias veces por los largos pasillos para ponérselo más difícil si intentaban venir a buscarme.
Alcancé un punto en el que pensé que nadie me encontraría. Me senté y tragué una gran bocanada de aire, recuperando el oxigeno que había perdido al correr. Apoyé mi espalda sobre la fría pared y dejé la mente en blanco y rápidamente caí en un profundo sueño.
Un sonido muy familiar me despertó. Unos chasquido metálicos que se acercaban más y más a mi posición. Cerré fuerte los ojos, esperando a que mi hora llegase. Quizás era mejor así, sólo había traído problemas.
Su viscosa boca se acercó a mi y me hecho el aliento en la cara. Después de eso no pasó nada, el lacerador se dio la vuelta y se fue por donde había venido. -Es verdad, soy inmune al ataque de los laceradores- pensé. En el fondo me alivié, no quería morir. Pensé en Minho y en Newt, ya era hora de aclararse las ideas. Newt era un chico tan dulce que si le rompiese el corazón, yo también me haría daño. Pero Minho fue el que había logrado robarme el corazón y que por su forma de ser me conquistó. A Newt solo le veía como un amigo hasta ahora pero Minho... ¡Dios! Ashley, busca una salida y punto.
Me puse en marcha hasta que no pude más y me desplomé en el suelo, golpeándome la cabeza contra la piedra. ¿Por qué me tuvieron que enviar aquí? Solo les he causado problemas y discusiones. ¿A quién se le ocurriría enviar a un grupo de chavales a un maldito Laberinto? Suspiré y cerré los ojos. Estaba cansada y no quería continuar, me quería quedar en el suelo para siempre. Era una sensación de calidez, de no querer moverte para que los problemas no te afecten.
-¡Ash! -Oí gritar a alguien e instantáneamente abrí los ojos, era Minho- ¡Oh, Dios mío, Ashley!
Sus pasos se aceraron deprisa hacia mí y noté como sus brazos me rodeaban para darme la vuelta y poder verme la cara. Yo entreabrí los ojos un poco, era como si me hubiesen anestesiado. Minho tenía los ojos rojos y llorosos, el labio inferior le temblaba.
-Dime algo, lo que sea -Dijo con la voz rota.
-Pingajo -Contesté y lo pude ver sonreír.
Logré sentarme y me llevé la mano a la frente. Dolía como el infierno, seguramente mañana tenga un enorme bulto por el golpe. Gruñí y miré a Minho.
-¿Qué haces aquí? -Le pregunté.
-¿No es obvio, gilipulla? Venir a buscarte -Contestó rodando los ojos.
-No necesitaba ayuda -Le espeté- Podrías haber muerto.
-Pero no lo he echo. No iba a dejarte sola por la noche en el Laberinto sabiendo que los laceradores te pueden matar.
-Ya... -Bajé la cabeza, intentando tapar mi sonrojo- Siento lo de Newt, fui una imbécil.
Minho me abrazó rápidamente y después me apartó. Seguía molesto y enfadado, pero no me quejé puesto que yo había sido la culpable. Se levantó y yo lo imité, me sacudí los pantalones y miré mi reloj, no quedaba mucho para que amaneciera.
ESTÁS LEYENDO
La chica (FanFic de Minho)
FanficAshley despierta dentro de una caja metálica, en ropa interior. Cuando las puertas se abren, se encuentra con un grupo de chicos, mirándola. Ahora, tiene que ganarse el respeto y ayudar todo lo que pueda en el Claro. Todo va bien hasta que conoce a...