1. La llamada

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El día era normal. No había ninguna actividad especial ni plan divertido. Solo debía asistir a clases, por algunas horas. Lo usual.

Cuando llegó al salón, sus amigas bromeaban sobre la ineptitud de los varones del grupo. El chico que le gustaba la saludó como era normal y la profesora no llegaba.

Nada le había hecho pensar que el día sería memorable.

Optaron por salir al pasillo, la profesora no daba señales de aparecer y la necesidad de nicotina no podía esperar. Las ventanas podían dejar escapar el humo para disimular el hedor, aunque el letrero de Prohibido fumar advirtiera que ante cualquier pedido deberían arrojar sus cigarrillos; entre risas nerviosas.

Su celular vibró. Lo había dejado en silencio porque se suponía que ingresaría a clases y una canción de Marilyn Manson, en medio del salón, solía ser mal recibido por sus compañeros. Niños. A ella le gustaba "The beautiful people".

Optó por apartarse de su grupo, para atender al llamado.

Nada le había hecho pensar que el día sería memorable.

Cortó la llamada y caminó, en silencio, hasta el salón, tomó su morral negro; porque no era una chica de bolsos rosas o estampados de flores; para salir de ahí, escondiéndose detrás de la capucha de su sudadera gris. La profesora había llegado, mientras ella tomaba la llamada. La mujer comentaba la importancia del proyecto que debían realizar en ese momento, porque al parecer, no le interesaba que solo quedaran 35 minutos de clase.

—Oye, debemos quedarnos... —le advirtió su amiga, en un susurro, al jalarla del brazo.

—Me da igual —replicó con una ligera sacudida, sin poder ocultar su rostro cubierto de lágrimas.

El grito ahogado de la otra chica hizo entrar en estado de alerta a las demás amigas, que siguieron, una a una, a la morena, fuera del salón.

—¿Qué sucedió, Sophia? —el horror en la voz de una pelirroja se hacía eco, a pesar de la plática entre susurros, para evitar ser corridas del establecimiento. En algún momento les habían platicado sobre que eran adultos y podrían ser sancionados gravemente si lo olvidaban en algún arrebato infantil.

—Me voy a caminar —intentó que el sollozo no fuera audible (sin mucho éxito) sin dejar de caminar, zafandose del agarre de sus amigas, que intentaban detenerla.

Jaquelline; una morena bajita; corrió un poco, para adelantarse y cortarle el paso, colocando ambas manos sobre sus hombros.

—Dime qué sucede... —pidió seria. La conocía hacía años, sabía que debía detenerla antes de que hiciera algo estúpido. Ese llanto silencioso y actitud de Déjenme en paz no podían ser ignorados—. Por favor.

—Murió... —masculló, antes de morderse el labio, en un intento por detener un grito que amenazaba con escapar de su garganta.

—¿Qué? —preguntó Isabella, la pelirroja—. ¿De quién hablas?

—Andy... murió. —Ocultó su rostro entre sus manos. No podía seguir conteniéndose. El alarido de dolor finalmente fue liberado.

Su mejor amigo se había ido.

N/A: La historia será corta. Pueden dejar comentarios, críticas o votos. Responderé todo. Gracias.

GoodbyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora