Capítulo III: «De como el primer día de instituto puede ser algo agridulce»

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Capítulo III: «De como el primer día de instituto puede ser algo agridulce.»



Kyungsoo.



Lunes.

Oh malditos y despreciables lunes que tendría desde hoy.

Yo os maldigo en el nombre del Ángel caído que reside en el mismísimo infierno, odiosos destroza vidas.

Y es que ¡por su culpa ya no podría dormir hasta tarde, no podría preguntarme qué día u hora era, ni podría acostarme a las tantas!

¿Y todo porqué?

Pues resulta, pasa y acontece de que era mi primer gran día de instituto. Otro año más.

Sería volver a la rutina, a la gente que te mira por encima del hombro y se ríe como si la vida les fuera en ello, sin saber que con Do Kyungsoo no se bromeaba. Pero algunos aprendían a la fuerza, al parecer.

Precisamente fue un lunes del año pasado en el que un grupo de tres anormales estaban mirándome y detallándome. Por poco y me acerco a decirles que si querían una foto mía, que se la daba autografiada y todo.

Resulta que el imbécil se estaba riendo por la camiseta morada fluorescente que llevaba bajo una americana negra y sí, por si queréis saber la explicación de Kyungsoo y fluorescente en la misma frase, sólo os diré las siguientes palabras: apuesta, berrinche, dolor de cabeza, rodilla escayolada y Luhan.

No hay mucho más que decir. Todo se relacionaba por sí mismo.

En fin, volviendo a lo anterior, Kangin -como se apodaba el susodicho más alborotado del trío en cuestión- ya me había sacado de mis casillas lo suficiente aquel día, siendo mi hora de cobrar algo de venganza -otro de mis pasatiempos favoritos- luego de ver pasar a la rubia oxigenada extranjera por mi lado. Aún recordaba como si hubiera sido ayer aquella bonita conversación que tuve con Jessica Jung frente a él, la chica que le movía el piso y otras cosas.

—Hey Jessica, ven —le dije a la muchacha, tomando su hombro para que me notara y no siguiera de largo.

—¿Perdona? ¿Quién eres? —pronunció con su voz chillona cuando se dio la vuelta—. No recuerdo haberte pagado para que hicieras mi tarea.

Por un momento pensé en preguntarle a Luhan dónde había comprado ese tinte azul, para que el día de mañana apareciera misteriosamente como la sirenita Ariel.

—Y en realidad no lo has hecho, querida —respondí ceñudo, aguantando las ganas que tenía de arrancarle las mal disimuladas extensiones y controlando el pequeño tic que se había adueñado de mi ceja derecha—. Aquí tu querido Kangin hizo ayer unos pastelillos de crema deliciosos. La señora Kim me pasó algunos, orgullosa de lo bien que le habían salido las Hello Kitty con el fondant* a su amado hijo.

El idiota, al saber por dónde iba mi intento de conversación, se acercó con intenciones de arruinar todos mis planes, mas no lo iba a lograr.

—¿Enserio Kanggie? ¿Hello Kitty? —preguntó la americana cuando el otro estuvo frente a nosotros, con su risa nasal.

—E-Esto Sica, yo pued-

—Oh sí, pregúntale a Kim Taeyeon a cerca del lacito rojo con lunares blancos, eso creo que fue lo que mejor de la hermosa decoración —agregué animado sin dejarle terminar, queriendo ver el mundo arder ante mis ojos.

Return. Hunhan-Chansoo. EXO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora