Capítulo X: «De como la rutina vuelve a ser rutina.» [Parte 1]

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Capítulo X: «De como la rutina vuelve a ser rutina.»  [Parte 1]




Cuando tocó la campana Kyungsoo se levantó de su sitio como si tuviera un mismísimo petardo en el culo mientras Chanyeol le miraba atentamente, poniendo atención en cómo cogía a Junmyeon del brazo y lo arrastraba fuera del aula. Él sí que iba a explotar como un petardo en medio de fuegos artificiales.

Se preguntaba con rabia y celos incontrolables quién demonios sería aquel enano -según Chanyeol lo era por el simple hecho de tener la atención de su Kyungsoo-, apuntando en su libreta mental el investigar y enterarse con lujos de detalles sobre el nuevo estudiante. Le jodía admitir que, aunque quisiera enterrarlo bajo tierra a pesar de no conocerlo, el maldito y aparente ricachón sería un buen partido para su gruñón -incluso más que él mismo, pensaba-, cosa que le molestaba más que eso de ver a Kai intentando ligar con el bajito.

O bueno, no, eso sí que le jodía como una úlcera en la boca del estómago.

El hombre tenía un buen porte, elegante, ni siquiera tenía la necesidad de pasar por su lado para que sus fosas nasales se impregnaran de esa masculina esencia que la maldita ventana abierta le permitía catar, que seguro sería de esas caras que él también usaba a veces. Tampoco le hacía gracia que fuera tan atractivo porque, joder, él no era un hipócrita y negar aquel hecho lo convertiría en uno.

El caso es que no fue el único en darse cuenta de la belleza del mediano de los Kim. Otro par de ojos encandilados miraban de igual forma la escena.

Yixing fue a prisa a la puerta, deteniendo a Junmyeon del brazo y con una solemne mirada que le secó la garganta en un nanosegundo al transferido fue claro y conciso.

—Kim, necesito que se quede —ordenó imponente, no dando lugar a una posible negativa.

Junmyeon sentía calor, muchísimo calor, por no hablar del miedo a que el sitio donde aquellos suaves dígitos tocaban se derritiera cual helado en verano en cualquier instante. Fue aquel necesito el que usó, y no un común tiene.

Kyungsoo simplemente estaba harto de la situación y, claro está, de su profesor tocapelotas de economía.

—Creo que Suho no puede quedarse. Tenemos cosas que hacer... en casa —dijo malicioso, siendo testigo de la estupefacción de su profesor y -secretamente- de un Chanyeol aún presente que escuchaba con atención y rabia contenida a sus espaldas.

Yixing suspiró fuertemente, pensando por sexagésima vez en cómo librarse por fin de Do Kyungsoo y vivir una tranquila jornada de clases por el resto de cursos.

Dando por supuesto que "Suho" era aquel atractivo joven, analizó por un momento la situación.

Él era un hombre de armas tomar, de esos que no se andaban con innecesarios rodeos, profesional como ninguno, como su padre desde que tenía uso de razón le impuso que fuera. Había pasado dos años dando clase en el instituto de su padre, haciéndose respetar ante esos maliciosos comentarios que afirmaban los ciertos "favores" que le había hecho al director.

Si al menos supieran que eran padre e hijo... muchos cerrarían la boca.

Lástima –para su integridad- que Kyungsoo fuera como una de esas reporteras de los programas del corazón, que no se callaban nada, insolentes como ellas mismas. Do era aquella mancha en su expediente, en cada mañana que posaba con suavidad los libros y resúmenes de economía empresarial, en su actitud. Aquel demonio disfrazado que había descubierto su verdadera naturaleza de mierda, y eso era lo que más nervioso le ponía, lo que más le reventaba las pelotas.

Return. Hunhan-Chansoo. EXO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora