Capítulo X: «De como la rutina vuelve a ser rutina.» [Parte 2]

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Capítulo X: «De como la rutina vuelve a ser rutina.» [Parte 2]




Ocho magdalenas de chocolate y cinco cruasanes después Luhan y Minseok terminaron de comer con una sonrisa en la boca. Kyungsoo estaba más que acostumbrado al apetito voraz de aquellos dos, pero en ese momento fue cuando se dio cuenta de que era más rentable comprarles ropa que comida.

—Ahora hablando en serio, ¿qué cojones habéis hecho esta vez? —curioseó Kyungsoo cabreado mientras le daba el cuarto mordisco a su amada manzana.

Él no era un metomentodo como el chino, pero es que llevaba todo el puto almuerzo sintiendo que alguien lo observaba del lado popular, de la zona de los de baloncesto, y no precisamente Chanyeol, como estaba acostumbrado. Ya estaba hasta los mismímos huevos de que no le dejaran comer tranquilo y estaba más que claro que Kim Jongdae no le miraba a él, no desde que le amenazó con cortarle la polla si no dejaba de empujarle contra Chanyeol siempre que pasaba por su lado.

Desde hacía tres años la mesa repleta de porristas y jugadores se había dividido en dos: fútbol y baloncesto, Jongin y Chanyeol. Si seguías a uno, estabas en contra del otro, y así se quedó desde entonces. Sehun a un lado y Jongdae en el opuesto.

¿Quién se iba a imaginar que el instituto estaba en bandos contrarios por Kyungsoo?

—Yo os lo contaría, sabéis que soy la maruja del grupo, pero Sehunnie está aquí y no quiero que piense que Minnie y yo estamos pasando por una crisis matrimonial.

Kyungsoo alzó entonces una ceja.

Esa era la excusa más pobre que había escuchado en su corta vida.

—Luhan, la palabra "crisis" entre vosotros no existe, si sois como una silla y las patas, una casa y su tejado, como uña y car- no no—se corrigió rápidamente, como si estuviese hablando consigo mismo—, como uña y mugre, ¡eso mismo!, y espero no tener que aclararte quién es quién.

Luhan ya estaba vacunado contra la ironía de su mejor amigo, así que no tuvo tiempo ni intenciones de sentirse herido, riéndose en su lugar.

Minseok le robó una fresa al bajito y se la metió en la boca al chino. Sehun casi extermina el fruto con un rayo láser desde su mesa.

—Kyung, es un secreto entre nosotros, no tienes derecho a-

—¡Venga ya! Si ha soltado lo más fuerte —le interrumpió el bajo, rodando los ojos—, no hay nada peor que te guste el imbécil de Jongd- ¿¡Pero tú quieres morir o qué!?

Nop, definitivamente tirarle comida –y menos si era suya- a Kyungsoo a la cara no era una buena idea para que se callase, Minseok aprendió la lección enseguida antes de acurrucarse en los brazos de su "novio".

—Lulu, el monstruo me va a comer —puchereó falsamente.

—Minnie, no te preocupes, este monstruo morirá solo y feo, sobre todo si sigue arrugando la cara como si fuera una pasa caducada.

Y Junmyeon seguía toda la discusión con una sonrisa en la boca de nuevo, con su corazón cálido, como si ese fuera el sitio al que debió pertenecer siempre, como si no se estuviesen matando entre ellos con fresas y cerezas en la cara. Únicamente esa vez les dejaría pelear en paz.

Cuánto había extrañado a esa panda de locos...

—Luhan, si no quieres que le enseñe fotos a Oh de cómo se te deforma la cara cuando te ríes será mejor que sueltes todo lo que sabes, algo habéis hecho y presiento que me va a afectar.

Return. Hunhan-Chansoo. EXO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora