Capítulo 2

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Mauren

Entro al aula con mi hermano por delante y todos se nos quedan viendo. No se si sea por que somos los últimos en entrar, o por que el maestro viene justo detrás de nosotros, pero me siento algo apenado. Tomamos asiento; mi hermano en la penúltima fila pegado a la pared y yo en la ultima columna de mesabancos a lado de la ventana a la par de Dolton.
Me gusta este lugar para sentarme, junto a la ventana. Hay una zona de área verde que se ve a través del vidrio y en cierto modo cuando hecho un vistazo hacia afuera no me siento tan comprimido por esas paredes que al ir entrando sentía que se iban cerrando poco a poco y que yo no podía hacer nada al respecto. Realmente es un área bonita. El verde siempre ha sido mi color favorito. Y aquí, al otro lado de la ventana me siento tranquilo. Árboles medianos y pequeños arbustos cortados estratégicamente para dejar entrar algo de luz a nuestro recinto de estudio.
Por un momento me quedo tan embobado viendo lo que asoma al otro lado del vidrio que no me doy cuenta que me está llamando el maestro. Llamando la atencion.

-El último de esta fila, -Si, me esta mirando a mi-. ¿Cuál es su nombre?

-Mauren. Mauren Flores.

-Se me cambia de lugar por favor, porque, por lo que veo, está muy distraído con los salones de enfrente.

Regreso la mirada para afuera de nuevo y me doy cuenta de que estaba tan distraído con el verde del pasto y la forma de los árboles que no me di cuenta de que enfrente de esa pequeña área verde habían otros varios salones de clases destinados a grados mayores.

-Lo siento, señor profesor, yo no...

-Acá, enfrente del escritorio, -Me interrumpe y me señala mi nuevo lugar-. si no le molesta, joven Flores.

Tomo mi mochila y voy hacía donde me indica con su dura mirada. No me lo tomo muy a pecho, dado que así no me distraere y la atención que ponga será mayor... Mentira, este hombre me ha separado de mi hermano, como no tomarmelo a pecho. Eres un tonto, Mauren, me digo y al mismo tiempo me doy cuenta de que no llevo ni 5 minutos en esa escuela y ya me han llamado la atención.

Las tres primeras clases han sido las mas largas. Me parece que los maestros aquí no son del todo lo que se dice "malos" solo algo exigentes. Estas primeras tres horas han pasado como si los minutos se hubieran estancado un par de veces y no pudieran avanzar en lo qué pasaban otros dos minutos, hasta que se recuperaban y empezaban esos dos minutos que yo ya había contado mentalmente desde el inicio.
Al sonar el timbre doy un suspiro de alivio y saco el dinero que me ha dado mi mamá y avanzo a la entrada del salón esperando a que salga mi hermano. En eso pasan tres chavas que al parecer ya se conocían desde antes y me miran con una cara que denomino al momento como seductora e instintivamente apartó la mirada como si hubiera otra cosa mejor que ver. Ellas siguen su camino y las oigo reír unos pasos adelante, al mismo tiempo que sale mi hermano y me pregunta:

-¿Te estaban molestando? -Me volteo rápidamente y el avanza. Lo sigo hombro con hombro-.

-No, ¿por qué habrían de hacerlo?

-Yo lo haría después de la vergüenza que te hizo pasar el maestro Robles.

-Ni me lo recuerdes -Reímos y nos dirigimos a la cooperativa que al parecer esta en la cancha principal en un rincón-.

Hecho un vistazo a la escuela y me doy cuenta de que tal vez si acabe gustandome. Es muy bonita. Es una escuela moderna, con salones grandes y areas verdes esparcidas por toda la escuela. Cuenta con 4 canchas más el espacio a las albercas de la para-escolar de natación y el espacioso gimnasio a un lado de este. Los talleres se distinguen por sus colores y estructuras creativas según el fin que se le va da. El taller de dibujo cuenta con un mural hecho seguramente por los mismos alumnos con distintos colores de pinturas en la pared frontal, y el de carpintería esta algo al estilo mas rústico. Así como el taller de computación que se ve con un tono más moderno y un tanto serio.
Mi hermano, al igual que yo, se ve encantando por la escuela. Sus ojos brillan y si sonrisa se asoma discretamente.

Al llegar a la cooperativa nos formamos en la fila y esperamos a que avance. En eso llegan las tres mismas amigas con las que me tope en la puerta del salon y nos hablan a mi y a Dolton.

-Podrían hacernos el favor de comprarnos unas galletas a mi y a Erika? Por cierto yo soy Lucy y ella es Ramona. Ella prefiere un mollete.

Valla forma indirecta de presentarse.
Nosotros nos les quedamos viendo y yo pienso lo directo qué fue eso. Todo le salió en un mismo comentario. Y ni siquiera nos preguntó nuestros nombres. Miro a mi hermano y el asiente. Tomamos el dinero y esperamos hasta que finalmente es nuestro turno. Compramos nuestras modestas tortas de lomo y las cosas de ellas y nos encaminamos para donde estan y dárselas.

-Que lindos, gracias -y nos miran un momento incomodo hasta que se voltean y avanzan con una sonrisa coqueta-.

Dolton las ve alejarse y se vuelve hacía mi y repite imitando la voz chillona de Lucy "Ella prefiere un mollete" y los dos comenzamos a reírnos.
No tenemos intención de socializar y menos con esas chicas hijas de papi.

Nos dirigimos al salón después de un merecido desancanso en los comedores y en lo que vamos entrando un pendejo nos empuja contra la puerta a mi y a mi hermano y nos parece extraño, aunque se la dejamos pasar por si acaso fue un accidente. Aunque la carcajada que dio al pasar y supuestamente chocar con nosotros no lo haya expresado mucho. Pero la verdad no es que ahorita queramos buscarnos problemas.
Tal vez después, quien sabe.

Un lío de GemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora