-¿Lista? -asintió-. Recuerda demostrar seguiridad en cada palabra que digas. No podemos demostrar debilidad, no ahora que tenemos todas las de ganar.
-¿Crees que se quede conmigo?
-Por supuesto.
-¿Cómo lo sabes?
-Aparte de que la ley lo exige, porque es una niña menor de diez años, él es un delincuente, y tenemos pruebas.
Suspiró.
Miré mi reloj de mano. Era hora.
-Vamos, nos queda un minuto.
Ella asintió y entramos para tomar nuestro lugar en el juzgado.
-Señores y señoras que se encuentran en éste lugar, hoy jueves, veinticuatro de mayo del dos mil quince, para definir la patria potestad del caso de Valerie Warner Maslow -dijo un hombre-. Señor juez -hizo un leve inclinamiento con la cabeza.
El juez miró ambas mesas.
-Abogados, pónganse de pie, por favor
Yo me levanté, y de reojo vi que Hall -abogado de Fred- se levantó.
-Entreguenme los expedientes de sus clientes.
Llevé la carpeta con toda la vida de Mía, la puse en su púlpito y Hall hizo lo mismo.
Me regresé a mi lugar y observé a el señor juez. Él dio una ojeada a los expedientes y regresó la vista a nosotros.
-Así que es de Inglaterra, señora Maslow, ¿eh?
-Sí -respondió.
-Y allá tenían su vida, ¿no es así?
-También es correcto -respondió.
-¿Y que vino hacer a los Estados Unidos?
-Vacacionar.
-Mmmh -dijo levantado una ceja-. ¿Vino con el señor Warner?
-No, él se quedó en Inglaterra porque ya teníamos problemas como pareja.
-¿Y él la maltrataba?
-A mi sí... -dijo.
-¿De qué manera?
-Moral y... También lo hizo físicamente.
-¡Objeción, su señoría! -gritó Hall poniéndose de pie-. Mi cliente nunca le ha puesto una mano encima a la niña.
-Ella nunca dijo que a la niña. -dije yo.
Hall hizo una cara extraña y apretó los labios.
Una más para nosotros.
-Señor Maslow -me habló el juez-. Usted dígame, no como abogado, si no como familiar de la señora Mía, ¿cómo es con su hija?
-Ella es muy buena. Siempre está al pendiente de ella. He visto que la ayuda cual sea su situación. Una vez Valerie se quedó en mi casa, conmigo y con mi esposa, y demostró un comportamiento muy bueno. Creo que fue así la educación de Mía.
-Mmmh -miró a su escritorio-. ¿Y cómo era el señor Warner?
Lo miré.
Me echó una mirada fulminante y seguí con mi testimonio.
-Con la niña era bueno. Digamos que casi nunca estaba en casa con mi prima, pero era bueno con Valerie.
-Estupendo... En sus expedientes, señor Warner, dice que estuvo un par de veces en prisión.
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Juntos, ¡para siempre! ANEXO |James Maslow|
FanfictionLos protagonistas lucharon por un final feliz en dos temporadas. Lo lograron. Pero... ¿todos tuvieron su final feliz? No lo creo. Aún faltan deseos por cumplir, y aquí se descubrirá cada uno de ellos. .