Capítulo 5: ¡SORPRESA!

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Al día siguiente, James y yo seguimos con nuestra rutina.

Él fue a trabajar y yo con los deberes en la casa.

Estaba esperando que Mia trajera al bebé, como tal y me lo dijo mi lindo marido.

Minutos mas tarde, el timbre sonó.

-¡Hola, prima __________! -gritó Valerie mientras me abrazaba por la cintura.

-Hola -le dije sonriendo, después vi a Mia quien bajaba a James de la parte trasera de su auto con delicadeza.

-James me dijo que te lo trajera a ésta hora exacta, ¿cómo les fue anoche? -dijo guiñandome un ojo.

-Muuuuy bien -respondí a bordes de risa, y ella también rió.

-Me agrada.

-Pasen, ¿ya comieron?

-No, gracias, tenemos que ir a hacer unas vueltas. Quiero preparar todo para ir a Inglaterra, hay cosas por arreglar allá. Como la escuela de Valerie, mi antigua casa y cosas así -me entregó a James.

-Bien, espero sea rápido la bola de trámites. ¿No quieres ayuda de James?

-No, que bastantes molestias le hemos dado. Tendría que viajar a Inglaterra, y no quiero que los deje solos. -miró a James y esbozó una sonrisa.

-Nos vamos, supongo que venimos luego, cuando tenga listos los boletos de avión. Quiero despedirme.

-De acuerdo, nos vemos luego.

Tomó a Valerie del brazo y ella movió su manita de un lado a otro, diciéndonos adiós.

Cerré la puerta después de que se fueron y puse a James en su portabebé.

Mas tarde, lo alimenté, hice cosas pendientes en la recámara, e hice la cena.

James insiste en contratar una persona que nos ayude con el aseo de la casa, pero no me agrada la idea. Quiero atender mi casa yo.

[...]

06:15 p.m.

La puerta rechinó y supuse que era James, así que bajé con cuidado y lo abracé en cuanto lo vi.

Siempre haré ésto. Me encanta sentir su pecho en mi cabeza. Me encanta su perfume y su cabello despeinado.

No hablar de sus ojos.

-Que buen recibimiento -acarició mi cabello.

-Te extrañé.

-También yo, linda -sentí su sonrisa en mi cabeza, después, dejamos de abrazarnos y me dio un beso-. ¿James?

-Arriba, durmiendo.

Sonrió.

-Voy a verlo, mientras tú sirves la cena.

Asentí y me dirigí a la cocina.

Puse la mesa y bajó minutos después.

-Sigue dormido.

-Genial, te tengo que hablar sobre Mía.

Se sentó, tomó un trago de té y preguntó;

-¿Qué sucede con ella?

-Pues... Irá a Inglaterra, pero no quiero que vaya sola, James. Le ofrecí nuestra ayuda, o más bien, tu ayuda, pero dice que suficientes problemas te ha dado.
-Mmmh... Hablaré con ella. ¿Sabes por qué irá allá?

-Que tiene que arreglar unas cosas con la casa y la escuela de Valerie. Aún así me preocupa que una joven madre y una pequeña niña viajen solas.

Juntos, ¡para siempre! ANEXO |James Maslow|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora