(...)
3 años después.
Narra _________.-¡Mami! ¡apúrate, vamos a llegar tarde! -gritó James por algún lado de la casa.
Bajé casi corriendo con los enormes tacones y mi bolso en mano.
-Me estaba arreglando, cariño -le dije un poco exasperada.
Sonreí al verlo con una pequeña mochila de los Avengers en su espaldita. Estaba uniformado con un pantalón azul marino, una camiseta blanca y un chaleco negro a cuadros grises. Su cabello cada vez más se parecía al de David, solo que el de él era un poco más rubio. A contra luz los rayos del sol hacen que parezca rubio. Estaba perfectamente peinado con los cabellos hacia arriba y un poco de gel. Sus ojos estaban inundados de felicidad. Ojos color hazel.
Traía una lonchera cuadrada de los mismos dibujos de su mochila y un termo de agua.
Olía muy rico. Como su papá.
-¡Llegaremos tarde! -dio unos brinquitos.
-¡David! -le grité.
Él bajó vestido con un smoking negro con corbata azul marino. Traía en brazos a Valentina, quien llevaba unas coletas hechas en su cabello castaño-rubio. El de ella era más rubio.
Los caireles al final de las coletas me hacen recordar mi infancia. Así tenía el cabello.
Ella traía puesta una faldita rosa y una blusa blanca. Sus mejillas estaban rosadas.
-¡Vamos ya! -dijo James.
Salimos todos de casa. Acomodamos a los niños atrás y nosotros adelante.
David no había cambiado demasiado. Su cuerpo era el mismo que hace unos años. Su cabello estaba un poco más largo y se había dejado crecer la barba.
Veintisiete años tenía ya.
Yo veintiséis, pero ese es un secreto.
-¡Acelera, papi! -le dijo James a David desesperado.
-Hijo, sé que estás emocionado, pero realmente falta tiempo -lo miró por el retrovisor.
-¡Ya quiero llegar! -gruñó.
-Ya no falta demasiado -le dijo.
Asintió y comenzó a tararear una canción mientras veía por la ventana.
-Cami, ¿segura que quieres ir allá? -le preguntó preocupado.
Sonreí.
-Chi -sonrió dejando ver los hoyuelos en sus mejillas.
Frunció el ceño y siguió en su camino.
Minutos más tarde, llegamos al jardín de niños. James sonrió entusiasmado al ver todos los niños cargando sus loncheras y entrando por las puertas del lugar.
-¡Ya vamos, papis! -gritó.
David se bajó y abrió la puerta trasera por fuera, ya que tiene seguro contra niños.
Yo me bajé y bajé a Cami, quien saltó de un brinquito y corrió con su papá a abrazar su pierna.
Caminé hacia ellos y veía la hermosa escena en donde David (me había acostumbrado a decirle así, ya que no le pusimos otro nombre a nuestro hijo, y era demasiado confuso hablarles a los dos por igual. Conforme James fue creciendo, se confundía y venía cuando le hablaba a su papá. Así que me acostumbré a decirle David a James) abrazaba a James dándole unas palmaditas en la espalda sin mucha fuerza, por encima de la mochila.
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Juntos, ¡para siempre! ANEXO |James Maslow|
Fiksi PenggemarLos protagonistas lucharon por un final feliz en dos temporadas. Lo lograron. Pero... ¿todos tuvieron su final feliz? No lo creo. Aún faltan deseos por cumplir, y aquí se descubrirá cada uno de ellos. .