Capítulo 6: Quiero estar así contigo... para siempre.

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[...]

Esa misma noche, yo tenía mucho sueño. O tal vez estaba cansada, no lo sé. Así que me acosté primero que James, quien se quedó viendo televisión.

Daba vueltas y vueltas en la cama, por alguna razón no podía dormir.

Me levanté descalza, tenía mucho frío. Tal vez era por eso que no podía dormir.

También me preocupaba James. Está muy chiquito, así que antes de acostarme lo cubrí, de tal manera que no tuviera frío, pero que tampoco se asfixie del calor.

Con las luces apagadas, bajé las escaleras.

Y vi a James de espaldas, ya que el sillón da la espalda a las escaleras.

Sonreí. Es lo que él provoca en mi cada que está cerca. Tiene eso que lo hace tan especial.

Solo tenía un suéter, no muy grueso.

Caminé lentamente hacia él.

-James... -susurré 

Volteó y sonrió.

-Hey, pensé que dormías... ¿qué sucede?

-No puedo dormir... Tengo mucho frío -frote mis manos.

-Ven -dio unas palmadas en el sillón, señal de que quería que me sentara con él.

Y eso hice. Me senté a su lado. Él cruzó sus manos por mis hombros y me abrazó.

Metió mis piernas entre las suyas y acomodó mis manos en las de él.

-¿Estás mejor? -susurró a mi oído.

Tan cálido.

-Ahora sí -cerré los ojos con una sonrisa en la boca-. Quiero estar así contigo... para siempre.

-Ya somos dos -recargó su cabeza sobre la mía.

-¿Cómo fue que te enamoraste de mí? -pregunté.

-Mmmh -suspiró-. Juro que ni yo mismo lo sé. Tal vez el pasar tanto tiempo en tu casa, y verte tan seguido me hizo verte de otra manera. La primera vez que Kendall me invitó a casa de tus padres... Y te vi, con la boca llena de comida, pero enojada porque Kendall se había comido tu parte, me hizo sonreír. Al principio en verdad creía que te quería como una hermana. Pero... El amor hacia una hermana no te hace sentir mariposas en el estómago, ni ilusionarte tanto en verla a los ojos. Tú pusiste mi mundo de cabeza. Me gustaba decir que veía a las porristas porque... Me gustaba ver tu cara molesta, llena de celos.

-Espera... -acomodé mi cabeza de modo que lo viera a los ojos-, ¿se me notaba?

-Ufff -rió-. Demasiado, te veías tan linda. Hace mucho que no me celas.

-Es que no me has dado razones... Todo tu comportamiento... Tu manera de tratarme, me hace sentirme especial, querida realmente por ti. Hace años que no te veo que le pongas la mirada encima a otra chica. Siempre que me vez demuestras tu amor, James. Y te lo agradezco. Agradezco que me haya elegido a mi para formar una familia. Yo nunca creí que fuera a ser tan feliz... -sonreí, y cayó una lágrima por mi mejilla. Sentía muchas ganas de llorar. Tal vez sea Andrés.

-No llores, preciosa -quitó la lágrima, aun con mis manos en las suyas-. Y no tienes que darme las gracias, al contrario, yo te las doy a ti. Eres lo más bello que me ha pasado en la vida. Te amo, ___________. Te amo con todo mi corazón -me besó. Se sintió tan bien... Como el primero que nos dimos.

James Jr comenzó a llorar y nos separamos, pero empezamos a reír.

-Voy yo... -se levantó-. Traeré una frazada.

Juntos, ¡para siempre! ANEXO |James Maslow|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora