CONEXIONES VITALES

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El amor importa: invierta en él

Ester se sentó en el consultorio, desplomándose en su silla. Aunque solo tenía 24 años, la tristeza oscurecía sus ojos. Algo o alguien le había robado la alegría. De mala gana reconoció que tenía muchos problemas de salud, pero que nunca había consultado a un médico. Describió cómo ambos padres la habían golpeado por mojar la cama desde los tres años. A medida que crecía, los episodios de incontinencia continuaban, así como las palizas. El temor de ser lastimada por algo que estuviera más allá de su control se intensificaba. Cuando Ester llegó a la adolescencia, todavía tenía problemas para controlar su vejiga y también tenía sueños desagradables y una pobre valoración de sí misma. "Me sentía avergonzada y pensaba que nadie se querría casar conmigo alguna vez", dijo ella. "Le agradezco a Dios por haberme casado".

Una vez que Ester dejó la casa de sus padres y se fue a vivir con su esposo comprensivo y amable, su incontinencia llegó a ser menos frecuente, aunque las pesadillas y los dolores de cabeza permanecieron. Con frecuencia se despierta con la cama mojada luego de una pesadilla. También tiene repentinos ataques de pánico que resultan en palpitaciones y falta de aire. Ester nunca le ha contado a su esposo la historia de su abuso, por temor a que no entendiera. Avergonzada, ella anhelaba ayuda.

Sus síntomas son comunes en el trastorno de estrés postraumático (TEPT), los cuales se dan en personas que han sufrido traumas. Al igual que ella, muchas personas luchan silenciosamente con problemas de salud como resulta- do del abuso que pudo haber comenzado a una muy temprana edad. Nuestras relaciones más profundas y con frecuencia más significativas, aquellas que ocurren detrás de las puertas cerradas de nuestros hogares, pueden tener una poderosa influencia en nuestra salud y nuestro bienestar de por vida.

Impacto en la salud física

Investigaciones han demostrado que las relaciones comprensivas fortalecen el sistema inmunológico e incrementan nuestra habilidad de superar la enfermedad y la dolencia. Uno de tales estudios indicaba que, con solo tres visitas semanales de familiares y amigos cercanos, se mejoraba la función inmune en adultos. El otro lado de la moneda también es cierto. La investigación científica ha documentado que las relaciones abusivas pueden dañar nuestra salud. La exposición a la violencia física, sexual o emocional, o el estrés continuo relacionado con el abuso, tiene vínculos con muchos problemas de salud. Experiencias desfavorables en la niñez parecen producir problemas severos de salud más tarde en la adultez. Los eventos traumáticos en la niñez incluyen: "abuso verbal, físico o sexual, así como también disfunción familiar", tal como ser testigo de violencia doméstica entre adultos. Es trágico que, frecuentemente, aquellos que tienen los vínculos más fuertes con un ser humano -la propia familia- puedan perpetrar tales actos de violencia. El hogar, que debería ser un pequeño cielo en la Tierra, un refugio y lugar seguro, lleno de cordialidad y amor, puede convertirse en un lugar de estrago, peligro y temor puertas adentro.

Tal ambiente enfermizo se vuelve una fuente crónica de estrés, resultando posiblemente en la enfermedad; e incluso, la muerte. Adultos que padecieron abuso infantil tienen una probabilidad un 60% mayor de padecer diabetes. Estudios sobre abandono infantil también demostraron un aumento en el riesgo de padecer diabetes. La pandemia de diabetes actual hace que tales datos sean alarmantes y preocupantes. ¿Quién habría pensado que la diabetes podría tener algo que ver con el tipo de relaciones que mantenemos en el hogar? Pero tales efectos negativos en la salud física van más allá de la diabetes o el sistema inmunológico. Parece ser que las experiencias traumáticas en la niñez contribuyen al desarrollo de cáncer, enfermedades cardiovasculares, obesidad y sobrepeso, y muerte precoz. La evidencia sugiere fuertemente que si el estrés excesivo debilita el sistema inmunológico en la niñez y el abuso daña el delicado mecanismo de la mente, múltiples problemas físicos, mentales y emocionales pueden aflorar más tarde en la vida.

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