-¡Por Favor!- Nadie se mueve, solo nos mira, sus caras son borrosas no las distingo. Yo tuve la culpa , hubiera puesto mas atención cuando me enseñaron a montar la dinamita, la hubiera armado mas rápido, hubiera sido menos estúpido, hubiera, hubiera. Solo veo su cara, me hace cabrearme a mi ser. No soy capaz de ver sus piernas, lo arrebatan de mi, siento menos peso al saber que seguirá vivo, que lo curaran pero el pensamiento que sera sin sus piernas me devuelve a lo mas fondo de esa mina. Alguien se para frente ami , cuando volteo mi cara hacia arriba para ver quien es, me toma de la chaqueta y me levanta, pone su antebrazo en mi cuello con todo su peso empuja contra la paredón cortando mi respiración -¿Quien eres? -grita a mi al aflojar un poco su brazo, pero no puedo componer palabras, mi mente solo piensa en Yonat. Un golpe en mi cara me concentra.
- Una vez mas preguntare, ¿Quien eres?- ya que veo sus facciones claramente, no se quien es el, su gran fuerte acento español me desconcierta mas.-¿Donde esta el general Pesqueira? ¿A donde llevaron a Yonat?- Su cara se hace hacia atrás dudando -Esta es la ultime vez que te lo pregunto, si no terminaras igual que tu amigo,el peor,¿Quien Eres?- No puedo dejar que le pase nada mas a Yonat por mi culpa.
-Soy Eusebio Perez de Arizpe.
-¿Que haces en mi mina?
-Trabajo desenterrando cobre para el General Pesqueira.
- No tu me estas robando!, suficiente tengo con los apaches y ahora esto.
-¿A donde llevaron a mi Primo? ¿Donde esta el General?.
-Ya hasta aquí, ya no puedo con esto.
Suelta su brazo, agarra de mi chaqueta, me jala. Recorriendo entre las demás personas, que al verles son extraños, nadie es familiar aquí. Me estrujo de sus manos, y paro -Ustedes son los ladrones, ¿Que le hicieron a los demás?- Recibo un golpe mas duro que el anterior, nublando mi visto, solo veo como cae un choro de sangre de mi ceja derecha, el hombre me agarra otra vez. Con mi mano en la ceja, mi ojo izquierdo se va iluminando con la luz del exterior, cuando la iluminación me ciega, siento caer al suelo. Poco a poco empiezo a recobrar mi visión para ver alrededor de mi, sin cabañas, sin nieve, volteo en todas direcciones. Todos están parecido pero tan distinto. Me arqueo de dolor cuando mi cabeza no entiende que pasa, ¿Donde estoy? . Con mis manos en la tierra, una gota constante de sangre cayendo al suelo, mi chaqueta me ahoga, mi mente me traiciona, nunca fui lo bastante fuerte para nada, ni para afrontar a mi padre ni para esto. Solo quiero morir, no puedo mas. Mi oración es escuchada, siento el filo del metal en mi nuca, listo para tajar, que sea rápido imploro.
-Detente padre, no ha sido suficiente la muerte de anoche, ¿Quieres mas? Mira su cara de miedo, mira a este otro sin piernas, mira Cananea destruido, lleno de muertos.- Su voz me hace voltear a ver su cara, que parece de un ángel, como las figurillas de la Iglesia.
-No has oído las incoherencia que ha dicho eso lo delata y el otro se merece lo que le paso. Son ladrones, Tu madre, tu hermano, Simao; sus muertes no han....
-No te atrevas a justificar tus acciones con ellos, no lo hagas, este no eres tu, esto te nublo la mente, tu consumió, perdimos.
Levanta su machete al aire amenazándola, ella se impone ante el sin parpadear, los demás están en la entrada de la mina, Yonat atrás de ella bañado en sangre. El sede ante ella dejando caer el metal, tirándose al suelo con la cara perdida -Tu y tu, tomen los dos caballos, vayan al pueblo mas cercano por ayuda, provisiones y medicinas. Traigan mas caballos, carros nos vamos de aquí. Tu- La volteo a ver, se fija en mi, quedo bajo su control. -Levántate, ayúdame con el, toma esa carretilla, lo llevaremos al pueblo.- Están imponente su voz, aunque se ve menor que yo todos la obedecen , yo no me quedo atrás, tomo la carretilla la pongo aun lado de Yonat, agarro sus muslos cercenados, ella sus hombros.
-Que mantenga sus piernas hacia arriba para tratar de que pierda mas sangre.
Volteo y veo el panorama, el pueblo se ve lejos -Esta retirado, porque no lo curas aquí -Imploro.
-No podemos parar el sangrado aquí, la forma mas rápida es con metal hirviendo, pero aquí no hay fuego y tardara hacer uno, esos fueron los últimos caballos, los apaches se llevaron todo-
¿Apaches? mi padre solía asustarme con cuentos de ellos por las noches, si no dormía temprano vendrían por mi, pero al crecer aprendí que habían sido despojados de estas tierras, aniquilados la mayor parte, solo pocos rondan. No me atrevo a desafiarla, así que no le digo lo que pienso, me quedo callado; solo camino detrás de ellas cargando la carretilla. Vamos lo suficientemente rápido, pero cuido de no lastimar mas a Yonat, estamos mas cercas de llegar; cuando empiezo a distinguir el pueblo que se encuentra en ruinas.
-¿Que paso aquí? Quien hizo esto? - pregunto y paro.
-Ya te lo he dicho .
-¿Los apaches? - Mi mente vuelve a frustrarse y a doler - Ellos ya no existen.
Yonat despierta de un suspiro, grita -¡Eusebio! ¡Eusebio! lo he visto, no hay salida de esta rueda, lo he visto y es hermoso , lo he visto, siempre acaba igual, siempre acaba diferente- Sus ojos tan abiertos como sus heridas, me ven, brillan al igual que el interior de la mina. Vuelve a derrumbarse y bota como pez. Ella lo agarra, hace presión en su pecho pero es muy tarde. Me tiro al suelo al escuchar una gran explosión detrás de mi, viene de la mina de donde se alza una gran nube. Unos Chillidos, como chasquidos, gritos inundan mis oídos, volteo al pueblo. Ella nunca mintió, los apaches están aquí, son decenas.
Ella grita al aire, llorando, destrozándolo. Así tan rápido se compone, al hacerlo, se dirige hacia allá. A una muerte segura, ella me hizo un gran favor sin conocerme y yo se lo devolveré. Tomo una piedra la mas grande pero una que quepa en mano, la golpeo en la cabeza tumbándola. Con estos pocos minutos que la conozco se que no entenderá lo que le diga. Tumbo a Yonat de la carretilla, la pongo ahí.
Salgo disparado antes de que nos noten aquí, avanzo en dirección paralela, al este, donde no se ven mas los apaches. Corro, solo corro, esquivando las piedras. Estamos lejos, ¿a donde puedo ir? ya nada es igual, ¿donde estoy? aun no lo se pero se que estoy aquí en Sonora, puede ser una mina igual a donde trabajo, puede ser el otro lado del cerro, si eso es. Ellos escavaban por el otro lado de la mina, nunca nos dimos cuenta, ¿pero la nieve donde esta? -¡Aghhhhh!- paro la carretilla, despertó, se ve confundida.
-Que me paso? Donde estoy?
-Te salve, te traje lejos de ellos.
Se levanta, Solo me ve y se va, a esa dirección de donde vinimos.
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Carne De Caballo
Historical FictionMéxico es un país que realmente ha sido beneficiado por la madre naturaleza, especialmente al norte; donde los Apaches cabalgan libremente, las tierras son fértiles y ricas en minerales. Lo que despierta ambición en los corazones Españoles, quienes...