«08» ✅

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Viernes, 5 de Abril, 10:20 am.

"Alguien pregunta por usted."

"¿Quién es?" pregunté sin levantar la mirada de los papeles.

"Un chico, no dijo su nombre." se encogió de hombros y subió sus gafas ya que estas estaban ya en el extremo de su nariz.

"Dile que pase y, ¡por cierto!, tráeme un café y un donut por favor."

"Vale, señorita ¿Algo más?"

"No, Sandy, nada más..." Negué.

Al rato se volvieron a escuchar unos toques.

"Pase."

Madre mía, si es que debí haberlo imaginado...

"¿Qué haces aquí?, quedamos en vernos ésta noche."

Y ahí estaba el, con sus pantalones caídos y su típica chaqueta de cuero negra, es tan opuesto a mi... Y por eso mismo me atrae tanto, es diferente a los pocos hombres con los que he estado.

Es cosa mía o... ¿Has admitido que te atrae?

Puede...

Crucé mis brazos, haciendo que el al rato dirigiese su mirada hacía mi pecho, de forma totalmente descarada. Puse las manos encima de la mesa y rodé mis ojos, es un gesto que odio con toda mi alma, ya que es de muy mala educación hacerlo, pero cuando estoy con el, no puedo evitar hacerlo...

"Es que digamos que no podía esperar hasta esta noche..." Se sentó enfrente mío, y se recostó en la silla.

Mi estómago se contrajo ante su elección de palabras.

"¿A-ah si?"

Él se inclinó ligeramente sobre su eje para estar más cerca de mi.

"Sí." Asintió."Y pensé... ¿Por qué no adelantar lo de esta noche?"

Lentamente me estoy muriendo, no voy a poder aguantar más...

"P-pues no va a poder ser, por que nos pueden ver."

"Eso tiene solución..." Se levantó dirigiéndose hacía la ventana, y cerró la cortina de mi oficina, impidiendo que nadie pudiera vernos.

"¿Qué haces?, que esta gente es muy cotilla--"

Puso su dedo índice sobre mis labios, haciendo que me callase.

"¡Sssshhh!" Susurró."Al fin y al cabo, la jefa eres tú, ¿No?"

"Bueno si... pero--"

"Pero nada, relájate y disfruta." Empezó a masajear mis hombros.

Sin poderlo evitar un gemido se escapó de mi boca. Sentía mis hombros muy tensos desde hace mucho tiempo y no he tenido tiempo de ir a un masajista y que alguien me hiciera desconectarme en mucho tiempo, y he de admitir que esto me hacia un poco feliz.

"¿Te gusta?"

"Aha..."

Se acercó a mi oreja, la lamió un poco y luego sopló haciendo que me estremeciera. Podría jurar que ahora mismo él estaba sonriendo. Empezó a repartir besos, por mi cuello, y yo intento contenerme, pero de vez en cuando algún gemido se me escapa, es que vamos.... ¡No soy de piedra!

Me giró la silla, haciendo que estuviéramos de frente. Empezó a desabrochar botón por botón hasta el último. Abrió mi camisa y sus ojos de volvieron de un color marrón muy intenso, me miraba con lujuria, sentía como me desnudaba con su mirada, y eso solo hacia que el calor aumentara en mi interior. Me encanta que me mire así...

Avergonzada intenté taparme, pero el cogió mis manos con una suya y las puso encima de mi cabeza.

"Podrás ser la jefa de todo esto, pero aquí él que manda soy yo..."

Tragué duramente.

"Esto sólo será un adelanto de lo que pasará esta noche." Me soltó las manos."Las manos donde están." Y de repente se puso de rodillas.

"Abre las piernas." Ordenó.

Sin pensármelo dos veces hice lo que me dijo y se puso entre ellas.

Bajó las copas de mi sujetador y empezó a lamer mis pechos.

"Oh maldición..." podía notar su sonrisa contra mi pecho.

A pesar de que a mi me estaba encantando la situación, el dejó mis senos, para después besar el pequeño valle que hay entre ellos, muy... lentamente. Dejaba besos humedos, subía hasta mi cuello, donde se ocupó de succionar y lamer de una forma bastante sensual. Siguió su recorrido hasta mi mandíbula, donde dejaba pequeños besos haciendo un pequeño camino hasta mi oreja.

Tocaron a la puerta, abrí los ojos de golpe e intenté retirar a Justin, pero éste no colaboraba...

"¡J-justin! ¡Dejame!" Susurre alto. Y nos giramos de tal manera que el estaba debajo del escritorio. Escondido.

"¡Señorita McKinley! ¿Puedo pasar? ¡Traigo su pedido!"

Me acomodé el sujetador y me abroché la camisa torpemente.

"N-no te nuevas, y no... Hables." Susurré hacía a Justin. ¿Que puedo decir? Todavía sigo algo alterada...

"¡S-si p-pasa, S-Sandy!"

"Aquí tiene su pedido, señorita." Sonrió y dejó mi comida sobre una pequeña mesa que tengo al otro lado de mi oficina.

"G-gracias."

"¿Se encuentra bien?, la veo rara..." fruncio el ceño.

"E-estoy perfecta.."

Oh mierda,  maldito rubio... ¡El muy atrevido habia llevado una de sus ásperas manos hacia mi pierna, su toque hacia mi piel arder.

"Ah..." Jadee. "¡Mi móvil... me lo olvidé en casa!" Inmediatamente intenté disimular.

"Pero señorita... Si su móvil esta ahi, enfrente suyo." Señaló enfrente mio.

Muy buena esa, Einsten...

Elevé una mano hacia mi frente, y negué con las cabeza.

"Que despistada estoy hoy..." Casi sonrio, para convencerla del todo. Pero la mano de Justin moviéndose hacia el interior de mi muslo, me impidió completar la acción, haciendo que otro jadeo llenara la habitación.

De todas formas no hubiera colado, tu nunca les sonríes a tus empleados.

Touché.

Antes de que la cosa fuera a mas, decidí echar a Sandy.

"Bu-bueno, muchas gracias Sandy, ya se puede ir."

"Como usted... diga. Si necesita algo me llama." me miró con confusión.


Ahora mismo me siento mas enfadada que un padre al regresar a casa después de un fin de semana y ver su casa echa un desastre por culpa de su hijo adolescente.

Que fácil es para ti, cambiar de un emoción a otra en nada... Quien te entiende...

The Lawyer ⇨ |j.b| |EDITANDO| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora