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Domingo, 25 de Mayo, 2015, 4:56 pm.

"Sandy, en cuanto tenga los informes del asesinato en Chicago, aviseme y traigamelos." Solté el botón una vez finalicé la frase son esperar por su respuesta.

Intento concentrarme y no perder el hilo de mis cosas, pero tengo un grave malestar, no se si tiene que ver con todo el estrés que tengo y la falta de sueño o que, pero, realmente, me estoy empezando a sentir mal... Por lo tanto, me levanté y fui al baño. Me miré al espejo; me veía realmente demacrada, a pesar de que había tapado mis ojeras... Rostro decaído, pálido, en resumen; enfermo. Tomé un poco de agua entre mis manos y esparcí un poco por mi cuello y nuca, con intención de calmar un poco mi malestar.

"Jefa..." Era Sandy."Jefa, le traigo su informe. ¿Donde está?"

Empecé a sentir como todo daba vueltas, las paredes blancas azuladas de mi baño se movían en espiral alrededor mio, haciendo que el mareo fuera mas. Me agarré a la encimera que era lo mas cercano a mi.

"Sandy... estoy... aquí." hablé como podía.

"Señora... ¿Se encuentra bien?" Fruncio el ceño.

Y justo cuando estaba a punto de decir que si, todo se volvió negro. Caí en la penumbra.

↭↭↭

Oía voces, pero no las identificaba, me sentía cansada, como si una tonelada de hormigón hubiera caído sobre mi, y especialmente sobre mi cabeza. Abrí los ojos, encontrandome con una luz muy brillante y molesta iluminandome y provocando que el dolor se agudizara.

Gemi. E intenté tapar la luz con mi brazo.

Rápidamente al oír que ya estaba despierta pude oír como un par de personas se congregaban alrededor mío. Da igual si es solo un simple mareo o un estúpidos resfriado, ellas siempre actúan como la tipica madre abnegada que se preocupa por la más mínima cosa que le pase a su hijo menor.

Quería rodar mis ojos, pero hasta para eso me sentía cansada, no podía abrir mis pesados párpados.

Se oyó un jadeo.

"¡Mirad! ¡Ha movido un dedo!" La voz de Hailey desencadeno que las demás empezaran con sus chillidos.

Gruñi.

"¿No--." carraspee,"--podríais hablar un poco mas bajo?" Mi voz sonaba peor que la de un camionero.

"¿Cuanto tiempo llevo aquí?" Pregunté con asombro.

El médico río.

"Tranquila, llevas apenas tres horas." sonrió.

"¡¿Tres horas?! ¡Pero yo tenia que terminar unos informes! ¿¡No me podíais haber despertado?!" Alcé los brazos con algo de dificultad, ya que aun me sentia algo cansada.

"Tranquila Lice, ya le pedí a Sandy que se ocupara." Sonrió e intentó agarrar mi mano a lo que yo rechacé apartando la mía de la suya y la miré con recelo.

"¡A Sandy! ¡Esa mujer no debe de hacer mi trabajo, esa es mi obligación! ¡Y además, a mi me gusta que la cosas se hagan a mi manera, por eso prefiero hacerlas yo!" Exclamé para después bajar mis piernas de la cama. Y debido al esfuerzo un pequeño mareo se hizo presente en mi, pero intenté que se notara lo mas mínimo.

The Lawyer ⇨ |j.b| |EDITANDO| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora