Atardeceres azul cobalto.

Capítulo 5: Ali

Mi hermana se gira y se da cuenta de que la estoy observando. Me dedica una sonrisa amable y me llama con la mano. Entro en la habitación y me siento en su cama mientras ella deshace la maleta.

-A ver, cuéntame- me dice, mientras se mueve de un lado a otro colocando sus cosas en los distintos cajones.

-¿Qué quieres que te cuente?

-Pues no sé, llevo sin verte desde Navidad, algo nuevo pasaría...

-Aquí nunca pasa nada- mientras digo esto esquivo su mirada. Nos estamos metiendo en un tema complicado.

-Estás siendo pesimista.

-No, no soy pesimista, soy realista. Son cosas muy diferentes.

-Ali, mírame- no la miro, pero continua igualmente- Mamá está preocupada, me estuvo hablando de ti de camino a casa, de como estás últimamente, de tu actitud negativa ante todo. Sé que con ella no vas a hablar, pero tengo la esperanza de que a mí me digas algo de lo que está pasando.

Skyler se sienta en la cama y me mira, pero yo no tengo nada que añadir.

-Ali, ¿me vas a decir algo?

La miro a los ojos, quizás un tanto desafiante, pero ni una sola palabra sale de mi boca.

-Ali, ¿qué pretendes con esto?

-No pretendo nada.

-Pues no sé de que forma ayudarte si tú no haces un mínimo esfuerzo por poner algo de tu parte.

-Skyler, no quiero enfadarme contigo.

-¿Tan difícil es decir lo que pasa? He tenido tu edad, he pasado seguramente por situaciones parecidas. Confía en mí.

-No, te aseguro que no has pasado por esto. Daría casi cualquier cosa por tener una adolescencia como la que tuviste tú.

-No digas eso, porque también viví situaciones duras, la primera estar separada de mi familia desde muy pequeña.

-¿A esto lo consideras familia? ¿En serio? Si de verdad la consideraras tu familia no volverías solo por Navidad y en verano, dos semanas como mucho cada año. Es más, si tan duro fue para ti estar lejos de "casa" habrías venido a estudiar estos cuatro años cerca, pero no, sigues tan lejos como siempre.

-Para, estamos hablando de ti. Mis decisiones son mis decisiones, y tengo criterios para tomarlas.

-¿Y crees que yo no tengo criterio entonces? No puedes llegar aquí como si lo supieras todo. No tienes una varita mágica que pueda resolver los problemas. Has sido siempre la niña modelo de la familia, pero que tú intentes ser perfecta no significa que yo quiera serlo. Sé que quieres ayudar, pero esto se te escapa. Tú también te has equivocado y no has estado en momentos que necesitaba tu ayuda. Ahora es tarde. A veces deberías hacer autocrítica, ni yo soy la oveja negra, ni tú tan perfecta como quieres hacer ver a la gente. Hasta mañana.

Salgo como un torbellino. Antes de darle tiempo a reaccionar, me meto en mi habitación. Cierro con llave y también cierro la puerta del baño que Skyler y yo compartimos, que conecta con ambas habitaciones. Estoy cansada, pero tengo un peso en el pecho que no me deja dormir. Va a ser una noche larga.