Capítulo 6: Álex

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Llego a la piscina y me cambio rápidamente para entrar cuanto antes en el agua.

Nado unos cuantos largos lo más rápido que puedo, hasta que tengo que parar en el bordillo para recuperar el aliento. Veo entonces como unos zapatos negros de caballero, perfectamente encerados, se acercan a donde están mis manos apoyadas. Miro hacia arriba y me encuentro con un hombre de unos cincuenta y pico años, que me mira con una sonrisa.

-Ya te echábamos de menos por aquí.

-Yo también echaba de menos esto.

-Te he estado observando y no has perdido la técnica chico, quizás si un poco de resistencia.

-Tienes razón, tengo que volver a ponerme a ritmo de competición.

-Sabes que esta es tu segunda casa y estaremos encantados de verte de vuelta.

-Lo sé, gracias. Seguramente no vuelva a competir a alto nivel, depende de como sea el próximo año.

-Lo entiendo ¿Cómo está tu hermano?- mientras dice esto se sienta en el suelo, de forma que quedamos casi a la misma altura.

-Ya está en casa. Va a hacer diez meses del accidente. Todo se ha quedado en un susto, pero aún queda un duro trabajo antes de que se llegue a recuperar por completo.

-Me alegro de oir eso. Sabes que si podemos hacer algo, solo tienes que pedirlo.

-Muchas gracias. El equipo y el club en general habéis sido un gran apoyo.

-No las des, estamos aquí para eso. No quiero ser pesado, pero vuelvo a insistir en que te queremos de vuelta.

-Yo también quiero volver, créeme. Esto para mí es mi desahogo ante todos los problemas.

-Puedo verlo- dice mientras se levanta- Bueno chico, eres el último y yo me tengo que ir ya. Simplemente baja el fusible de las luces cuando termines. Ya sabes donde está la llave para cerrar y donde guardarla.

-Si, lo sé- sonrío. Privilegios de llevar aquí media vida, o más bien la vida entera.

-¿Me puedo quedar tranquilo?

-Si, no te preocupes.

-Muy bien chico. Disfruta todo lo que puedas.

Cuando estoy a punto de echarme otra vez al agua, me vuelve a llamar:

-Álex, solo una cosa más. No te culpes por lo de tu hermano, ni siquiera todos los esfuerzos de un hermano mayor pueden impedir que cada uno tome sus propias decisiones, sean buenas o malas.

Asiento, pero no estoy de acuerdo. Yo debía protegerlo y fallé. Espero que todo lo vivido durante estos diez meses lo haya escarmentado, le haya hecho pensar, y sobre todo, que haya empezado a confiar en mí, no puedo ayudarlo de otra manera.

Vuelvo al agua, porque precisamente he venido aquí para dejar la mente en blanco y olvidarme de todo. Me paso la noche nadando de un lado a otro, distinto estilos, diferentes secuencias, explotando mi cuerpo al máximo. No me conformo, siempre me pido un poco más, una brazada más, un largo más. Cuando ya estoy exhausto y no puedo con mi cuerpo, salgo del agua. El dolor de ciertos músculos ya se deja entrever. Sé que mañana será peor. Intento solucionarlo estirando y con una ducha en agua fría.

Tras la ducha rápida, me visto y cojo el móvil para ver si tengo algún mensaje importante. Veo que hay varios y... Mierda. Esta noche era la cena de clase de fin de curso. Miro el reloj. Son las tantas de la mañana, está claro que aunque en España se cene tarde, estas horas son casi más de desayuno que de cena. Salgo del vestuario con la bolsa colgada del hombro y con el móvil en la mano llamando a Fer. Bajo los fusibles de la luz y cierro la puerta. El teléfono sigue dando pitidos pero nadie coge al otro lado. Capullo... Pruebo entonces con Carlos. Al tercer pitido me coge.

-Hey tío, estábamos preocupados ¿Dónde estás?

-Dime donde estáis vosotros y ya voy.

-Estamos en el sitio de siempre.

-Vale, voy para allá.

****

A los pocos minutos entro por la puerta y Carlos me saluda amistosamente:

-Tío, nos dejaste colgados, ¿qué haces con tu vida?

También están Gabi y Lucas, a los que saludo después. No hay ni rastro de Fer.

-¿Dónde está el capullo de Fer? Lo llamé y no me cogió.

-Está ocupado... Ejem, ejem... Tú ya me entiendes... Pero lo que realmente importa: ¿cómo apareces así en la noche de fin de curso?- pregunta Lucas, mientras mira mi pelo aún mojado.

-Vienes de entrenar. Puto obsesionado con el gimnasio, que lo importante es el interior. Que la gente que te quiere de verdad no se fija en eso. Lo importante es el interior, el interior te digo. Esto es como cuando tu abuela te prepara una comida que parece un completo desastre, pero después sabe de maravilla. Placer de dioses, te lo digo con la mano en corazón, ¿la ves? En el corazón...

-Va contentillo- digo sonriendo y mirando a Gabi.

-Si- dicen los otros dos al unísono, asintiendo con la cabeza.

-Lo dejó Mónica. Empieza el verano, los cuentos de hadas se terminan. La dura realidad- dice Lucas mientras le da un sorbo a su bebida.

-¿Qué te pido para beber?- me pregunta Carlos

-No me apetece nada. Estoy reventado y no cené.

-Que es fin de curso. Hemos sobrevivido a un año escolar entero. Hay que celebrarlo.

-Eso tío, que para deprimidos ya tenemos a este- dice Lucas mientras agarra a Gabi, que no atiende a la conversación, perdido en sus pensamientos.

-Vale, vale, que sea una caña ¿Qué tal la cena?- le pregunto a Lucas, mientras Carlos se acerca a la barra.

-Bastante bien, de la gente de este año no hay queja. A ver si para el año nos tocan más o menos las mismas personas y meten a Gabi y a Fer, que se quedaron descolgados.

-¿El año que viene? Queda lejos, muy lejos- dice Carlos mientras viene con mi bebida y me la entrega- Queridos amigos míos, esta noche es para disfrutar- dice mientras rodea con los brazos nuestros hombros.

La noche discurre en compañía de mis tres amigos, entre risas, más de una vez provocadas por Gabi, que va recuperando poco a poco la compostura. Pobre chaval. Tras varias horas llega el momento de separarnos. Nos despedimos en la puerta del bar y tomamos distintos caminos. Nos adentramos en las calles oscuras, en las que dentro de un par horas se verán las luces del amanecer.


Queridos lectores, me dirijo por primera vez a vosotros para daros las gracias. Me hace mucha ilusión esta novela y ver que van aumentado poquito a poquito las visitas me anima a continuar. Os pido que comentéis y me hagáis saber que os va pareciendo. Todas la críticas constructivas son bien recibidas.

En lo referente a este capítulo, es más largo que los demás. Los primeros son bastantes cortos porque me parecía importante introducir a ambos personajes y no quería que se hiciera muy aburrido. Además en este se introduce la visión del hermano mayor, mientras que en el anterior se veía la de la hermana pequeña, y nos adentramos un poco más en el mundo de Álex.

Por último deciros que intentaré subir más a menudo, y que a partir de los siguientes capítulos las cosas se van a poner más interesantes.

Un abrazo muy grande y gracias por estar ahí.





Atardeceres azul cobalto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora