Capítulo 9: Álex

30 2 2
                                    

Me despierto cuando la luz del día se filtra sin dificultad entre los huecos de la persiana. Aturdido, me levanto, asimilando que estoy en mi habitación y empezando a recordar la noche anterior.

Surrealista, no puedo describrirlo de otro modo, una situación totalmente surrealista. Te metes en líos por ayudar a alguien y ni un gracias sincero. A partir de ahora voy a ser un capullo, que a esos si que les va bien.

Isaac, que ya me ve la cara en cuanto entro en la cocina, me pregunta:

-¿Interesante la noche de ayer?

Me limito a asentir con la cabeza mientras me preparo el cola cao aún medio dormido.

-Joder, se te ve con energía chaval- me dice golpeándome en el hombro.

Ignoro el comentario y los dos nos sentamos en la mesa.

-¿Y tú saliste ayer?- le pregunto.

-Si, pero no te vi.

-Yo salí tarde, primero estuve nadando. ¿Te acordarías de avisar a mi madre, verdad?

-¿Cómo?

-Te dije ayer que avisases a mi madre de que no venía a casa a cenar.

-Ah...- dice poniendo cara de pensativo- Pues no, porque yo tampoco vine a cenar y ya que yo tampoco venía... Lo consideré innecesario.

-¿QUÉ? ¿Dónde está ahora mi madre?

-Tuvo que irse a cubrir una guardia al hospital.

-Me va a matar y si me mata... Tú te vienes conmigo.

- No me vas a matar porque llevo toda la mañana pendiente de tu hermano, cuando hoy te tocaba a ti.

-Te diría que te amo muchísimo, pero...- lo miro con recelo- ¿Qué quieres a cambio?

-A mí me tocaba esta tarde...

-No.

-Si.

-Tío, que no, que hoy iba a quedar con Fer, que no lo vi ayer.

-Deberías darme las gracias, porque aunque tu madre se enfade contigo, como te vas a quedar con tu hermano por la tarde, pues se va a suavizar la bronca.

Me quedo mirando la taza, en la que solo queda el cola cao en el fondo. Isaac siempre me las lía de tal forma, que en un principio es él el que me las debe, y al final siempre le quedo debiendo yo favores.

Sin darme tiempo a replicar empieza a sonar mi móvil.

-Es mi madre.

-Cógele.

-¿En serio? Pensaba colgarle- le digo con sarcasmo.

Respiro unos segundos y descuelgo.

-Hola mamá, buenos días.

-Buenos días serán para ti, que te acabas de levantar, no para mí que no doy hecho hoy. ¿Desde cuándo sales por ahí sin avisar ni nada? Pensé que habías ido a hacer deporte, pero cuando hoy me levanté y aún no habías llegado...

-Mamá, tranquila.

-Porque confío en ti, porque sino la policía ya estaría buscándote.  No avisas de que sales. Ni un mensaje, ni nada. ¿Dónde te metiste?

Le echo una mirada asesina a Isaac.

-Me encontré con Carlos y otros amigos, y me entretuve.

-¿Entretenerte hasta la mañana siguiente? Si que es entretenerte, la verdad. Además sabes que no me gustan esas compañías.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 14, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Atardeceres azul cobalto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora