Sí, lo tengo
guardado en un bolsillo roto,
lo alcanzo en dos tiempos
y otras veces ni lo noto.
Lo compartiré contigo
en caso de común acuerdo,
desde la fidelidad de un amigo
o de un amor para el recuerdo.
Soy dueño de la soledad empírica
e hijo de la incertidumbre.
La vida no es satírica,
la vida es la agonía de la muchedumbre.
Contempla el mundo
y te enseñaré lo que no se ve,
olvida al iracundo
mientras me pongo de pie.
Disfrutemos la vida en su dolor,
Disfrutemos la vida en tu sonrisa,
Porque todo es de color
cuando disfrutas sin la prisa.
Esta es mi invitación
y, aunque todo sea sencillo,
hay una sola condición,
tengo un afecto de bolsillo.