El pecado original

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Nuestra complicidad

nace en el seno del desenfreno

Donde la visión nos sabe a placer

y el tacto nos enseña el gusto

Ese cosquilleo en el alma

es propio de los designios primeros

el sudor de los cuerpos

las inhalaciones

las exhalaciones forzadas por Venus

En cada uno de nuestros movimientos de pentagrama

Donde nace la música de los tiempos efímeros

Tú y yo

somos marionetas dispuestas a todo

confabulamos contra el titiritero bondadoso

y trenzamos nuestros hilos

sobre el follaje de las plumas

Arrancamos la razón de nuestra carne

y adoptamos la forma del infierno

cuando incineramos el deseo

y erizamos nuestra sensibilidad

Somos dos perdidos en el cosmos

perdidos en las celebraciones nupciales

perdidos entre lunas embarradas de miel

perdidos entre sábanas

perdidos entre el pecado original

que solo gozan los ángeles caídos

en los momentos de eterno cielo.

Cuando se desnuda el interiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora