Mañana será otro día

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Demasiado ruido...
Hay demasiado ruido ahora mismo como para pensar en el dolor de hace unas horas,
Mi cabeza se siente pesada,
quizás me he quedado demasiado tiempo bajo la ducha, y aquella imagen se repite en mi memoria una y otra vez; dejé el jabón sobre el marco de la ventana y me senté bajo la llovizna de agua caliente, me perdí entre los mismos inútiles pensamientos que circundan mi mente a diario y que no recuerdo ni cuando empezaron, no noté cuando el agua se empezó a enfriar, al percatarme de la tunda helada que se abatía sobre mi espalda, un estopor agradable aceleró mi corazón, y aquella agua gélida que inundaba mi cabello, cubría mi piel y disimulaba mis inexistentes lágrimas me hizo comprender el vacío tan grande que yo misma he creado en mi vida, al levantar la cara miré cuidadosamente a mi alrededor, aquel pequeño, humeante y frío baño que cubría mi pequeña, borrosa y helada existencia, me sentí el ser mas frágil del planeta, como si en ese instante pudiera romperme si tan solo me movía un poco.
Sé que estoy sola porque yo he sido la que se aleja de la gente, y nunca culparé a alguien porque sé que no hay culpables, nunca los habrá, la puedo encontrar unicamente mirando el espejo, entre los reflejos, tocando mi cuerpo...este frío se asemeja mucho a lo bien que me siento estando sola, a lo bien que me siento llorando porque mi peso no ha bajado, a lo bien que me siento cortando mi piel cuando mi mente se ha desenfrenado.
Y es así como me levanto, despacio, con cuidado, siento el mareo y todo da vueltas, me sostengo con la pared y detengo la regadera, entonces se me olvida que hace un minuto realmente pude haber logrado hacer que mi corazón se detuviera.
Por pura voluntad.