Estoy sentada frente al aire, sentada frente al infierno maravilloso de este mundo inefable,
los sonidos monstruosos se confunden con los latidos de mi corazón y mi garganta se irrita al punto de parecer una melodía ruidosa y grotesca.
La gente va y viene, se enreda, se funde y desaparece,
como si realmente nunca hubieran existido, ya que nunca más se cruzaran por mi vista de nuevo.
Un encuentro casual con una vida que lucha en la supervivencia de este lugar que no esta hecho más que de sal, de cemento, me hace pensar en lo efímero de nuestro lazo, del tiempo a tu lado y el daño que nos hemos hecho...
Luces maravillosas bailan al compás de las minúsculas partículas de polvo que caen invisibles como lluvia sobre mi pequeña y ridícula existencia;
no puedo escuchar tu voz ni tus latidos, la distancia hace interferencia en mis oídos.
Me sumerjo en un mar de confusiones,
me ahogo intentando buscar tus respuestas en lo profundo, sin tocar el fondo,
te entrego mi cuerpo y me fundo contigo,
juntos tocaremos el cielo y en esa estrella que descansa sobre el infinito,
jamás volveremos a soltar nuestras manos de nuevo.
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Mañana será otro día
RandomPensamientos y palabrería de una chica que hace mucho tiempo olvidó que la vida es eso que pasa todos los días y a sus 20 años aún no encuentra su lugar en este mundo.