- Es.... Es imposible, ósea no, no entiendo esto, ¿que clase de persona se atrevería a hacer esta horrible broma?, ¡¿la gente de hoy en día no tiene sentido común o algo de... Prudencia?! -, Javiera estaba roja de rabia, sabía que ese era un tema muy delicado para Ed, la última vez que intento hablar de eso con el, había logrado perder toda la confianza que se había ganado, miró a su amigo quien aún estaba estupefacto, no sabía que decir, se levantó rápidamente, tomó el libro dispuesto a lanzarlo lejos de ahí, cuando sintió una mano que la asió fuertemente, era ed, la había sujetado para que volviera a sentarse.
- Esa letra... Es.. Es la letra de mi padre, es inconfundible, la manera en la que esta escrita, todo... Esto... No se como paso, pero tengo que ver que es lo que dice dentro.- Javiera volvió a sentarse a su lado, le entregó el libro un tanto temblorosa, no quería perderlo, no queria verlo triste, solo queria que todo fuera tranquilo y normal, cuando ella alegraba sus dias y su mayor premio era su sonrisa, pero el queria hacerlo y ella respetaba eso, edward recibió el libro y lo miró fijamente, como debatiéndose si debía o no abrirlo, después de un largo rato lo abrió lentamente, paso la nota de su padre y vio la primera hoja, en esta rezaba "Familia Crosser, herencia primaria." bajo ese extraño título había una serie de nombres, eran muchos, todos tenían el mismo apellido y cuando llegó al final, casi no se sorprendió al ver el nombre de su abuelo sobre el de su padre, paso una vez más la página y leyó en voz alta, para que su amiga escuchara.
- Nataniel Crosser, El Bastardo, nací en Venecia, mis padres... No tengo idea, sólo recuerdo a Catalina, la mujer que me crió y me dio nombre y apellido, desde joven fui solitario, me daban asco los demás niños, es más... Odiaba a la humanidad, sólo soportaba a mi supuesta madre, ella era diferente a esos hipócritas, yo era muy distinto a todos ellos, era más alto que cualquiera y mis hombros eran increíblemente anchos, sin olvidar que también era más inteligente, mientras los ignorantes elegían jugar y ese tipo de sandeces sin sentido, yo prefería estudiar, sentía que era diferente... Quería ser diferente.
El día que cumplí los dieciocho años célebre con Catalina en nuestra casa, quería mucho a esa mujer y ella a mi, pero todas las personas me detestaban, yo era un arrogante y un maldito, aquella noche entraron a nuestros aposentos tres hombres dispuestos a llevarse todas nuestras pertenencias, asesinaron cruelmente a Catalina, frente a mi, vi como ese cuchillo entraba y salía de su vientre y su pecho, aquellos bastardos.... Lo estaban disfrutando, la rabia recorrió mis venas junto con la adrenalina, sentí mis músculos contraerse, mis pupilas se dilataban, podía ver claramente aún en la oscuridad, podía escuchar sus latidos y los míos, me abalanze contra el que tenía más cerca, le di un golpe directo en la cara, sentí su nariz romperse, me llene de regocijo pero no había tiempo de dudar, di una patada en la mano al maldito que apuñaló a Catalina y el cuchillo voló lejos, me levante y tome una vieja espada que estaba como adorno en la pared, degolle al desgraciado, la sangre brotó con rapidez y un caudal increíble, estaba impactado, jamás había creído que matar se sentía así, pero olvide que habia un tercer intruso en la casa, ese fue mi último error, mejor dicho, mi último error como humano.
senti como una espada me atravesaba por el pecho, caí lentamente, no salió sangre, no hubo dolor, solo miedo, miedo de haber fallado en mi venganza, comencé a perder el conocimiento cuando entonces sentí aquello, no se como describir lo que sentí, pero era calido, cálido como una brisa en verano, no controlaba mis extremidades ni nada, sólo controlaba mis ojos que miraban a el intruso que me había apuñalado, jamás olvidaré ese día, nunca entendí bien que fue lo que sucedió pero unas sombras comenzaron a rodear a ese hombre, lo oi gritar, suplicar y llorar, pero lo último que escuche de aquel individuo fue el "crack" que hizo su cuerpo al reventar dentro de las sombras.
Luego de este suceso me impuse como meta descubrir que era yo en realidad, no había nada en ningún libro o pergamino, ningún registro, nada... Me debatí internamente y llegue a la conclusión de que tenía que tener descendencia, mi poder debía de mantenerse vivo y yo no era inmortal, o tal vez lo soy... No quise correr el riesgo y abandone mis estudios y comencé a tener una vida normal, conocí a una mujer y me enamore de ella, su nombre era maria, nos casamos y tuvimos siete hijos, cuatro hombres y tres mujeres, eran mis primogénitos pero al parecer ninguno heredó ningún tipo de poder como el mío...
...o eso creí, una noche salí a cazar con mi hijo mayor cuando el ya tenía veinte años, era identico a mi cuando tenía esa edad, nos atacó una manada de lobos yo corte con el hacha a uno pero quedaron varios y nos rodearon, yo trate de invocar ese poder pero no lo logre, sentí miedo por primera vez en mi vida, pero no miedo a morir, miedo a no poder terminar mis estudios, miedo a que mi primogenito el que potencialmente podía ser mi descendiente de poder muriese, entonces lo vi, las sombras otra vez, estaban rodeando a todos los lobos. Mire atónito a mi muchacho, se veía más grande, mayor, sus ojos estaban negros, sus músculos tensados, y la tierra bajo el palpitaba como si sintiese un gran poder sobre ella, de sus dedos salían hilos de sombra que iban a parar a los lobos, y los apresaban, comenzaron a aullar para luego rendirse a la muerte, no quedaron rastros de sangre, ni de cadáveres, cuando las sombras atacaban algo estas no dejaban rastro de nada , cuando volvieron a la mano de mi hijo, se desmayo, me lo cargue al hombro orgulloso de el, jamás le conte lo que paso esa noche, pasaron los años y mis hijos se fueron de casa, tuvieron hijos... Nietos... Bisnietos y yo aun aparentaba cuarenta años, mi inmortalidad fue algo difícil de superar y de ocultar, mi esposa murio cuando nuestro hijo menor tenía veinte años simule mi muerte y vivi escondido por más de cien años, ahora dominó un poco mejor mis poderes, en esta generación le dicen magia negra, pero eso es culpa de las sombras y de que me han visto utilizar mis poderes unas cuantas personas importantes, pero eso es lo de menos, hace un par de días descubrí el poder de la videncia, pero no lo controló y vi más de una cosa perturbadora, entre ellas mi muerte, moriré dentro de unos minutos a manos de algo que esta fuera de mi comprension, pero no importa, inserte un tanto de mi poder dentro de este cuadernillo, y buscará al sucesor de mi poder que de seguro es uno de mis descendientes, escribe aquí todo lo que descubras sobre nuestro extraño poder, si no me equivocó el próximo en leer esto es mi bisnieto, debes asegurarte de que el apellido Crosser se mantenga vigente, cuando mueras el libro buscará al descendiente automáticamente... No puedo negar que tengo miedo, moriré a manos de algo que no conozco y que esta fuera de lo que abarcan mis poderes, debemos preparar al próximo Crosser que se enfrentara a este monstruo, pasarán muchas generaciones y descubrirán nuevos poderes... Esperó no cometer ningún error al decirte esto pero, el tercer Edward de la lista Crosser es el que tendrá que enfrentarse a este animal, esperó estés preparado porque tienes una semana para prepararte antes de que el te encuentre, debo terminar rápido esto, pues acabó de ver como mi puerta cae en en el piso a mi lado, tengo miedo , al fin y al cabo esa puerta era puro acero.- Ed volvio la página lentamente, buscó entre la lista de nombres, sintió su estómago revolverse cuando leyo dos veces el nombre Edward, pero sintió un mareo aún más grande cuando vio su nombre escrito en negra tinta, estaba en la lista justo abajo de su padre.