El mas triste adiós

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Sus labios eran cálidos, sintio como hacian presion sobre los suyos, poso una mano sobre su nuca y con la otra acarició sus mejillas mientras sus cuerpos se fundian en un apasionado beso, ed habia estado inconsciente durante casi cinco minutos, Javiera ya estaba perdiendo la calma, se disponia a llamar a una ambulancia cuando este desperto y sin mas aviso la beso, fue inesperado, y la aturdio en un principio, pero con el pasar de los segundos se fue acomodando al ritmo de los labios de ed, era un momento perfecto que se vio arruinado cuando javiera levanto la mirada y vio parada frente a ellos, sobre el lugar donde habia caido el libro originalmente, una mujer, era delgada y alta, no tanto como ed, pero lo bastante alta para destacar, el cabello negro le caia por los hombros, en su rostro blanco y perfecto, destacaban sus ojos cafes y grandes como castañas, era hermosa, su cuerpo no quedaba atras, llevaba un ceñido traje de algun material que ella no conocia, pero levantaba sus voluptuosos pechos, en la cadera llevaba una cinta roja que marcaba el final de su viente y el inició de sus caderas, sus miradas se cruzaron, era una mirada penetrante y serena como la de un felino acechando a su presa, Javiera se sintio pequeña e indefensa, la mirada escrutadora de aquella mujer, el terror invadió cada parte de su cuerpo, miro a ed y se dio cuenta de que el tambien la miraba atonito, ambos estaban paralizados frente a la misteriosa mujer que cruzo los brazos, una sonrisa de complicidad asomo por sus labios.

- chicos, no se corten, puedo esperar aqui mientras terminan, al fin y al cabo espere miles de años, unos diez minutos mas no matan a nadie.- levanto una mano con desenvoltura y una de las sillas que estaban en la mesa comenzo a moverse hasta quedar a la altura de la mujer, se sentó con elegancia y cruzo las piernas, mirando fijamente a ambos chicos, ed y Javiera se acomodaron en sus asientos y miraron con nerviosismo a la mujer, hasta que ed rompió el silencio

- quien... Quien eres?- en su voz se denotaba cierto nerviosismo, pero no miedo, ed habia actuado como si ya conociese a esa mujer.

- no lo se, dime tu, Nataniel me llamo ibraum, Ricardo me llamo coran, vincent me llamaba itzal, este último me gustaba bastante, fueron bonitos tiempos en Euskadi, hasta que aparecio Taedium y los asesino a todos, un hecho lamentable pero ya no hay nada que hacer.- mientras decia esto movia sus manos como si dentro hubiese un run run* pero en vez de eso habia una especie de bola hecha con sombras que cambiaba de tamaño con cada movimiento de sus manos, ed cautivado por aquel extraño tic nervioso de la mujer, sin dejar de mirar dijo muy serio.

- Entonces te llamaremos Itzal, pero... Cuando relataste la historia de abraham mencionaste algo sobre que no tenias nombre por que ahora es tan importante? - Itzal sonrio cuando ed termino, era una sonrisa de complacencia.- dije que me llamaban de tal manera, no que ese fuera mi nombre, para nosotros los nombres tienen un significado mas alla que el de una simple palabra.- hizo una leve sonrisa enseñando sus blancos y perfectos dientes, entonces se puso seria de un momento a otro, fue un cambio tan brusco que ambos chicos se estremecieron.

- bueno edward, se lo dices tu o lo hago yo, aunque te confieso que no soy buena en esto de las relaciones humanas y bla bla bla.- movio las manos en circulo mientras sacaba la lengua, javiera se sobresalto al saber que hablaban de ella, miro a ed y este se revolvio en el asiento con nerviosismo.

- agh, ustedes los humanos y sus sentimientos, se lo dire yo, oye niña...- no! Yo se lo dire.- se dio vuelta quedando de frente a javiera, cambio su semblante completamente.- esto... Ems... quiero que salgas de mi casa en este momemto, que desaparezcas de mi vida y no vuelvas mas, no quiero volverte a ver nunca.- un helado escalofrio recorrio su cuerpo, sintio como su corazón se aceleraba con cada palabra que ed decia, en pocas palabras, estaba aturdida, hace unos minutos se habian besado y ahora le pedía que se fuera.

- que?... Ed... Que sucede...a... A que vino.. Eso?.- las palabras no salian de su boca, tenia un nudo en la garganta, miro a los ojos de su amigo esperando que ellos demostraran un atisbo de que eran una broma de muy mal gusto pero no, ahi estaban los ojos castaños y serios de siempre, tan impasibles y cargados de rabia acumulada.

- ¿acaso no me escuchaste?, vete ahora.- apunto la puerta con el dedo y la miro desafiante, aun estaba ahí el rencor de sus ojos, eso iba en serio, tendría que irse... Pero porque su mejor amigo estaba haciendo esto, con que razon lo hacia?, habia hecho algo malo?.

Aun impactada por la peticion intento defenderse, aunque le costo mucho.- ed.. Estas seguro de lo que me estas pidiendo?, si necesitas ayuda en algo dimelo y juntos saldremos adelante, juntos... - ed ablandó la mirada y javiera sintio una pequeña esperanza.- si..necesito tu ayuda...- le brillaron los ojos y la felicidad lleno su ser, pero esto no duró mucho.- necesitó que te largues y no vuelvas mas, necesito que me olvides y que olvides todo lo que alguna vez vivimos.- volvio a sufrir lo mismo una vez mas, ya era oficial, el la quería fuera y ella se iria, aun conservaba un poco de su orgullo, se levanto y miro a ed, luego desvio la mirada hacia la mujer, con todo lo que había sucedido, olvido la presencia de esta cuando la miro vio en sus ojos la pena, como si sintiese el mismo dolor que ella, la comprendia y sabia el dolor que estaba sintiendo, pero algo le decia que itzal tenia que ver con esto, fue lentamente a la cocina y dejo en un plato la comida que habia preparado con tanto cariño para ed, mientras guardaba su fuente en la mochila una lagrima amenazo con caer, pero cerro los ojos con fuerza para ahogarla, sus movimientos eran mecanicos y su mirada estaba perdida, era identica a un automata programado anteriormente para hacer eso, atraveso el portal de la cocina, y salio al living, ed e itzal, ella seguia moviendo distraídamente la esfera de sombras mientras la miraba con lastima, a diferencia de la mujer, ed no la miraba, estaba perdido en sus pensamientos, el siempre hacia eso, se podia quedar asi durante minutos sin moverse, como una estatua, siguio caminando, llego a la puerta puso la mano en la manilla y antes de abrir añadio.

- Edward crosser, tu color favorito es el negro y adoras cuando lo combinan con el rojo, tu musica favorita es muy extraña, el oi! Nadie lo conoce, el punk muchos lo aborrecen y el rock transgresivo es muy extraño, eres frio y serio, odias el contacto con las personas, sufres de antropofobia, eres increíblemente desconfiado, muy inteligente, eres una increible persona que vale la pena conocer, yo tuve el privilegio de hacerlo y de presenciar tu mejor lado, asi como el peor, perdi la cuenta de el tiempo que pase a tu lado te volviste necesario en mi dia a dia y espero que también te haya sucedido lo mismo, ahora me pides que me vaya y debes de saber que tengo dignidad, no me diste una razon, solo lo pediste y ya, te lo preguntare por última vez y quiero que tengas claro algo, si ahora salgo por esta puerta no volvere jamas a tu lado, este sera el adios para siempre. Entonces... ¿Aun quieres que me vaya?- itzal se sobresalto ante la pregunta, la esfera de sombras se desvaneció miro a ed como si temiesr algo, este movió la cabeza y miro fijamente a Javiera, sin cambiar ningun rasgo facial añadio.- pon el candado cuando salgas porfavor.- javiera lo miro a los ojos y le sostuvo la mirada un momento luego, abrió la puerta furiosa y la cerro con suavidad, salio afuera y cerro la reja con candado y camino en direccion al autobus, el cielo se estaba volviendo gris oscuro, comenzó a llover lentamente y de un momento a otro estaba cayendo un aguacero, cerro su chaqueta y acelero el paso ya no lo aguantaba mas, bajo los brazos con desgana y rompio a llorar.

El Linaje de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora