En ese instante creo que mi cara palideció y mi corazón paró. – ¿doctor? –Dios ¿Cómo consiguió esta dirección? Entonces es cuando empiezo a escuchar los pasos de mi abuela acercándose.
– ¿Quién es hija? –dijo mi abuela quedando a mi derecha.
–buenas tardes señora, yo soy.
–él es un amigo abuela. –dije sonriéndole y al mismo tiempo cortándole el habla a él.
–me llamo Paul, encantado de conocerla. –le dijo sonriéndole y dándole la mano.
Cuanto me alegro de que no me haya contradicho.
–oh. Encantada de conocerte Paul, hija, creo que deberías salir a pasear con el muchacho y llevar a Scott.
–abuela, no es necesario.
–por mi encantado. –dijo ahora cortándome.
–qué esperas hija, ve por Scott.
–bien. –dije dándome la vuelta.
Fui por Scott y le puse el collar.
–abuela, recuerda llamarme. –dije saliendo de la casa.
–hasta luego señora. –dijo dándole una sonrisa formal.
– ¡hasta luego! ¡Que les vaya bien! –dijo por ultimo cerrando la puerta.
– ¿Cómo mierda me encontraste? –le dije exaltándome.
–tranquilízate Elizabeth, busqué en el registro de información del hospital.
–no te estoy pagando ni te voy a pagar por una sesión, odio a los psicólogos, así que no me busques, conmigo no te ganarás ni para un cigarrillo.
–así que nos odias, ¿por qué? –dijo ignorando totalmente lo demás.
– ¿Por qué me haces preguntas? Deja de fingir que esto te importa y vete, si fui la primera paciente loca que te rechazo pues no te pediré perdón, porque lo que hacen es una mierda.
– ¿crees que si no me importara hubiera buscado tu dirección y estaría aquí?
–solo finges y buscas dinero desesperadamente con alguien que está mal, pero no estoy tan necesitada para buscar un psicólogo.
– ¿sabes qué? Sigue pensando eso, pero yo no te estoy pidiendo dinero a cambio, yo te quiero ayudar.
–nadie me puede ayudar, estoy sola en esto, el pasado y el presente están unidos y lo único que hacen es causar lastima y burlas hacia mí.
– ¿es por eso que nos odias? ¿Piensas que te tengo lastima?
–no. Te odio porque los de tu gremio les vale mierda los problemas de las personas, pero hacen como si les importara por dinero. Te odio porque finges. Te odio porque mi madre es psicóloga. –dije de repente sin darme cuenta, Dios que hice. De repente se me escaparon lágrimas, y lo único que pensé es salir a correr con Scott, eso hice.
– ¡Elizabeth espera! –dijo siguiéndome. – ¡para! –lo dijo y por fin me cogió del brazo.
– ¡suéltame! –dije volteándome y en medio de lágrimas, Scott empezó a ladrar.
–no te conozco lo suficiente para juzgarte, pero no soy como tu madre, déjame ayudarte, déjame entrar a tu vida y prometo no salirme de ella sin antes haber visto una sonrisa verdadera en ti y dejar muerta la tristeza, solo quiero verte feliz, y esto es estúpido, no sé qué tienes Elizabeth, pero haces que quiera perseguirte.
–vivimos hablando de promesas, pero también de romperlas. Lo único que tengo es que llevo mi propia cruz, esa que no se ve a simple vista o quizá sí. No tengo tiempo para sufrir más con amistades erróneas y falsas, no tengo más corazón para esto. –dije limpiándome las lágrimas y calmando a Scott.
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ALONE
Teen FictionAyúdame. Ayúdame a salir de esto; porque estoy cansada. No tengo un gato, no me eh caído, no tengo frío todo el tiempo... No estoy bien. Soy Elizabeth Midnight y necesito de tu ayuda. Estoy sola.