Capítulo 6

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Me desperté temprano, me vestí con un buso manga larga, unos vaqueros y tenis. Decidí ayudarle a mi abuela con las compras para hacer el almuerzo, trato de detenerme, pero le dije que me sentía mejor, además, necesito pensar.

Fui a un almacén de cadena que estaba a 10 minutos, compre todo lo que estaba en la lista y ya me encontraba en la fila para pagar. Cuando voltee la vista a la izquierda y me encontré con Wendy caminando hacia mi dirección, sin haberme visto y se encontraba con un chico desconocido para mí.

–mierda. –dije en voz baja.

¿Cómo podía estar aquí ella si es día de escuela? Algo en mi dice que la siga, pero no sé si sea adecuado, aunque si la descubro haciendo algo indebido la podría amenazar, sí. Me gusta la idea.

Me escondí detrás de una mujer que tenía un carro lleno de mercado y al parecer no me vio, trate de no perderle de vista y pague lo más rápido que pude, como era poco lo que llevaba no me estorbaba para alargar el paso, la vi pasando la calle todavía con el chico, esperé que se alejara un poco para pasarla también. El día estaba oscuro, pero no llovía todavía y eso me favorecía mucho. Pasé la calle y los vi voltear a esquina, apuré más el paso y la voltee también, luego, ellos doblaron por un callejón solitario así que voltee después, como vi que paraban me agache y me escondí detrás de un bote de basura que estaba lleno, los dos miraron a los dos lados para asegurarse que no había nadie, al parecer no me vieron. El chico sacó del bolsillo de su chaqueta una bolsa pequeña hermética que contenía un polvo blanco, cocaína me imagino, se la entregó rápido y los dos caminaron por el callejón y salieron cogiendo caminos diferentes como si nada. Padres ricos, hija drogadicta, ¿era de esperarse, no?

Salí del callejón por donde vine, estaba muy solo así que apure el paso, vi a dos chicos caminando hacia el lado contrario, se veían tranquilos, pasaron al lado mío, uno me agarro del cuello y me apunto con un cuchillo mientras el otro estaba frente a mí.

–hola mi amor. –me dijo sonriendo sínicamente el que se encontraba al frente mío. –nos vas a dar todo lo que tengas, o sino ese cuchillo va a pasar su filo por tu garganta ¿entendiste?

–sí. –dije tratando de respirar y dándoles las bolsas.

Los dos tipos soltaron una carcajada. – ¿crees que un pedazo de cebolla nos sirva para algo perra? –me dijo el tipo que presionaba el cuchillo.

–no tengo más, se los juro todo lo gasté en las compras. –dije a punto de que mi garganta colapsara y comenzara a romper en llanto.

–claro que si tienes, amor. –dijo el que tenía el cuchillo y ahora pasándolo a mi cintura mientras su boca iba hacia mi cuello.

– ¿Qué pasa aquí? –dijo alguien al que veía borroso a causa de mis ojos aguados, era un hombre.

–jefe acá una perra que no tiene nada que darnos. – dijo el que estaba en frente mío, yendo hacia él.

–tranquilo jefe, que yo si sé que me puede dar. –dijo el del cuchillo besando mi cuello.

–déjenmela a mí. –se me resbalo una lagrima y por fin lo vi, era Kendall que me miraba sin expresión alguna.

–como diga jefe. –dijo el de cuchillo llevándome hacia adelante donde estaba él. –ni se te ocurra intentar escaparte, porque sabrás que es tener un cuchillo dentro de tu cuerpo. –dijo y me beso el cuello por última vez.

–váyanse ya, yo se tratarla. –dijo Kendall cogiéndome de la cintura.

–como diga jefe. –dijeron los dos tipos yéndose rápidamente del lugar.

–escúchame bien Elizabeth, no le puedes decir a nadie esto, porque si lo haces

– ¿Qué? ¿Me vas a matar, o me vas a violar? Por si vas a hacer algo de eso, ¡HAZLO DE UNA VEZ MALDITO HIJO DE PUTA! –dije alterándome y soltándome de su agarre.

Quedé en frente de él, él intentó agarrarme otra vez, pero yo fui más rápida y le di una patada en su entre pierna, Kendall se encogió y se votó al suelo.

–consíguete a otra para saciar tu drogadicción, maldito estúpido. –le dije y salí a correr lo más rápido que pude cogiendo las bolsas, cuando ya estaba lo suficientemente lejos y comprobé que no me seguía nadie, caminé a paso normal y logré llegar a la casa de mi abuela.

–hola amor, ¿Por qué te demoraste tanto? –dijo cogiendo las bolsas que llevaba.

–es que no habían tomates y me tocó ir a una tienda que estaba lejos. –dije acompañándola a la cocina y tomando un vaso para tomar agua.

–por cierto, llamo tu mamá. –dijo sacando las cosas de la bolsa.

– ¿y que dijo?

–que vendrá a hacerme visita.

–mamá chela ella no me puede ver así, va a preguntar.

–por eso vas a pasear a Scott antes de que ella venga y vas a venir hasta que ella se vaya.

– ¿y cómo sabré eso? No tengo celular.

–conserve el que tenía tu tío antes, no es mucho, pero sirve para recibir llamadas, así que te llamare, toma. –dijo entregándome un celular antiguo que tenía pantalla azul. –quedo de llegar a las 15:30, así que puedes estar tranquila.

–bueno, voy a estar en el cuarto de mi tío si me necesitas. –dije caminando hacia el cuarto.

Arreglé el cuarto y busque un libro que guardaba en el closet en caso de que me aburriera, me acosté y me puse a leer, pero no podía concentrarme a causa de los recuerdos que invadían mi mente, los besos en mi cuello, mi garganta empezó a arder y mis ojos a llenarse de lágrimas que se morían por salir, en un cajón se encontraba una cuchilla, la cogí y rápidamente me deshice de mis pantalones y zapatos. Al pasar la cuchilla por pierna derecha una lágrima se escapó de mi ojo izquierdo, y tras morder una almohada rompí en llanto. No soporto, no soporto recordar su boca en mi cuello y sus manos tocando mi cintura y a la vez amenazándome con un cuchillo y Kendall, ese hijo de puta, maldito ¿el jefe de ellos? Si, el chico que me llevo al hospital, ese chico que se ofreció a llevarme a mi próxima cita con el doctor, ese, es el maldito jefe de una organización criminal. Paso otra vez la cuchilla, casi me viola ¿otra cosa que añadir a mi lista? Nuca eh tenido novio y mucho menos eh besado, pero si iba a ser víctima de una violación, ¿pienso decirle a la policía? No. Porque eso conlleva a que mi mamá sepa todo lo que me ha pasado, prefiero fingir a pasar por sus gritos, humillaciones y golpes más de los que me brinda ahora.

Media hora, una, dos horas han pasado y sigo sentada en el piso, la sangre ya se secó y estoy paralizada.

– ¿Elizabeth? –dice mi abuela tocando a puerta.

– ¿sí? –dijo parándome rápidamente y saliendo de mi trance.

–amor ya está el almuerzo, te espero en el comedor. –dijo y sentí que se retiraba.

–me desinfecte las heridas rápidamente y me puse el pantalón y los zapatos.

Me dirigí al baño y me lave la cara, comprobé de que no se vieran mis rastros de haber llorado y caminé hacia el comedor.

– ¿y que hacías en el cuarto?

–estaba leyendo.

–y bien, ¿Qué tal está la comida? –dijo mi abuela sonriendo.

Me encontraba secándome las manos tras haber lavado los platos y sonó el timbre.

– ¡yo voy! –le dije a mi abuela.

–Hola Elizabeth –dijo él sonriéndome apenas abrí la puerta.

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Hola queridos lectores, como no eh estado actualizando capitulo muy seguido les pido disculpas ya que no me ha quedado tiempo y a veces mi inspiración me deja, así que haré lo más posible para subir más seguido, los quiero.

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