Año 1: Noviembre

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Darling:
Siempre he pensado que escribir un diario es una cursilería. Por eso finjo que escribo una carta sin receptor. Estas palabras serán lanzadas al viento algún día; probablemente nadie leerá lo que escribo, lo que me deja tranquila, nadie lo sospecha; estoy feliz con la vida que llevo, como no.
En fin, me alejo del punto, decidí escribir esto porque aunque se que nadie nunca lo encontrará en el lugar en donde lo he dejado, tengo la esperanza de que en unos diez mil años alguien lo encuentre y sepa la verdad de todo, aunque él no sepa quien soy yo o que es lo que paso después. Si lo estas leyendo ahora, curioso individuo pues, ¡hola! espero disfrutes mi historia.
Me alejo del punto nuevamente, comenzare de una buena vez.
Tengo 16 años y no te diré mi nombre, estudio tiempo completo, no tengo una "vida" y así será hasta el día de mi muerte.
No puedo hacer nada, cuando digo nada, es... Bueno nada, me refiero a que no me dejan hacerlo. Cuido a Elliot 5 horas al día al llegar de la escuela, a las 4:30 más o menos, lo que me deja a lo más dos horas en mi recamara haciendo mis deberes y tal vez escuchando algo de música.

Todo empezó hace una semana exactamente. Me dije a mi misma que tenía que hacer algo en mi vida y salir del agujero en el que estaba, eso pensaba.
Era un martes sofocante de primavera, las flores en el árbol de durazno en la escuela me hacían estornudar mientras buscaba el informe que debía entregar para biología en la banca vacía del patio.
Armie me miraba impaciente, nunca esperaba, nunca.
Le mire con ansiedad, mientras mi desesperación crecía.
« Eres una desordenada »
Me dijo antes de darse la vuelta e irse.
Soplé mi chasquilla y guarde todo devuelta a la mochila; antes que atravesara la puerta del salón como todos se marchaban.
Mi cara debió mostrar confusión, tanto, que Will el gótico de la clase me miro a través de su cabello y dijo:
« Reunión de maestros, ya nos vamos.»
Jamás me había hablado antes.
¿Mis opciones?
Irme a casa y cuidar a Elliot de 2 a 9 y hacer la merienda; o ir por ahí con el riesgo de recibir un castigo de por vida.
Sabia exactamente donde quería ir, así que me dirigi allí a toda prisa.
Se qué pensaras que estoy loca, que soy una "rarita" antisocial, pero tengo mis razones, ya verás.
Mire de reojo mientras atravesaba la puerta de la biblioteca, una muchacha de aspecto extranjero me miro con los ojos azules y su piel blanca nieve, ignore su presencia para fijarme en la bibliotecaria.
Luego de decirle lo que quería y recibir una mirada asesina por parte de ella, me dirigí a los ordenadores, busque:
"Armie Sindelen" en google, y sonrei.
Me gustaría saber por que me odia, ¿has escuchado el dicho " a tus amigos cerca a tus enemigos aún más "?
Era eso; nos odiábamos con resentimiento y con pasión; aún así, sabiéndolo ella y yo, no podríamos separarnos, nunca, tal vez el odio era tan grande que nos unía.
Sabia todo de ella, como ella sabia todo de mi; aún así no la conocía en lo más mínimo.

¿Has tenido algún enemigo a tal punto de querer destrozar su existencia?
Pues el mio era Armie Sindelen.
Todo comenzó hace una semana, un martes de noviembre cuando las flores del durazno me hacían estornudar.

Palabras al viento (Short Story ♥) - TSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora