Palabras al viento (Short Story ♥) - TS

Febrero.

Darling:
El día de San Valentin era un infierno , me gustaba pensar que tenía algún novio que me había engañado recientemente y que estaba destrozada; creerás que estoy loca, lo se, pero eso me evitaba pensar en cuán sola estaba en el día del amor.
Evitaba a Sean a toda costa desde el incidente anterior, él me buscaba por los pasillos y a la salida de la clase de literatura, pero yo me escondía entre las sombras, no podía mirarlo a los ojos y decirle lo que paso ese día, ni siquiera pude decirle las dos palabras que luchaban por salir de mi boca.

Darling, querid@ en ingles, no imaginas cuanto deseaba llamarlo así, tal vez en el fondo de mi mente estas cartas son para él.
Pero él jamás las leerá.
Armie se ha vuelto su única preocupación, la busca más que a mi, no puede dejar de mirarla, y ella sonríe victoriosa hacía mi.
Armie, su sol.
Sean, mi universo.
Sean, su tapete.
Yo, la lluvia.

Darling, ¿cómo puedo olvidarlo? Si en el mundo, pudiera pedir tan solo un deseo, sería ser Armie, claro que es egoísta, sabiendo que podría hacer algo caritativo como la paz mundial o quitar el hambre del mundo; pero no podía vivir con sus ojos encontrándose a cada momento, a cada suspiro.

Armie dejo una carta en su casillero, yo la mire con el seño fruncido.
«¿Crees que esto esta bien?»
Por supuesto que no lo estaba, claro que no.
«No, pero ¿quién dijo que yo hago lo que esta bien?» sonrió y me miro con malicia.
A veces me daba miedo, su actitud era asesina, acuchillaba una y otra vez mi corazón, luego estaba Sean, ella con su rostro inocente lo esperaba con el cuchillo en la espalda.
¿Acaso jamás te has sentido así darling? ¿Con una estaca en el corazón que prefieres no arrancar por miedo a más dolor?
Me apena saber que pronto Sean la tendrá también.
La carta de Armie solo decía:
«Si en el mundo, pudiera pedir tan solo un deseo, sería morir en tus labios y luego volver a la vida para amarte.
-A»
Cuando me lo dijo, sentí que la estaca se clavaba más adentro.
Yo jamás haría algo así, aunque lo amaba más que ella, mucho más que el sol.