5-. El cofre

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NARRA SAMANTHA

Entra claridad en mi cuarto, algo que me molesta y hace que me despierte, así que he mirado el reloj que por cierto marcaba las 12:34, así que voy al baño, me miro en el espejo y veo unas ojeras muy grandes, que hacen que me encuentre fea, muy fea, nunca me había visto así, procedo a bañarme y tras bañarme me pinto un poco la raya con un poco de base también, pues no quiero que la gente me vea así, ya que no me gusta lo que puedan pensar o que se compadezcan de mi, odio a la gente que se hace pasar por un rato tu amigo, y que te mienten diciendo que les importas, pues en realidad a nadie le importo, el único que ha demostrado eso hasta ahora ha sido John. Pero John no esta, se ha ido, me ha dejado sola, el era la única compañía que tenía que me podía subir los ánimos, y eso de despertarme y no encontrármelo junto a mi como la pasada noche, me duele, si, puede sonar tonto, pero no tenerlo conmigo en estos momentos me destroza mas de lo que estoy..

Mi movil ha sonado, con el típico sonido ridículo, que tienen todos los móviles al recibir un Whatsapp, si el típico sonido que cuando suena no se sabe de que movil es, pues todos tenemos el mismo, y claro, como no, la pantalla se ha iluminado, con un gran brillo. Cuando alcanzó a coger el teléfono, para desbloquearlo y ver el respectivo mensaje, que pertenecía a Mateo, me caigo de la cama, produciendo un gran golpe, haciendo que el sonido se expanda por toda la casa, y que él suba lo más rápido que puede por las escaleras, pues escucho pasos acelerados cada vez más fuertes, pues se van acercando. Por fin se encuentra presente en mi habitación, y me pregunta que me ha pasado algo asustado, por lo que le sonrió y le digo:

_ nada importante, ¿John se no se encuentra no?-.

_ no, se fue anoche, y bueno sino te ha pasado nada, ven a desayunar debes reponer fuerzas-.

- ahora iré-. Dije un poco insegura y acabando la conversación entre nosotros dos.

Me encuentro bajando las escaleras, a un paso lento pero seguido, sumergiéndome en mis pensamientos, es decir, en mi mama y John, sin duda era en lo único que podía pensar.

Cuando me quiero dar cuenta ya me encuentro en la pequeña cocina de mi casa, si, es pequeña, pero acogedora, y sus colores dan sensación de tranquilidad o al menos a mi. Mateo, me ha preparado unos crepes, con sirope de chocolate tal y como a mi me gustan, acompañado de una galletita, normal pero bonita, me encanta que Mateo me prepare el desayuno, siempre lo hace tan bien, además se molesto en aprenderse todos o casi todos mis gustos, es una persona muy atenta, y mas lo seria ahora conmigo , ya que soy lo único que le queda de mi madre.
Al terminar de comer, me siento muy llena y con ganas de acostarme de nuevo, pero no, no me quiero acostar, además Mateo me ha dicho que en la habitación de el y de ni madre hay un pequeño cofre, que era de ella, que el nunca lo había abierto y por ver yo nunca lo había visto, me dijo que lo poco que pudo ver cuando mi madre aun estaba viva era fotos mía de cuando era pequeña, algo que me emocionada, subo corriendo las escaleras, quiero ver que hay en ese misterioso cofre que mi madre nunca nos enseñó.

Me he plantado frente a la puerta, me trae tantos recuerdos, pero tengo que entrar, entro y me quedo de pie, mirando todo a mi al rededor, aún se puede oler el perfume que mi madre usaba siempre, pero bueno, eso ya son cosas sin importancia . Echo una mirada al tocador, donde se maquillaba mi madre, y veo una pequeña caja, ¿será esa de la que me hablaba Mateo? Sin duda debía de ser esa, así que me siento en la pequeña silla donde se solía sentar ella para pintarse, o incluso se peinarse. La pequeña caja o cofre, es bonita, blanca con flores al rededor y al lado la acompaña una pequeña cámara, un poco vieja.
Al abrirla me he inundado de recuerdos, solo falta hundirme.
En el hay algunas que otras fotos sueltas, pero me llama la atención una, solo una en concreto, pues esta rota por la mitad, la otra mitad también está, pero cual es mi sorpresa, es una foto de mi padre y mi madre cuando estaban juntos, ella la conservaba, sin duda lo tenía que querer, porque para guardar una foto de ellos dos, aunque rota por la mitad... Sigo rebuscando un poco impaciente en la caja, que mas me podría encontrar en ella. Al fondo de la caja, veo un pequeño álbum de fotos, son fotos viejas, no tanto pero si lo son, fotos del hospital, del número de habitación 453A de la habitación donde se quedo mi madre cuando nací yo. Pero para mi sorpresa, mi madre tiene dos niñas en brazos, una era yo ¿pero la otra?¿tengo una hermana y no lo he sabido nunca en 16 años sino hasta ahora?¿donde esta ella? En ese momento se me llena la cabeza de preguntas estúpidas y no tan estúpidas.
Creo que ya es hora de que cierre la pequeña caja tan bonita que conservaba mi madre, con extraños secretos. Pero no puedo, no puedo dejar a medias lo que he empezado a ver. Así que termino de ver el álbum, en todas se repite lo mismo, dos pequeñas con su madre, donde una de ellas soy yo, hasta que llega una página, que una de las niñas desaparece, y solo queda una, que paso desde ese día, tenía la fecha en el que se tomo la foto y desapareció de la vida de mi madre la pequeña, ponía "14/05/99 cinco meses y seis días". El catorce se separó de nosotras.. Pero ahí no acaba todo, en la contra portada del álbum había una pequeña hoja pega con un número de teléfono y una calle.
Esto lo debo de estudiar a fondo y saber porque mi madre tiene todo esto guardado, voy a terminar lo que ella nunca pudo acabar, lo prometo, si, la segunda promesa que le hago a mi madre. Cierro la caja, me la llevo a mi habitación conmigo, y dejó todo como estaba.
En mi habitación, miro todo con mas tranquilidad, ya que en la habitación de mi madre me encontraba nerviosa, por todo lo que ha pasado hace poco. Tiro en la cama todo lo que contiene el cofre y hay una pequeña nota, sin duda estaba escrita por mi madre, en ella decía:

" hoy, 17/03/15, hago mi ultima investigación, no hay manera de encontrar a Noa, ya lleva dieciséis años, dos días y dos meses desaparecida, no creo que aparezca, espero lo mejor de mi hija y cuidaré de la otra como si se tratase de las dos, como digo yo es la regla de dos, lo último que he averiguado ha sido un número de teléfono, que lo he pegado bajo el cofre, una llave de una casa, que esta en mi ropero, debajo del suéter azul celeste que tanto me gusta, la llave pertenece a la casa del número de teléfono que dije antes, ahora te toca a ti Samantha, debes de encontrar a tu hermana, cuidado no acabes como yo, ten precaución, solo deseo que ahora que no estoy yo se cuiden una a la otra, te quiero pequeña."

Me acabo de quedar en shock, ni madre había muerto por buscar a su hija. Creo que Mateo no debe de saber nada, pero John debería de ayudarme, sabe como me encuentro y no ha venido a verme aun, así que he decidido de ir a verlo yo y contarle lo ocurrido.

_ Mateo, voy a dar una vuelta, necesito coger aire-. Afirme y sin dejar que me contestara, he abierto la puerta y he salido, supongo que lo he dejado con la palabra en la boca.

Voy al parque, donde conocí a John, en el mismo banco misma hora y mismo todo, pero no esta, así que me quedo unos diez minutos aproximadamente en el pequeño parque, para despejarme un poco, de verdad necesito hablar con John, le tengo que pedir ayuda, el es el único que ha podido ayudarme desde que llego.
Voy a la casa tardo un poco en llegar, y al fin cuando ya estoy enfrente de la casa toco la puerta, se escucha ruido de adentro pero no me abren, espero y vuelvo a tocar ¿porque no me quiere abrir? Ya se olvido de que existo o que pasa, un poco cansada de esperar me voy, ya es bastante aire por hoy,  así que me voy a mi casa, un poco frustrada, el que nunca me fallaría me estaba fallando ahora.

Al llegar a mi casa, noto que me faltan las llaves y no recuerdo a verlas cogido, así que he olvidado las llaves y Mateo no esta, nada podía ir mejor, estoy en la calle sola, hasta saber cuando, John no me quiere ver, y no se porque, no tengo ninguna razón para que este así, y por último me entero de que tengo una hermana gemela que se la arrebataron a mi madre nada mas yo nacer, si el día mejoraba seria un milagro.
Espero que mi padrastro llegue temprano, ya que empieza hacer frío, y no me gusta esperar, esto se me va hacer eterno.

Mi celular marcan las 22:02, Mateo llegará a las y media seguramente, como todos los sábados, estoy asustada no me gusta estar en la calle tan tarde. Y consigo asustarme más, cuando  un coche igual que el de John se estaciona al lado de mi casa, quiero subir la mirada pero algo me lo impide, cuando consigo el valor para hacerlo veo que era John, parado en el coche mirándome, me levanto lo más rápido que puedo, se lo tengo que decir todo, además le tengo que preguntar que le pasa conmigo, debemos hablar de tantas cosas. Pero cuando consigo llegar al coche, arranca, dejándome con las palabras en la boca y haciendo que algo en mi se destruya, como era de esperar siento la cara mojada, pero me las quito como puedo pues alguien me toca el hombro por la espalda, era Mateo, por fin, ya era hora de que llegara.

_ ¿Estas llorando?-. Dice algo preocupado.

_ Mm, si, es que he recordado a mama, abre anda, estoy cansada, necesito dormir-. Le sonrió.
Me asiente con la cabeza y entramos, yo voy directa a mi habitación, debo acostarme, y me acuesto, espero poder dormir hasta mañana y no despertarme por ninguna pesadilla, porque lógico sería que eso pasará, después de todo lo de hoy.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora