ÉL En mi vida

Capítulo 5

Nuestra siguiente clase era Lenguaje. Ya en el aula me senté en uno de los puestos vacíos. Los alumnos ingresaban rápidamente y de nuevo me quedé pensando. Pensé en lo que acababa de pasar, en Danilo consolándome...En fin.

-Hola de nuevo- dijo Danilo. Me tomó por sorpresa y me sobresalté un poco - lo siento, no quería asustarte.

-Tranquilo, no fue nada.

- ¿Ya estás mejor?

-Si. Todavía estoy avergonzada- expliqué, sonrojada.

-No fue nada. Todos tenemos algo por lo que queremos llorar- dijo Danilo.

Después de eso no cruzamos palabra. La profesora se presentó, pero como yo ya la conocía no presté atención. La clase fue lo mismo que la anterior.
                       ***

Así transcurrió la jornada hasta que se llegó la hora de la salida; los pasillos estaban atestados de gente. Me dispuse a ir a mi casillero por mi bolso. Caminaba cabizbaja con mis libros en las manos, cuando de pronto choco con alguien y caemos al suelo. No pude ver quien era porque estaba sobre mí. Mis libros quedaron esparcidos por el suelo. Pude darme cuenta que había chocado con un chico por la ropa que usaba. Su peso, afortunadamente, logró quedar un poco equilibrado en sus brazos. Levanté la vista para encontrarme con unos ojos marrón oscuro, que me observaban curiosos. También pude darme cuenta de que tenía el cabello largo, un poco más abajo de los hombros, iba vestido de negro y que era muy apuesto.
Lentamente se levantó y me tendió una mano para ayudarme a levantar.

-Oh, lo siento mucho. No era mi intención tumbarte, perdóname por favor- se disculpó. Tomé su mano y me levanté.

-No te preocupes, estoy bien.

-¿Estás segura?

-Si, tranquilo- sonreí - solamente me tumbaste los libros.

-Oh, ya te los recojo-se agachó
Por mis libros. Me los tendió sonriendo-¿Cómo te llamas?

-Michelle Liejett, ¿y tú?

-Ian Carter-me tendió su mano, la cual estreché, y me dio un ligero beso en la mejilla. Sentí que alguien nos observaba; era Danilo, el cual se acercaba a nosotros mientras ponía cara de pocos amigos.

-Veo que ya se conocen-  dijo amargamente.

-¿Algún problema, Woods?- dijo Ian.

-No, ninguno. Te veo luego, Michelle- se despidió de mí con un beso en la mejilla, mientras me susurraba: - te espero en la salida.

Se alejó de allí y me quedé sola con Ian.

-Bueno, Ian me gustó conocerte. Adiós- me despedí de él con la mano, pero a él no le bastó porque me tomó por ésta, me atrajo hacia sí y me besó en la mejilla.

-Adiós, Michelle- dijo y se alejó.

A lo lejos pude ver a Rose y a Chris observándome curiosas. Lentamente se acercaron.

-Oye, veo que te fue mejor de lo que esperabas-dijo Rose burlona.

-Basta. Solamente me choqué con Ian, caímos al suelo y ya-expliqué.

-Aaaa... Conque Ian- dijo Chris mientras reía.

-Basta. Me voy, adiós.

-Oye, ¿no nos iremos juntas hoy?- preguntó Rose.

-Ok, pero voy con alguien

-Jum, quién podrá ser...- dijo Chris. Inmediatamente Rose y ella rompieron a reír.

-Maduren-dije burlona.

Fuimos hasta la salida del instituto. Miraba en todas las direcciones tratando de encontrar a Danilo. Chris lo notó.

-¿A qué o a quién buscas?

-Estoy buscando a...- fui interrumpida, porque depronto alguien me tapó los ojos por detrás. No pude saber quien era hasta que me susurró:

-Adivina ¿quién soy?

-Oh, por todos los cielos al fin apareces- dije.

-Todavía no has adivinado.

-Ok, eres Danilo- dije riendo.

Inmediatamente retiró las manos dejándome ver de nuevo. Miré a las chicas, quienes observaban la escena.

-Chicas, a él- señalé a Danilo- era a quien buscaba.

Las dos sonrieron de forma pícara, por lo que inmediatamente me sonrojé.

-Chris, Rose él es es Danilo Woods- los presenté.

-Un gusto conocerlas- estrechó la mano de cada una.

-Bueno, creo que ya podemos irnos- dije.

-Ammm... ¿Sabes qué, Michelle?, acabo de recordar que Rose quedó de ir a mi casa a darme clases particulares. Creo que tendrán que irse ustedes solos a casa- dijo Chris burlona y Rose a su lado trataba de aguantar la risa.

-Oh claro, lo había olvidado por completo- dijo Rose tomando el brazo de Chris- nos vemos luego Michelle.

Ambas se despidieron de mi riendo y secreteándose.

-Adiós chicas. Las llamo en la noche.

Me giré para encontrarme con un Danilo sonriente.

-¿Vamos?- preguntó.

-Vamos- dije.