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Luego de haber salido con James y su tropa, decidí volver a casa en taxi.
-He, Mia, ¿adonde has pasado la tarde?.- era mi hermana.
-Solo, sali a conocer el lugar, ¿y que tal tu primer día?.
- ¡Fantastico!, conocí mucha gente genial
- Interesante-. Le respondí distraída ya que, estaba ocupada buscando los libros para el día siguiente.
-Bueno te dejo hermana, debo arreglar mis cosas, adiós.
-Adiós.
  A la mañana siguiente, debía comenzar a evitar a esos idiotas, no quería tener ninguna relación con ellos. Sería los más ridículo que podría hacer si me acercaba a ellos, nadie por más tonto que fuera, por más drogado que este, saldría con ellos luego de conocerlos. Pero nadie los conocía, por ser populares, además la niña nueva, sin un estatus podría estar con ellos en ningún momento del día, ni de la noche claro.
  23:56 PM: La luz de mi habitación estaba apagada, y yo estaba en la ventana viendo hacía el patio trasero, era hermoso estar así hacía esas horas, donde reina el silencio y la oscuridad. Era el único momento donde me sentía bien, seguro ese era mi lugar.
2:15 AM: Me estaba poniendo un abrigo, y saldría a echar un vistazo, atrás de mi casa había un bosque que no se veía espeluznante y era bueno juntar las ideas en un paseo contigo misma. Ya que no podía dormir tenía que hacer algo y dejar de dar vueltas en mi cama.
Salí a el patio trasero y vi que alguien saltaba hacia mi patio, no podía observar quien era, hasta que la silueta fue alumbrada por un foco. Era el estúpido atractivo.
- Dios deja de seguirme.
- Mia, yo a ti no te sigo, sólo salí a mi patio y te vi, valla eres mi vecina.
- Idiota.
- Vamos Mia, no seas así con quien te ha recibido el primer día.
- Ok, pero solo porque me harto de que seas así de insistente.
- ¡Súper!. Y, ¿que hacías sola?.
- Iré a dar un paseó por este bosque.
- Te acompaño.
-¿Que?, ¡no!-. Le dije en susurros y con el seño fruncido.
- Vamos, soy el único que te puede enseñar algo de ahí dentro.
- ¿Que?.
- Ven y verás
3:05 AM: Dimos una caminata bastante larga hasta llegar a una roca, el la rodeo y dijo que lo siguiera, entramos por un agujero y era una cueva, oscura, y por dentro había un río con el agua bastante cristalina.
- Es hermoso-. De seguro me veía estúpida con la cara de sorpresa.
-¿Hermoso?, hay cosas más hermosas.
-¿Como que?-. Se lo dije con un tono crítico.
- Tú, por ejemplo- se me comenzó a acercar, diablos Mia, que haz hecho.
- Eso.. Eso.. No.... No es cier... Cierto-. Comencé a balbucear mientras el se me acercaba, pero como no hacerlo. Se me anudaba el estómago mientras se seguía acercando y me tomo de la cintura, claro yo quite sus manos de ahí.
- Claro que lo es, mirate, ese cuerpazo, ese cabello color miel, esos ojos azules, esos labios tan rojos y besables.
- No, no es así-. Lo aleje de mi.
- Como digas, pero eres preciosa, y lo noté en cuanto entraste por la puerta principal. Todos te observaban.
- Eso no paso, en mi mundo no.
- Deberías volver a el real.

¿Esta sonrisa?, tu la provocasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora