Lobo y Luna

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Se tumbo sobre la cama, se toco la cara y seguidamente sonrió como una tonta al recordarla. Su mirada, verde como una esmeralda pulida y cuidada mostraba satisfacción al ver como Martina se sentía diminuta ante ella. Un demonio intimidado por un ángel,  uhm, sonaba divertido y a su vez extrañanamente lascivo. Miro el techo de su habitación, pensativa, se levantó de la cama para alcanzar su block de dibujo, lo agarro con cuidado y lo abrió por una hoja en blanco, saco punta a su lápiz y comenzó a hacer lineas que en escasos segundos se convirtieron en un precioso boceto lleno de realismo. Sus pecas, adornando su perfecta piel por los pómulos y por su nariz. Unos ojos perfilados y con una mirada ardiente [que si no fuera por que es un dibujo podría decirse que las brasas de una hoguera refulgían en el interior de sus abrumadores iris]. La punta de su lápiz resbalaba por el folio , formando trazados que después terminarían siendo dos preciosas alas blancas creadas por plumas que le daban un aspecto voluminoso e imponente.  Seguidamente, siseandolo como si se tratara de una serpiente, susurró:
-ella es un ángel realmente.
Sacudió la cabeza mientras miraba la puerta de su habitación. Miro de reojo el reloj que había sobre su mesilla [3:20 am] se iluminaba en la pantalla. Y seguidamente su móvil vibró alternativamente ~Paola~ logro leer en la pantalla antes de descolgar.
-¿estabas dormida?-preguntó una voz melancólica al otro lado de la linea.
-y eso que importa-le respondió Martina mientras se sentaba con las piernas cruzadas sobre el mullido colchón -¿que te pasa, pequeña?
-tenia ganas de hablar contigo
-¿a las tres y media de la mañana? Marmota, a mi no me engañas- soltó una pequeña risa acogedora.
Se escucho un suspiro y enseguida supo que algo marchaba mal -Martina... ¿cuánto  llevas sin cortarte?
Aquella pregunta hizo que se estremeciera. -por qué  preguntas eso.
-Por las noches no duermes y se que cuando te he llamado no estabas durmiendo. Tu voz al responder era clara , lo único que estaba era cansada.
-Deja de utilizar la psicología conmigo, Paola, estoy bien.
-Entonces ábreme la puerta.
Martina se levanto para encaminarse a la entrada, movió  el manillar hacia abajo y tiro, encontrándose parada frente a ella a aquella chica de característica imagen. La cual nada mas entrar se tiro a sus brazos para abrazarla. Martina tardo en corresponderla -Tranquila...- Susurró. Su pecho temblaba y se contraía por el llanto mientras hundía su rostro en el hombro de la joven de ojos grisáceos.
-tengo miedo.
-de que- pregunto inquieta
-de perderte.
Esa noche las dos durmieron juntas, antes de que su alarma sonara como cada mañana, un ruido dulce y a su vez molesto la hizo despertar del mundo de los sueños.
-Paola...-susurro sintiendo ira en su cuerpo-¡como no te calles juro que me levanto únicamente para arrancarte las cuerdas vocales!- Paola ceso de cantar, salio y se asomo a la habitación [su cuerpo era tapado únicamente por una fina toalla]
-al menos sabes que no me masturbo en la ducha- mascullo mientras sacudía su pelo con una toalla de mano.
-¿Qué?
-las chicas que se masturban en la ducha no cantan mientras lo hacen.
-A veces la confianza da asco. Eso son datos que sobraban.
Mei arqueo las cejas y seguidamente con una sonrisa maliciosa en la boca dejo caer la "prenda" al suelo, quedándose desnuda ante Martina.
-confianza tenemos, de que me sirve taparme entonces.
-¡Paola!- grito, sonrojada por situación.
-¿No eras hetero?- preguntó vacilona mientras se acercaba a ella, retrocedió en la cama y salio de esta con sus manos temblorosas. La alarma de su móvil comenzó a sonar, acompañada por una vibración, al irla a quitar ,la mano de Paola se le adelanto, abrazándola por la espalda. Martina sintió los pechos de Paola sobre su piel.-que te pasa demonio, ¿te pongo nerviosa?-
Martina se levantó, enfadada, se giro para mirar a su amiga y seguidamente, con ira, gritó:
-¡Yo no soy Mei!¡Si te la quieres tirar, adelante, pero no soy ella!
Aquella respuesta la sorprendió. Quedándose sentada sobre la cama de rodillas. Martina tampoco quería decirle eso, estaba molesta consigo misma por el echo de no saber que le decían sus sentimientos. Se vistió con rapidez y salio de la casa. Agarro su cajetilla de tabaco, y se encamino a los tubos del parque, escondiéndose en ellos y poniendo desde su móvil "Dark paradise". Encendió el cigarro y se lo meto en la boca, justo antes de encenderlo.
--que se supone que siento ¿no era hetero? Es imposible que este... enamorada de una mejer-- o eso pensaba ella...
Saco del bolsillo de su pantalón su cartera, la abrió y del interior saco un trozo de papel, en el que en su interior se encontraba su "salvación". La deslizo entre sus dedos, pensativa y se quedo allí  durante dos gloriosas horas hasta que decidió volver a la escuela.
--que se supone que estas haciendo--se pregunto --no lo se--. Recorría la ciudad nevada justo cuando comenzó a caer pequeños copos que esa misma noche [y a lo largo del día] volverían aun mas esponjosa las calles. Como si estuviera pisando nubes.  Se paro frente a las verjas de la universidad y tiro lo que faltaba del cigarro al suelo, sacando su mirada mas fría para recibir a la tormenta junto con las miradas curiosas que se posaban al ver su look oscuro [gabardina negra, camisa del mismo color y unos pantalones vaqueros pitillos junto con unas botas militares de tono oscuro].
Mei la analizo desde el pasillo de cristal y Paola, nada mas verla, corrió sin pensárselo dos veces hacia ella.


***
Segundo capitulo ¿que ocurrirá?

¿Ángel perdido o Demonio buscador?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora