capitulo 4
Baje del auto y vi a lo lejos un jet de color blanco en una de las pistas de aterrizaje. Una mujer nos saludó moviendo su mano de un lado a otro, al lado de un hombre vestido de un blanco impecable. "Nathaniel tenía un problema con el blanco, sin duda". —Su Alteza— la mujer y el hombre llevaban nuestra misma temperatura. Asi que deduje que eran vampiros, pero todo quedó claro debido al saludo de la azafata.
—Ella es Elizabeth, tu nueva ama y reina— mire a Nathaniel sorprendida—Claro, si todo sale bien.
—Eso es magnífico—me asusto la forma en que abrio los ojos con sorpresa.
—Pienso lo mismo—Dijo el hombre vestido de blanco—Su nueva amante es realmente maravillosa— ¿Nueva amante? Este imbécil, ¿Cuántas mujeres tenía o tuvo aparte de mí?
Me paralice al ver el interior, al igual que todo lo demás, los asientos, paredes y el piso eran de color blanco. Me senté en una de las cómodas sillas y Nathaniel se sentó a mi lado, observando su teléfono. Luego lo guardo en su bolsillo—Tienes un problema con el color blanco—él se giró para mirarme.
—Es mi color preferido— se encogió de hombros— ¿Crees que por ser vampiros solo nos gustan colores como el negro y el rojo? —Enarque una ceja—La verdad es que es un color hermoso.
—Hay cosas que no se de ti, si vamos a estar...ya sabes—me miró fijamente esperando que dijera aquella palabra—Juntos—prácticamente escupí la palabra y él sonrió con malicia.
—pregúntame lo que desees, entre tú y yo no pueden haber secretos. Quiero que me conozcas muy bien, porque si eres como espero que seas...entonces pasaremos juntos mucho tiempo—asentí. Su mano roso mi mejilla y mis muslos se apretaron, mis manos temblaron un poco y me giño un ojo. Suspire.
—Quiero saber de las otras mujeres ¿Qué función tengo yo? ¿Por qué yo?
—Bueno, hubieron otras mujeres con las que intente hacer esto y ninguna cumplió mis expectativas. Algunas se suicidaron, otras intentaron huir, no querían hacer lo que les pedía, me aburrieron y por ultimo me traicionaron. Es lo que más odio, ser traicionado; de cualquier forma. A cada una de ellas las mate y si no, murieron por si solas. Espero no tener que matarte a ti—puso uno de mis cabellos detrás de mi oreja—Tu función aquí es servirme. En mi tablero de ajedrez eres mi reina, la única que sabe todo de mí y mi pieza más importante. Eres el arma más poderosa que tengo y también la más frágil. No sabes cómo me encantas Elizabeth. No podría separar ni una silaba de tu nombre—trague saliva— te escogí porque en el tiempo en que te observe me sentí realmente atraído hacia ti y espere tres años para tomar mi decisión. Te conozco más de lo que tú te conoces a ti misma—algo se movió dentro de mí y de alguna forma los nervios me consumían lentamente con sus palabras—Eres demasiado buena Elizabeth y quiero corromper esa bondad por completo ¿Eso está mal? —me miro de lado con una sonrisa torcida.
—yo...no lo sé, no entiendo muy bien lo que harás conmigo, pero sea lo que sea que tenga que hacer; no creo que tenga opción.
—Créeme. Si sabes disfrutar de esto, te encantara la vida que llevaremos.
—No creo que pueda disfrutar estar a tu lado—la azafata se dirigió a nosotros con dos copas con un líquido que parecía ser champaña. Con gracia extendió la copa y dejo a la vista su escote. Reí al ver como se le insinuaba a Nathaniel— ¿Por qué no abres un libro, en vez de tus piernas? —musite y ella entre abrio los labios con sorpresa por lo que dije. Me lanzo una mirada asesina después de eso y Nathaniel froto su barbilla después de que la azafata regresara a la cocina moviendo su trasero de un lado a otro. Bufe — ¿Es enserio? — me miro divertido.
— ¿Qué?
—No entiendo porque las mujeres se te insinúan. Eres un psicópata.
—Bueno, es porque soy muy guapo ¿No crees? — reí.
—Es por el dinero y el poder. Estoy segura—lleve la champaña a mi boca y bebí de ella, con una sonrisa en el rostro.
— ¿Crees que es solo por el dinero y el poder? —puso una de sus manos en mi muslo. Lo mire sorprendida, atónita y realmente nerviosa. Su boca estaba a centímetros de la mía y no pude apartar mis ojos de los suyos. Estaba en mi interior completamente alterada.
—Necesito ir al tocador— me levante del asiento con cuidado de no caer sobre él. Camine hasta el baño y abrí con velocidad la puerta con marco dorado. Entre en ese pequeño cubículo. Moví las perillas del lavamanos; rocié un poco de agua en la palma de mis manos, me mire en el espejo y toque mi rostro dejando que se mojaran mis mejillas—tengo que calmarme—me seque con la toalla de manos.
Escuche el golpeteo de la puerta—Su alteza le eh traído un poco de agua. Por favor abra la puerta— la abrí y ella me estaba mirando con una sonrisa de oreja a oreja, se veía un poco nerviosa y eso me asusto un poco. Me moví para poder pasar por un lado de ella. Me lanzo contra una de las paredes y antes de que pudiera gritar tenía una de sus manos sobre mi boca. Con su otra mano saco lo que parecía ser un cuchillo de madera fina. Abrí los ojos como platos y forcejee para liberarme. Bajo su mano hasta mi cuello y me jalo, para después golpearme de nuevo contra la pared; Lo hizo un par de veces y yo entre cerré los ojos. Lleve una de mis manos a mi cabeza y después de sentirla húmeda la baje a mi vista. Sangre recubría toda la palma de mi mano. Mis ojos fueron hacia la azafata y ella estaba sosteniendo por encima de su cabeza el cuchillo. La vi a punto de clavarlo en mi pecho. Abrio los ojos y un hilo de sangre salió de su boca. Baje mi vista y vi una mano que atravesaba todo el torso de la mujer. Grite al ver la sangre que recubría aquella mano. Mire por encima del hombro de la mujer y era Nathaniel con sus ojos oscuros y sosteniendo aquella sonrisa malévola. Retiro bruscamente su mano y el cuerpo cayó al piso como consecuencia. No sabía qué hacer. Miraba perdida el charco de sangre que empezaba a formarse en la alfombra.
—Es una pena. Es una alfombra preciosa—me tire al piso y moví a la mujer un poco.
—Ella esta...muerta.
—Asi es—levante la vista y vi como lamia la sangre que estaba en sus dedos.
— ¿Por qué? ¿Por qué ella intento matarme?
—Ahora lo sabes Elizabeth. Tengo muchos enemigos y ellos quieren buscar la forma de joderme—suspiro y me extendió su mano—Voy a entrenarte para que nada pueda dañarte, igual que yo... serás indestructible—dude sobre si tomar su mano o no. Sin embargo, no tenía opción; asi que lo hice. Tome su mano y cuando lo hice me levanto de un tirón, rodeándome con su otra mano de la cintura.
Se escuchó un ruido fuerte que provenía de la cabina. Observe a Nathaniel confundida—Parece que tendré que hacer el aterrizaje manual— mire a la cabina y el piloto estaba tirado en el suelo igual que la azafata. Sin duda Nathaniel lo había matado. Se sentó en el asiento y se puso los audífonos que tenía el piloto—Elizabeth ve a abrir la puerta.
—Si...—fui hacia la entrada del avión e intente mover la puerta. Retrocedí unos cuantos pasos. Sin pensarlo demasiado le di una patada y la puerta salió disparada. De inmediato un ruido se escucho por todo el pasillo y una luz roja sobre la puerta empezó a titilar. El viento movió mi cabello con frenesí y una fuerza me estaba atrayendo hacía el vacío. Me gire y vi a Nathaniel mirándome— ¿Ahora qué haremos?
—Saltar — no pude reaccionar cuando él me empujo con una de sus manos fuera del avión. Grite mientras caía en picada por el cielo. Él estaba en frente mío y tomo mi mano.
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Reina Oscura (+16) Disponible en Novelame
VampiroTenía dieciocho años cuando fui coronada reina de la oscuridad. Reina de todas las criaturas de la noche, del pecado y la lujuria. Ame con pasión perdidamente a aquel hombre, peligroso. Derrame sangre pecadora e inocente y traicione a prácticamente...