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​Nos mantienen en dos habitaciones separadas, la veo cada vez que nos toca comer, o que vemos a Cora para nuestro "tour" (oficialmente se le quedó el nombre.) Cora nos cuenta todo sobre el Centro de Condicionamiento. De hecho, nos dice cosas que no debería, pasamos días y semanas planeando nuestro escape, todos los que viven aquí le temen a lo que hay afuera de este mundo, pero a lo que más le temen es a lo que podría haber adentro, muy adentro, casi invisible para nosotros: nuestra propia mente.

​Toda la ceniza que hay afuera es parte de la revitalización terrestre anti-impropietarios de su mente, o algo así, su nombre es raro. Se encargaron de todo lo que hay, (je, había) afuera para asegurarse de que todo lo que estuviera acá (vivo) no fuera a hacer daño a la larga. Ejemplo: que a alguien controlado (por quién sabe quién) le dé por destruir la Tierra contactando a alguien o algo fuera del planeta.

​Los habitantes del edificio son controlados cada cierto tiempo para estar seguros de que "eres tú". Lo que no entiendo es por qué Zai no ha sido analizada.

​"En este edificio, nos encargamos también de recuperar la población, de condicionar la existencia, si hay algún defecto en el control de tus actos, o si ves las cosas diferentes a como son (inventas tu mundo), eres peligroso para la humanidad. ¿Quieres saber si eres real, si existes? Muy bien, tú lo puedes analizar, otra cosa es convencernos de que lo eres". Así explicó una de las investigadoras el "milagroso trabajo" que hacen aquí.

¿La divisa mundial? Comunidad, Identidad, Estabilidad.

Ahora la entiendo, y en verdad creo que la entiendo mejor que nadie, estas palabras fueron dichas hace ya mucho tiempo, por una persona que en ese entonces fue tomado por loco, pero tenía razón, nada es real, o al menos no hay forma de comprobarlo. La divisa puede ser explicada con unas pocas palabras: la comunidad necesita una identidad, algo que los identifique como reales, si logramos comprobarlo, si les damos una identidad, se estabiliza el caos que es causado por el miedo.

Nuestro plan para escapar es el más malo que he escuchado o visto después del mío: llevamos lo necesario para sobrevivir una semana, escapamos por algunos conductos y con la ayuda de la credencial de la mamá de Zaira, los tres nos vamos. Al salir tendremos que encontrar la forma de hallar a Isabela, por la que todavía me pregunto cada noche. Imaginar a esa pequeña niña sin nadie que la proteja, sin nadie que esté ahí para ayudarla, deambulando sola en el desierto, me quita el sueño. Diciendo que la encontramos, enviarán de inmediato a algún escuadrón a buscarnos, nos hallarán y regresaremos a lo mismo, o en todo caso, moriremos de hambre. Ahora que, si nada existe y son puros inventos de nuestra mente para engañar a la soledad, bien podría inventar algo de comer, no sé, algo como un helado.

​En dos días vamos a escapar, yo no quiero formar parte de un proyecto que ya acabó con casi todo el mundo. No quiero vivir encerrado aquí toda mi vida, no quiero ir a misiones en que tendré que condenar a más personas a vivir así, o en que me encuentraré a personas controladas. No quiero que les pase nada, después de todo, son personas. No deseo que nos apuremos mucho en el escape, por fin estoy consiguiendo las respuestas que quiero. Mientras esperamos a que lleguen nuestros guardias para regresarnos a nuestras habitaciones, Zaira platica con su mamá sobre Isabela, quien al parecer Cora apenas pudo conocer durante un año.

​Me quedo sentado junto a ellas escuchándolas. Frente a mí se abre la puerta del cuarto, entra un guardia, Zaira se despide mientras yo me levanto, los dos llegamos a la puerta al mismo tiempo, Zaira sale primero, el guardia da vuelta detrás de ella y la guía sosteniéndola por el hombro. Yo empiezo a salir pero otro guardia me sostiene y me hace volver a entrar.

​- ¡Ey! ¿Qué pasa? -, pregunto apartando sus manos de mí.

​- Ella va a su análisis, tenemos que asegurarnos de que no es controlada. Tú te quedas aquí.

​Le hace una seña a Cora para que salga, ella pasa junto a mí, sale del cuarto y el guardia cierra de un portazo la puerta. Me siento en el suelo, pese a que hay tres sillas a unos cuantos metros.

Zaira es real, estoy seguro.

​No, espera no, no y no. "Solamente existes tú", no lo olvides. ¡Tonto! Nadie existe, ni siquiera Zaira...

​Bueno, está bien si el punto es que nadie existe, está bien, en ese caso... Zaira no es controlada, no, no puede...

​Cierro mis ojos y creo que por primera vez en más de un mes duermo, duermo profundamente. Mi sueño se vuelve un recuerdo que por dentro me hace sonreír al ver a Zaira recargada en sus dos brazos a mitad del desierto, haciendo un ruido como de motor, durmiendo profundamente, mientras que yo por vez primera le hablo a Isabela. De pronto el sueño se convierte en pesadilla, cuando veo a Zaira caer por la duna de arena, inconsciente, sin saber qué es lo que la ha dejado así... veo a los guardias inmóviles y al mismo tiempo espantados, pero ninguno me dice qué sucedió.

​Despierto. Me levanto lentamente, me estiro y doy unas cuantas vueltas por la habitación. La puerta se abre y luego entra Cora con los ojos llenos de lágrimas, mirándome con desesperación, esperando alguna respuesta de mi parte. Me quedo sin palabras, observándola, ella pasa y cierra la puerta, con un trapo se seca los ojos y se sienta frente a su escritorio, me pregunta con la mirada qué hacer, y yo de lo único de que soy capaz en este momento, con el corazón a punto de estallar, es abrir más los ojos esperando poder reprimir el llanto.

​Después de tranquilizarnos, Cora me explica que los resultados de Zaira en el análisis no fueron los esperados. Pregunto cuál de las dos cosas tiene, inventa lo que hay a su alrededor, como ella lo quiere ver, o la peor de las opciones, está siendo controlada por alguien fuera de este mundo.

​Cora vuelve a llorar, y como puede me explica que los resultados han dejado en claro que Zaira es controlada, y por lo tanto es muy peligrosa y que ellos, ellos la van a...

​No lo quiero pensar, Cora se está derrumbando por dentro y yo, yo encontraré la forma de salvar a Zaira.

​Después de un rato meditando acerca de lo quedebo decir y cómo decirlo, le digo a Cora:

​- Con más razón tenemos que salir de aquí. Oficialmente se adelanta el escape, toma todas tus cosas, junta todo lo que puedas. ¿Dónde encuentro a Zaira? La sacaremos de aquí viva, y no vamos a volver.

​Ahora ya nada me importa. Si Zaira es controlada, o no, me da igual. Le debo la vida y me he prometido regresarle a su hermana. Es hora de huir. Esta vez, todo está decidido.

Solos en nuestro universoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora