Capítulo tres
Que la cita nunca llegue
–Necesitarás mucha ayuda de Temari. Ésta no es como Hakuto, probablemente te salte encima y te ataque con sus garras – bromeó.
¿Acaso Kankuro quería decirle que probablemente ella lo odie? Literalmente dijo que ella lo atacaría.
¿Cómo podría enfrentarse contra una mujer?
Gaara era un gran shinobi que se desenvolvía majestuosamente en el campo de batalla, también podía con la política; pero jamás se vio involucrado en una confrontación con una mujer. Así que ¿Cómo debería reaccionar? ¿O no debía reaccionar y tendría que permanecer indiferente? Ciertamente el no lo sabía.
Generalmente podía entender a su hermano, pero cuando hablaba de mujeres definitivamente era más complicado que rellenar una pila de papeleo.
Si su cuñado estuviera aquí en ésta conversación, lo más probable es que se quejase de lo problemático que son las mujeres; pero a pesar de su poco interés en el tema seguramente podría ayudarle con su problema. Después de todo, él siempre tiene un plan.
Quizás sea bueno hacer una video llamada con su hermana y cuñado.
La lluvia torrencial-mente caía por el País del Acero.
Dos figuras se podían ver en una gran e iluminada habitación.
–¿Puedes creerlo? ¡Aún piensan en casarme! ¡¿Acaso no se han dado cuenta de que no quiero atarme a nadie?! ¡Nunca! ¿Lo entiendes? –
Una de las figuras se desplazaba con poca elegancia por la habitación, la otra permanecía sentada con las piernas cruzadas.
La primera era una mujer de estatura baja, piel tan pálida como la nieve y ojos afilados de color verde limón. Su frente estaba cubierta por largos mechones, su cabello era extremadamente largo y lacio de color azul marino. Vestía un kimono negro largo con mangas largas, lucía bordados de flores blancas y el lazo que lo sujetaba era de color bordó.
La segunda figura tenía los mismos rasgos físicos que la primera. Pese a ser varón tenía un parecido notable con la anterior. Su cabello era levemente más ondulado, llegando hasta los hombros. La mitad de su frente estaba cubierta por un extenso flequillo azulado. Vestía un kimono masculino largo de color negro.
–Lo siento...- se disculpó el segundo, su mirada reflejaba pena.
–¿Por qué te disculpas? ¿Aún sigues con eso? – lo miró molesta.
–Es por mí que te están obligando a casarte...-
La mujer suavizó su expresión facial. Suspiró y se sentó en el piso frente al otro, apoyó sus manos en los hombros de él.
–¡Escúchame! No es tu culpa, si vuelves a decir algo como eso ¡Te golpearé! ¿Me entiendes? – presionó el agarre.
–Hermana... Duele...- musitó mientras trataba de apartar las manos de sus hombros.
–¡Pues a mí también me duele cuando te culpas de todo! Duele más que un simple apretón. No seas nena - contestó indiferente mientras se levantaba – Han estado hablando mucho de mí últimamente, es por eso que han tomado esa decisión. ¡Pero que ni crea ése sujeto que pasará de la primera cita! Seré tan molesta que no logrará estar ni diez minutos conmigo ¿Me entiendes?-terminó de decir mientras agitaba su puño.
El menor aún estaba sorprendido. Pese a que conocía de toda la vida a su hermana, aún no podía entender sus rápidos cambios de humor.
–A veces es dulce, otras veces es mejor correr lejos... - musitó bajo para sí mismo.
–¿Qué dijiste? – giró su cabeza en su dirección. La misma mirada del principio lo analizaba.
–Que dulce es correr por los sueños – contestó rápidamente, nervioso.
–Eso es raro – comentó con desgano.
–No lo soy, sólo tengo una visión distinta de las cosas ¿Puedes tocar el cielo con tus manos? Es imposible, pero aun así sueño con eso – sonrió.
- Deberías tener más carácter, después de todo eres el futuro Daimyo. Te pasarán por encima – adoptó una posición de brazos cruzados.
–Lo sé, sin embargo, no creo que lo logre. Uno es lo que es. Yo siempre pensé que tú serías mejor opción para el puesto – dijo sonriente.
–Tsk... ¿Yo? – se señaló con el dedo índice derecho – No lo creo. Primero, tú eres el indiscutible heredero varón, segundo, es demasiada responsabilidad - extendió sus brazos para exagerar.
– Pero si ya eres una mandona...- musitó para él aburrido.
–¡¿Qué dijiste?!- arremetió furiosa.
–¡Que se te da bien mandar! Ya sabes, siempre coordinas todo y, eso...- contestó rápidamente atemorizado.
–Sabes, mejor me voy. Tengo cosas que hacer – susurró.
–¿Qué clase de cosas? – preguntó asustado.
–Ya sabes, investigar gente. Nada fuera de lo común– respondió restándole importancia.
Claro que era nada anormal, si después de todo se trataba de su hermana. Ella siempre estaba un paso delante de los hombres. Pensó.
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–¿Gaara? –
El Kazekage ya había terminado con su jornada de trabajo. Ahora mismo se hallaba en su cómodo sofá a punto de iniciar una video llamada con su hermana y cuñado. Obviamente ambos estaban enterados de todo.
–¿Así que quieres consejos para tu cita, eh? – comentó Temari.
–Que problemático – siguió Shikamaru, tenía los ojos cerrados.
–En realidad me gustaría hablar primero con Shikamaru –
El mencionado abrió exageradamente sus ojos y suspiró cansado.
–Vaya. Cosas de chicos eh – respondió con fastidio. Su esposa sólo bufó molesta y se alejó.
–¿Quieres saber cómo lidiar con mujeres problemáticas?-se rascó la cabeza. Su expresión seguía siendo aburrida.
Gaara asintió tímidamente.
Vaya que ésa sería una semana agotadora.
Sinceramente él quería que la cita nunca llegase.
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No otra vez (Gaara + OC + Terminado)
FanfictionGaara nuevamente debe enfrentarse a una nueva cita de compromiso y a una misión de rango S; pero esta vez su enemigo no sólo es la política, sino una princesa de mala reputación que no hace más que abrumar su mente. Shinobi son los que soportan, él...