Capítulo seis I
Encuentro
- ¡En verdad esto es una molestia! Mis habilidades como shinobi están siendo desperdiciadas – rezongó Ibuki.
El equipo acababa de llegar al lugar acordado para buscar al cliente. Éste era un lujoso hotel del País del Viento, en los oasis.
- No puedes desperdiciar algo que no tienes – susurró Akira.
Akira es un genin recién graduado de la academia, como sus compañeros. De entre los tres actualmente es el más destacado en cuanto a habilidades, siendo el único especialista en marionetas del grupo. Tiene el cabello corto de color blanco, sus ojos son violetas y no tiene buena altura, siendo casi siete centímetros más bajo que Ibuki. Viste una capa color amarillo pálido larga que sólo deja ver su rostro y de la rodilla para abajo, donde eran visibles la mitad de su pantalón y sandalias ninja; en su espalda reposan sus marionetas envueltas en vendajes blancos.
- ¡Cállate, amargado! – contestó fuertemente, mientras alzaba ambos puños al aire.
- ¡Trata de callarme, tonto!- incitó.
- ¡Claro que lo haré! – respondió más furioso.
- Oigan, cálmense... Kurumi-sensei no tarda en llegar junto al cliente – comenta calmada la fémina del grupo.
- ¡Quiero verte intentarlo! –
Ambos estaban fulminándose y preparándose para una inminente pelea, Akira movía sus dedos preparándose, e Ibuki adoptaba una posición de combate. Podía verse en la lejanía la silueta del jounin a cargo junto a la noble, ambas charlando amenamente ignorantes de los hechos aconteciéndose.
- ¡Bastardo! ¡Jutsu clones de arena! – realizó los sellos.
Dos clones de arena de Ibuki aparecieron rodeando al marionetero, pero éste último también había dado inicio a su show al revelar a una marioneta con forma humana vestida con una capa negra.
La niña comenzaba a preocuparse a medida que las figuras eran más nítidas.
¡Par de idiotas! ¡¿No ven que Kurumi-sensei está cerca?! – bramó enfurecida.
Ambos niños dejaron momentáneamente su discusión para centrarse en las palabras de su compañera y corroborar lo mencionado. Instantáneamente se alejaron y guardaron silencio, Ibuki deshizo los clones y Akira guardó su marioneta.
Fueron cuestión de segundos para que el ninja a cargo llegue junto al cliente.
- Chicos, ella es Hiyori-sama. Es parte del consejo del País del Acero –
Los tres niños miraron a la mujer de mediana edad, quién sonreía amablemente.
Hiyori oscilaba los cincuenta años, quizás más o menos. Tenía tez blanca levemente bronceada, ojos negros y una cabellera larga del mismo color sujetada por una coleta. Su rostro pese a la edad era suave y despejado. Vestía un kimono blanco y sobre su cabeza reposaba un sombrero que revelaba su estatus social.
- Mucho gusto, niños – saludó cálidamente, manteniendo su sonrisa.
- Mucho gusto, Hiyori-sama– saludaron.
El viaje comenzó, y los minutos fueron horas, las horas se convirtieron en días y el país del Acero era más notable cada vez.
- Bueno, desde aquí iremos en dirigibles ¿Ok? – comenta indiferente la jounin.
- ¡Si Kurumi –sensei! – respondió la única niña del grupo, el resto sólo asintió con la cabeza.
Ibuki fue el único que no dio ningún tipo de respuesta. Él aún no tenía un buen concepto del cliente.
Él tenía un mal presentimiento y definitivamente, en su opinión, ella no era de confiar. Por lo que sutilmente mantiene vigilado a la noble.
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Gaara se encontraba abordando un dirigible que lo llevaría al País del Acero.
Hace días atrás debió haber organizado todos los papeles urgentes por atender. Ahora sólo rogaba que Kankuro tomara con suma responsabilidad el mando.
De lo contrario él al llegar tendría una gran pila de trabajo, y una batalla con altas probabilidades de perder.
- Gaara-sama ¿Todo bien? – respondió una mujer a su lado.
La mujer era Hisa, una kunoichi de Sunagakure, parte del equipo anbu designados como sus guardaespaldas, junto a tres ninjas más. Su rostro estaba oculto bajo una máscara y su cuerpo también estaba ocultado dentro de una capa con capucha de color beige.
- Sí – respondió seco.
Quizás Gaara había mentido un poco. De hecho, no se sentía muy bien. Estaba abrumado y estresado.
- ¡Hiyori-sama! ¿Dónde estará? – escuchó.
Gaara conocía ése nombre ¿De dónde? Él no lo podía recordar con claridad.
Se giró en dirección hacia dónde se escuchaban los gritos.
- ¡Hiyori-sama! ¡¿Dónde está?! – nuevamente escuchó.
Su vista se agudizó suficiente como para ver claramente a una joven mujer buscar al mencionado.
La mujer era hermosa a su parecer. Tenía un largo cabello oscuro y ojos verdes limón. Su sonrisa era sincera.
En cierta parte se sentía mal por mirar a una mujer siendo que él estaba yendo a encontrarse con otra.
- Pero, en lo más profundo de su ser, no se arrepentía de ello.
Sinceramente quería terminar lo más pronto su misión y sin complicaciones.
¡Hola!
Me he tardado, lo siento. Estuve muy ocupada últimamente y sólo podía escribir míseros fragmentos en el transcurso de la semana.
También he estado puliendo detalles de los primeros capítulos (ya está actualizado aquí) :)
Por cierto, éste capítulo es muy largo. Por lo que se dividirá en partes...
Sin más, nos leemos en el próximo capítulo
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No otra vez (Gaara + OC + Terminado)
Fiksi PenggemarGaara nuevamente debe enfrentarse a una nueva cita de compromiso y a una misión de rango S; pero esta vez su enemigo no sólo es la política, sino una princesa de mala reputación que no hace más que abrumar su mente. Shinobi son los que soportan, él...