Capitulo 8. Piel bronceada y palida

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-Amy es una niña fuerte, tu mismo lo dijiste y lo sabes. Lo siento tanto por tu madre.- le dije con mis rodillas enterradas en el piso de loza gris. Tenia su cabeza entre sus manos y sus nudillos no tenían color, como si tratara de  enterrarse las uñas en el cráneo. Quería llorar por el. Quería ahorrarle el dolor, pero iba a durar y tal vez terminaría muerta mezclándolo con el dolor que ya había sentido en estos días. 

Su hermana esta en coma, y esta muy delicada al tener cáncer también. El no tenia idea de que vendrían a visitar...la sorpresa después de todo no fue como se esperaba. Cuando entre a la habitación vi su pequeño cuerpo, frágil y pálido. Mi corazón se hundió. Mas las esperanzas de que Jason estuviera vivo me aterrorizaban. ¿Que pasaría si esta en la misma condición, si le falta una pierna o un brazo, o esta mutilado? Las imagines de el en agonía en mi cabeza me apuñalaban el estomago. 

-Daniel, ¿que tienes ahí? - vi la punta de un papel algo rasgado saliendo de su mano. Toque su mano y el la abrió lentamente.

Era el dibujo de una mariposa.

Una simple mariposa me llevo a un viaje de recuerdos, como si una película se hiciera en mi mente. Supuse que era de Amy. Jason, yo era su mariposa no? Porque me tuve que tardar en saberlo. Me levante, y sentí como los ojos se iban llenando poco a poco de lágrimas, y como me reprimí y evite derramar una simple gota. Entonces sentí una ráfaga de briza por mi brazo derecho.

Un equipo de cuatro enfermeras y un doctor llevaban un paciente en la cama. El corazón se paralizo para empezar a latir de nuevo a un ritmo que afectaba mis pulmones. ¿Jason? Vi su cabello, y la distancia a la que llegaron el pasillo podía ver su hombro desnudo. Corrí. 

-Disculpe.- choque con un enfermero que salia con unos papeles.  

Pude alcanzarlos, pararon en seco. Y me pude acerca, podía ver su cabello, sus hombros, sus labios, entonces sentí unos fuertes brazos deteniéndome.

-Señorita no puede estar aquí lo siento. - empecé a forcejear con el hombre de cuerpo musculoso y barba afeitada.

- ¡No, por favor! Déjeme verlo.

- Señorita...- me libre de sus brazos y me acerque a la camilla.

Nunca supe lo que era verdaderamente la desilusión, hasta ahora. No era el, sus ojos estaban abierto y eran mas oscuros que la noche. No eran color miel, no eran color miel....

-Esta estable. - dijo el doctor y pasaron por unas puertas, dejándome así. Boca abierta, abrazándome por las costillas. Mi cuerpo no lo soportaba, aun así aguantaba las lágrimas. "No llores, por favor no mas"  Me desplome en mis rodillas, el sonido de personas en los pasillos llorando o hablando en preocupación se desvaneció y por un momento no me sentí en la tierra.

Escuchaba unos pasos, lejos, cerca, lejos, cerca. Una nube negra se poso en mi vista y cuando vi unos centímetros al frente de mi, vi unas zapatillas color rosa muerto y unas piernas forradas por un pantalón de mahón azul claro. Se arrodillo al frente de mi y vi una cortina de cabello negro al frente de mis ojos y unos ojos verde oliva viéndome fijamente.

-¿Estas bien cariño?- una dulce y madura voz de mujer escuche, a pesar de lo joven que se veía. Negué con la cabeza sin poder decir palabra alguna. - Toma.- paso una manta gris por mi espalda y me extendió la mano - Hace frío aquí, ven conmigo.

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La amable mujer llamada Elizabeth me acompaño al comedor. Me compro chocolate caliente. Al principio creía que era una empleada del hospital, pero me contó que esta aquí porque su sobrino de seis años tuvo un accidente pequeño jugando en el patio de su casa y termino con una pierna rota. Ahora entendía porque su tranquilidad y paz en sus ojos.

-¿Que sucedió? Estas en un estado muy triste, no creo que fuera algo pequeño como yo.- me miraba con esa amabilidad y compasión

-Perdí a mi mejor amiga...y, sonara tonto, el chico del que te conté, el que hizo que viniera aquí, el amor de mi vida, también lo perdí. Para siempre.. - mire el vaso medio lleno, tratando de aguantar lo histérica que me sentía por dentro

-Hay lo siento tanto cariño. Eso debe ser horrible, y mas a tu edad.

-El sufrimiento es peor cuando sabes que le debiste decir tanto, hacerle ver tanto...y no tuviste la oportunidad. -hice una pausa, sentía los ojos de ella en mi - Fue mi culpa.

-No, no, no. No digas eso. 

-Lo es, si no hubiera huido, si hubiera soportado la realidad...- ya ella sabia mi historia, no completa pero le había contado cosas claves. Lo que sucedió antes de todo esto, mis razones.

-¿No has pensado en la razón por la que se dirigía a buscarte?- la mire con confusión, con los ojos a punto de cerrarse, los sentía hinchados y ardiendo. - El te amaba Ally.

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Seguimos hablando unos minutos mas, pero mi mente no pida procesar nada. "¿Me amaba? ¡Me amaba! Tal vez, esa fue la razón por la que venia. Tal vez el también quería escapar de la realidad y decirme - Ally, te amo, siempre te he amado, siempre te amare- Tal vez hubiera sentido sus labios una vez mas. O...solo quería disculparse por toda la confusión de hormonas esa noche" Moví mi cabeza levemente tratando de no pensar en una ninguna posibilidad. 

Decidimos regresar a los pasillos, yo tenia que buscar a Daniel. Cuando llegamos al cuarto de Amy, paramos.

-Gracias por la compañia.- dije con un rastro de timidez

-No te preocupes pequeña, nos veremos pronto. - y así entre a la habitación, vi que Daniel estaba sentado con la espalda hacia la puerta, agarrando la mano de la pequeña y entre sollozos diciendo algo que no podía entender. Decidí dejarlo solo.

Partí hacia la habitación de Freddie. Mis zapatos se sentía pesados y me dí cuenta que todavía tenia la manta de Elizabeth. Se la podía dar mas tarde, pensé.  Agarre mi cabello y lo trence lo mas rápido que pude, sentí el frió chocar en la parte atrás de mi cuello. Los cabellos si me pusieron de punta. Esto no era por el frió.

Una chica de mi altura, delgada de cabello cobre oscuro algo nuevo para mis ojos. Piel bronceada pero ahora algo pálida y paso lento iba a acompañada de una enfermera caminando con una bata de hospital y el suero. Estaba sonriendo, una sonrisa que es imposible enseñar aquí en este enfermizo hospital. Me acerque lentamente.

-¿Jessie?- movió su cabeza viéndome, sin sorpresa sin emoción. Solo con confusión, viéndome como si fuera una extraña. 

- Si?- dijo, nada mas

-Jessie, estas bien. Estas perfectamente bien.- aun estaba asombrada

- Disculpa, ¿te conozco?

Mi sonrisa se desvaneció, y conecte la mirada con al enfermera. No, mi mejor amiga, no.

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Ay pero que depresivo D: Lo se. PERDONEN! Me tarde mucho, pero es que he tenido tantos problemas que caí en unos días con mucha depresión :/ La verdad es que padezco de depresión, y por eso estoy loca por llegar a los capítulos felices. Si...si van haber capítulos felices, no se preocupen. Se que algunas han perdido el interés :'( Estoy tratando. Pronto me graduó también y tengo muchas cosas que hacer. Pero gracias por los comentarios del capitulo anterior, me hacen sentir tan nfdewjnfnwe jiji especial! :> las quiero! En verdad. 

Se que casi no tengo tiempo para esta, pero estoy decidida a escribir una historia nueva. Si quieren conocer mas de mi, leanla porque esta basada en muchas experiencias que he vivido, tengo mi propia historia de amor, corazones rotos y muchas cosas mas. Se llamara "El perfecto y el Doloroso"

Silueta de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora