''Tú... otra vez''

Capitulo 5: Barbacoa barbacoa..

Yo estaba ya flipando. Lo de este chico era ya acosarme, no me libro de acosadores ya ni queriendo.

Me levanté al día siguiente sin ganas de ir a clase, ahora que todo mi grupo sabía lo de Macius Solé todo era distinto pero supongo que si me tenían un poco de estima me darían cuartelillo.
Decidí levantarme de la cama, prepararme como cada mañana e ir a desayunar algo..

- ¿Dónde vas tan arreglada cariño?
- A clase papá, a clase. Y voy como siempre - dije cogiendo una magdalena y un zumo.
- Pero si hoy no tienes clase.
- ¿Ah no?
- Mira bien el horario pero diría que no, tienes puente hasta el miércoles.
- ¿Y cómo se me ha podido pasar? Si soy la primera en saberlo!
- Has estado muy ajetreada esta semana, pero no pasa nada, anda duerme un poco más que hoy haremos barbacoa para comer y tenemos visita.
- ¿Visita? - dije achinando los ojos - ¿Que visita tenemos si se puede saber?
- Família y amigo, va, vete a dormir.
- ¿Vecinos?
- Sí, claro, los vecinos son amigos también.
- Tuyos, porque míos ya te digo yo que no. - dije dirigiendome hacia la puerta.

No me lo creo, otra vez. No puede ser que este chico, haga lo que haga, él esté ahí. Me va a acabar agotando la paciencia y eso no es bueno. Y claro, no cabe decir que como hoy se me acerca le retuerzo entero, ya lo puede tener claro. ¡Es que ya es acoso!

Me fui a dormir un poco más peo claro lo que era dormir un poco más se tradujo en dormir como una marmota hasta despertarme por unos golpes en la ventana. Así como pequeñas piedras.
Inconscientemente fui hacia la ventana levante la persiana, aparté la cortina y abrí la ventana. Empezamos bien el día que una de las pequeñas piedras fue directa a mi frente y maldije todos sus santos habidos y por haber. A quién mejor que dedicarle mis insultos que a mi querido y renovado amigo Macius.

- Oh Julieta Julieta, ¿por qué eres tan bien hablada, mi querida Julieta?
- Por favor dime que tú no eres Romeo y que estoy soñando, que no vienes a la barbacoa y que no te volveré a ver en la vida.
- Cariño, sé que me quieres pero todo lo que has dicho es totalmente falso.
- Mierda, mierda, mierda - maldecía mientras cerraba bruscamente la ventana en sus narices - Mierrrrrda.

Cogí el móvil y le escribí a Maik "Mi pesadilla sigue y mi peor pesadilla se ha convertido en Romeo". Dejé el móvil sobre la cama, puse música y me volví a meter en la ducha, para variar. Desconexión total. Nada más salir de la ducha comienzan a tocar mi puerta.

- Solé te juro que como seas tu otra vez te voy a...
- ¿Le vas a qué cariño? - me calló mi padre - ¿Y eso de otra vez?
- Nada papá, ¿qué pasa?
- Verás sé que hay mucha gente ahí abajo que no te cae bien - olé! Se ha dado cuenta - Pero hoy he invitado a gente muy importante de la oficina que me gustaría que se pensara que mi hija es una malcriada - dijo entrando en la habitación nervioso.
- Vale papá, me comportaré.
- Además, tu cumple es dentro de nada y te he traído uns cosita... - dijo abriéndome un neceser con una pulsera preciosa.
- Papá... Aún quedan dos semanas hasta entonces... Es preciosa... Gracias.
- Verás cariño, los 18 son una edad muy importante y será el mejor cumpleaños de tu vida y esta pulsera... Mi vida, esta pulsera era de tu madre, me hizo prometerle que te la daría cuando cumplieras los 18 para que siempre te acordaras de ella aunque los dos sabemos que nunca la olvidaremos - nos mirábamos el uno al otro mientras nuestros ojos se cristalizaban..

Cuando acabó de hablar le di un gran abrazo y antes de irse me dio un cálido beso en la cabeza. Ese gesto que me demostraba que mi padre aún estaba ahí, suavizó todos mis males de la semana, esa pulsera me sacaba una sonrisa solo con mirarla.
Así que decidí ponerme mi mejor vestido para la ocasión, sin ir demasiado arreglada que no valía la pena, unos tacones de cuña alta que me hacían un cuerpazo y sobretodo porque nunca llevaba tacones. Y mi pulsera le daba el toque especial y perfecto. Me miré al espejo e iba espectacular, además me hice rulos en el pelo a ver cuánto me durarían...