Capítulo 3: No siento nada por ti..

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Salí corriendo del insti intentando no toparme ni con Macius ni con mis amigos, ya los vería esta tarde. Salí del insti, vi como Anni se morreaba con el motorista, y cogí el autobús, como cada día, pero vi como todas las personas del autobús se centraban en mi, entonce vi a Lucas...

- Mierda, mierda, mierda... - reaccioné. Lucas era mi... ¿ex novio?. No sé muy bien lo que era por qué salí con él, bueno... quedé con él DOS VECES, justo una semana después de lo de Macius, hace 2 años, así que no se le puede llamar ex novio. La parte mala es que él sigue enamorado de mi aún y yo no, ni lo he estado, me lié con el con el fin de intentar pasar página pero no funcionó así que dejé que siguiera su camino, pero nada, que el chico sigue empeñandose y cada vez que me ve, se pone a hablar y hablar y no calla...

Decidí salir del autobús e ir anadando a casa... en autobús tardaba 5 minutos y andando 15, no era un gran problema ese, además mi subconsciente me decía que tenía que pensar en muchas cosas pero yo no estaba muy segura de querer pensar en eso ni en nada, sinceramente, así que me puse los cascos para no escuchar ni mis pensamientos y empecé a andar.

Cuando llevaba ya unos 10 minutos, estaba ya a unas cuantas calles de mi casa, una moto se me paró justo delante de mi, en medio de la acera, y por poco que me atropella.

- ¡¿Se puede saber que haces subnormal?! - le grité, no sabía quién era hasta que no se quitó el casco - Tú... ¡¿me puedes dejar en paz?!, ¡¿Te das cuenta que casi me atropellas?!

- Venga no exageres - dijo posando su casco en su regazo y seguidamente bajarse de la moto - sube que te llevo - me dijo acercandose a mi con un segundo casco, demasiado cerca, suerte que nos separaba el casco.

- ¿Tu te has drogado? ¿De verdad crees que iría contigo a alguna parte? - respondí, con un tono muy molesto.

- Hace dos años lo hubieras echo... es más... juraría que aún sabes besar. - me miro con cara de pícaro mientras apartaba el casco que nos separaba y se acercaba más.

En ese momento sentía como mi cuerpo se bloqueaba, como mi cuerpo decía ''hazlo'', como mi cabeza decia ''no, no, no, no, vete... ¡ corre !'' y como mi corazón decía ''sabes que te atrae, ¡ bésale !''. De un segundo a otro nuestros labios ya se estaban tocando y él ya había derribado el muro que yo misma había creado hace 2 años, supongo que en ese momento me sentí demasiado débil, demasiado influida por él, así que en cuanto reaccioné y me di cuenta de lo que estaba pasando, no dije nada más, cogí mi mochila, que no sé por qué estaba en el suelo, y me fui corriendo... me sentía derrotada y no me gustaba sentirme así.

- ¡ Martín ! Espera... - oí que decía Macius quedándose cada vez más atrás.

Llegué a mi casa, subí a mi habitación, el único lugar donde estoy a salvo. La siguiente hora se basó en comer y escuchar música.

A la 15.30 salí de mi casa al parque Grandlow, para correr un rato. Casi me como la acera por culpa de mis propios pensamientos que me descontraban de lo único que quería hacer en ese momento; música a tope + correr. Por un segundo me acordé de Anni, es tan patosa...

Corrí una hora y volví a casa por las 16.40, mas o menos, tenía 20 minutos para cambiarme e ir hacia el restaurante, fui rapido para entrar en casa y casi paso por alto que en la casa de al lado había un camión de mudanzas, no le di importancia porqué sabía que si se la daba llegaria tarde a la reunión con los chicos.

Entré en mi casa y mi padre vino a recibirme lo cual ya significaba que había visita.

- Cat, cariño, ¿ya has llegado? - dijo mi padre, ''no, si te parece, soy un espectro'' pensé.

- No tengo tiempo, llegaré tarde al restaurante si me paro a hablar con vosotros o cualquier otra persona que haya venido sin avisar. - respondí, seguidamente me adentré a dejar la mochila de deporte y quitarme las bambas.

- Cat, se más amable que tenemos nuevos vecinos. - dijo mi padre.

- Ahora no tengo tiempo, papá. Mañana les saludo si eso. - dije yendo hacia las escaleras para subir a mi cuarto.

- Martin... ¿no saludas? - dijo una voz, que me era demasiado familiar, cuando estaba a mitad de las escaleras.

- ¿Tu eres el nuevo vecino? ¿En serio? ¿no me vas a dejar en paz? - dije aún de espaldas a él, aunque estaba segura de quién era.

- ¿Y tú no me vas a mirar a la cara? - dijo él.

- No. - respondí y seguí mi camino hasta mi cuarto. Sentía todos los ojos puestos en mi y sobretodo los de Macius en mi culo, lo que en parte me hacia sentir bien y en parte me hacia sentir rabia.

Cuando salí de la ducha, aún mojada, con la toalla de manera que parecía un vestido, un palmo y medio más bajo de la cadera, y con el pelo chorreando, alguien llamó a la puerta.

- Papá, no bajaré... - grité.

Llamó otra vez así que fuí hacia la puerta la abrí de golpe.

- ¿Qué quie... - empecé a gritar, hasta que me di cuenta de que no era mi padre si no que era el increiblemente sexy, digo pesado, Macius. Estaba apollado con la mano en el marco de mi puerta y mirandome como si me fuera a comer o algo por el estilo. Llevaba una camisa blanca de manga larga, pero remangada hasta un poco antes de los codos, desabrochada de dos botones y unos tejanos que le quedaban demasiado bien, bueno, la cuestión es que por alguna extraña razón no dije nada, me quedé ahí, embobada como una tonta lo cual me hizo imaginarme lo peor, así que reaccioné y cerré la puerta de golpe, pero le di en toda la nariz, lo cuál me hizo reir bastante.

- ¡ Auuuuuuu !- dijo él.

- Adiós Solé. - le dije.

- Me sale sangre, abre y ayudame por favor. - me dijo.

No sabía qué hacer, sabía perfectamente que no se iba a ir de ahí tan facilmente y supongo que por ayudarle a dejar de sangrar no pasaba nada. Lentamente fui hacia la puerta y la abrí de nuevo, pero me di cuenta de que seguía solo con la toalla puesta...

- ¡ No te sangra nada ! - grité.

- Lo sé, pero me has abierto. - intenté volver a cerrar la puerta en sus narices pero su brazo me lo impidió, era más fuerte que yo y eso no lo puedo negar.

Almenos decidí alejarme de él, para no tener más sorpresas y me coloqué al otro lado de la habitación, apoyada sobre el pupitre.

- ¿Te han dicho alguna vez que te ves realmente sexy con esa toalla tan cortita? - ese comentario hizo que por una parte me sonrojara y por la otra, me tapara las piernas con las manos.

- ¿Qué quieres Solé? - le pregunté. Me giré para ponerme los pendientes negros con una bolita negra.

- ¿Me llamas por mi apellido por gusto... - hizo una pausa - o por que te gusto? - preguntó.

- ¿Te crees gracioso? - estaba a un metro detrás de mi, demasiado cerca - vete Solé.

- Antes dime que no sientes nada por mi. - dijo. ¿A qué venía ese comentario?¿ De verdad se creía que iba a sentir algo por él depués de lo que hizo hace 2 años?

- No siento nada por ti, nadie en quilómetros a la redonda siente algo por ti. - le dije.

- Mírame a los ojos. - dijo.

Me giré - Ya lo hago. - dije.

- Mírame a los ojos. - repitió - ¿no sientes nada? ¿estás segura? - se mordió el labio inferior i algo se rompió e mi.

- Na... - hice una pausa - Nada... - inconscientemente su acto hizo que yo también me mordiera mi labio después de mirar repetidamente de sus ojos a su boca.

De repente en ese momento, Macius agarró con fuerza mi cara y me besó. No fue el mismo beso que el de antes, el de antes era un beso inocente, este era diferente, apasionado. No me gustaría saber a dónde llegaría la cosa si no nos hubiera interrumpido Lola, la ama de llaves.

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Holaaa de nuevoo, ya sé que hace mucho que no actualizo per entre los examenes y deberes no me ha dado tiempo, en todo caso aquí os dejo otro capítulo e intentaré subier más.

Bueno y ya sabéis, comentad todo lo que queráis

Un beso a todoooos:*

xx

''Tú... otra vez''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora