Las voluminosas botas resonaban al pasar sobre las plataformas metálicas.Media hora antes, alertados por la chispa dorada que iluminó todo el cielo, fue avisado por el capitán. Avanzaba los pasillos sin prisa pero sin pausa, seguro sobre sí mismo e inquieto sobre lo que le dirían. Se detuvo frente a una gran puerta marrón adornada con marcos y pomos dorados. Un hombre mayor le miró y se incorporó abriendo la puerta, seguido de un:
-Por aquí señor.
La habitación estaba completamente a oscuras, tan sólo iluminada por pequeñas fuentes de luz sobre los bordes de las paredes. De entre las sombras un cuerpo se incorporó, apoyándose sobre una mesa, a la vez que una luz cegadora alumbró la habitación entera. Una mujer,fría como el hielo, estaba sentada sobre la mesa de madera. Cruzó sus piernas, a la vez pasaba su mano sobre su rojizo cabello.
- Wilhelm, Wilhelm. Mi pequeño Willy.
- No te enrolles, ves al grano. Todo el mundo ha visto la llamarada sobre el bosque. Y todos sabemos que es una llama mágica, algo está pasando allí.- anunció Wilhelm seguro de sí mismo.
- ¿Que qué es lo que está pasando dentro? Te lo voy a decir lo más delicado posible. Habéis hecho un trabajo de m*, entráis a acabar con el aquelarre y volvéis con un niño y otorgáis un brujo varón a un grupo de brujas camufladas entre los matorrales. Eso es lo que pasa. Así que sal de aquí antes de que me cabreé más y te tire algo a la cabeza.-
Las puertas del pasillo se iban cerrando a mi espalda a medida que avanzaba. ¿Cómo sabía todo esto sin moverse de su despacho? ¿Aqué se refería con todo aquello? No lo sabía, pero esa misma nochelo descubriría.
✞✞✡✞✞
La tarde pasó con un parpadeo de ojos. Con un breve movimiento demuñeca y con la gran compañía de las jóvenes brujas, abandonamosnuestros hermosos tronos y nos adentramos en las cabañas de telapara arreglarnos para el gran banquete de celebración. La noche cayó entre los estilosos peinados, los pequeños tentempiés y las lujosas pieles que nos obligaron a vestir. Cuando quisimos darnos cuenta estábamos más que preparados para nuestra gran noche. Me colocaron en una esquina, apoyado sobre una columna de madera de árbol. No sabía muy bien de que iba todo esto, aún no sabía dónde estaba ni que hacía ahí, pero tan sólo me dejé llevar por la ilusión y la emoción del momento.
Seguidos por la multitud que nos aclamaba, fuimos saliendo de uno en uno de la cabaña para sentarnos en una gran mesa larga y elegante formando un semicírculo. Las brujas nos acompañaron sentadas en la otra mitad del círculo, charlando, bailando y pasándolo en grande.
Una bruja joven, de unos dieciséis años, me tendió su mano, invitándome a bailar.
Cerré los ojos, suspiré profundamente y me incorporé en su mundo.
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Aunque iba sólo, no sentía miedo. Sonreía sin quererlo, pensar en el sufrimiento de todos ellos me hacía acumular la sangre en mis mejillas y reír cruelmente. Paré en seco cuando dos sombras escurridizas se movieron a mi alrededor. Eran dos de ellas. Corrí detrás de ellas, y levanté la pistola. Apreté el gatillo, haciendo que un cuerpo se desplomase en el suelo al momento. Apreté el gatillo varias veces más, penetrando el débil tejido cutáneo y creando espasmos en su cuerpo. Finalmente, después de varios disparos en la espalda, cayó al suelo perdiendo tanta sangre que jamás volvería a levantarse.
La luz de las hogueras se veía desde lejos, así que me limité a sacar el cable que llevaba en la mochila y a rodear toda la vegetación que encontrase, encerrando la fiesta entre paredes de fuego.
Añadí la misteriosa bola de cristal llena de pólvora que llevaba conmigo.Me alejé varios pasos y, cuándo por fin me armé de valor, disparé contra el árbol que más cerca del cable estaba. En una minúscula porción de segundo, al bola se abrió para dejar entrar una chispa,creando un cóctel dispuesto a volar todo por los aires.
Para cuando el árbol se desplomó y todo empezó a arder, yo ya estaba muy lejos.
✞✞✡✞✞
Aunque vimos a varias aves volar descontroladas, las risas y los cantos nonos dejaron oír los pistoletazos. Nadie echaba de menos a nadie, era un día especial. La chica era hermosa. Me observaba con sus ojos de felino, cautivándome completamente. Bajaba la mirada para evitar sonrojarme, pero su sonrisa era más que perfecta. Dábamos vueltas sin parar, riendo y notando la cálida brisa en nuestras mejillas. Se me acercó más, a pocos centímetros de mí. Sus labios estaban cerca de los míos. Se acercó un poco más y me susurró con una voz frágil pero cálida:
- Te he estado observando desde que llegaste..-
Sus labios se acercaron demasiado a los míos hasta quedar unidos. Me agarré a sus brazos con fuerza, buscando sus manos. Las encontré y las apreté. Más calmado, levanté las manos para notar su cara. Me alejé poco a poco de ella, sintiéndola bien dentro de mí. Sonriendo como un idiota, la miré fijamente a los ojos. Pero la sonrisa desapareció cuando en sus ojos no vi nada más que fuego. Medí la vuelta al momento, con el tiempo justo para agarrar su mano con fuerza y gritar.
Corríamos hacía ninguna parte, chocando unos con otros. En un segundo cuatro feroces paredes de fuego rodearon por completo la gran fiesta. La gente no se percató hasta el momento en el que las llamas se les venían encima. El humo se hacía más denso cada segundo que pasaba.Corríamos de la mano, escapando del destino. Caíamos empujados por otros cuerpos sin vida, calcinados y con los ojos vacíos, egoístas y aterrados. Vi el cuerpo del chico feroz, calcinado hasta arriba.
La corteza crujía, envuelta en llamas. Me levanté lo más rápido que pude, pero ella no lo consiguió. Una rama enorme cayó sobre su delicada pierna, aplastandola en medio de las cenizas. Me arrodillé a su lado para sacarla de ahí, pero no podía. Su piel estaba completamente quemada. Atrapada bajo ese infierno de fuego, la besé. Abrió los labios, y me regaló sus últimas palabras:
- Me llamo Evelyn...-
Corría entre el fuego, avanzando entre lo que fue un mágico bosque. Las cenizas se posaban sobre mi piel. El fuego se adhería a ella. Pero no sentía nada. Mi corazón, mi mente y mi cuerpo estaban vacíos, no sentía nada. No me dolía la piel, aunque adquirió un tono rojizo. Salí de ese pequeño infierno justo antes de que los pocos árboles que quedaban en pie cayesen hacía atrás y empezaran a arrasar con todo el centenario bosque.
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Incandescente
FantasyCada dos mil brujas nacidas, un brujo es el elegido. La historia del joven Lance perdurará sellada eternamente en los escritos divinos. Una historia de lucha, pánico y guerra, aferrado a sus raíces y principios ancestrales. Tan sólo el tiempo dirá s...