Narra Hermione.
Al salir de la clase de Runas antiguas fui a la sala común de Gryffindor y me senté en un mullido sillón de terciopelo junto a una ventana para hacer mis deberes. Me costaba concentrarme ya que Draco no se iba de mi mente. De pronto sentí uno golpeteo en la ventana: una lechuza algo anciana, no obstante, muy hermosa, tenia una carta. La reconocí como una de las lechuzas de la pajarera, la había visto la semana anterior cuando había ido a buscar a Hedwig. Abrí la ventana y la dejé entrar. Tenía una carta para mi, de Draco. Alimenté a la vieja lechuza y abrí la nota:
Te espero en una hora en la entrada de los baños de prefectos. Quiero un poco de privacidad.
Con amor, Draco.
¿Decía que me esperaba en la entrada de los baños? Wow. Deje mis deberes a medio hacer sobre la mesa y fui al agujero del cuadro de la dama gorda para salir, rápido. Me quedaban solo unos minutos y no quería ser impuntual.
Justo cuando estaba por salir entró Ron, quien me miró extrañado.(Narradora)
-¿A donde vas tan rápido?-preguntó algo confundido.
-Eh... Me dijeron que Peeves hizo un enchastre cerca de la biblioteca,-mintió- tengo que ir a controlar- añadió la joven señalando su insignia de prefecta.
Ron frunció el entrecejo.
-¿Segura? Vengo de ahí y no hay nada- señaló con la cabeza los libros que cargaba.- Si quieres voy contigo, no te olvides de que yo también soy prefecto- y una chispa de orgullo se vio en sus ojos- Ademas, creo que esto puede ser divertido- añadió entusiasmado.
-¡No!- chilló Hermione.- Eh, quiero decir... Quédate y haz tus cosas- y sin decir más se fue corriendo por el agujero del retrato de la dama gorda. Minutos después estaba entrando a uno de los baños de prefectos con la esperanza de encontrar a Draco ahí.
-Llegas tarde- dijo la voz de Draco muy seria y éste salió de entre las sombras.
-Oh lo siento, es que Ron...
-Era broma- la interrumpió el rubio- Aunque... Me gustaría escuchar eso de Ronald.
Hermione se rió y dio un paso largo hasta quedar a solo unos centímetros del muchacho.
-Eres todo un celoso, Draco Malfoy- Tras decir esto, lo besó. Él respondió al beso y no se soltaron hasta que, en un momento de torpeza, Hermione se patinó y ambos cayeron al suelo uno sobre otro.
Ambos se rieron y en ese momento Draco decidió que no era necesario decirle a Hermione que sería un mortifago. Claro, se lo diría algún día y en ese momento todo cambiaría pero ahora... Ahora quería aprovechar el momento.
-Quiero que seas mi novia- dijo Draco.
-Me encantaría... Pero será difícil mantenerlo en secreto.
-Ahora también es secreto.
-Sí...-dijo Hermione- y no se cuanto tiempo mas aguantaré así. Es difíc...
-No.- dijo Draco tapándole la boca para que dejara de hablar- no lo digas. He estado pensando en eso últimamente y hay mil motivos por los cuales tendríamos que separarnos... ¿Pero, sabes una cosa? Tengo mil y un motivos mas para quedarme contigo.
-¿Como cuales? Dime uno- dijo la muchacha.
-Que te amo. Estoy loco por ti, no puedo sacarte de mi cabeza y no me importa que haya motivos para que nos separemos porque también hay motivos para que estemos juntos. Te amo Hermione Granger.
-Y yo a ti, Draco Malfoy.
Se quedaron ahí, acurrucados en el suelo de el baño de prefectos sin hablar y sin darse cuenta de el paso del tiempo hasta que escucharon un sonido en el corredor y muy disimuladamente, cada uno volvió a su sala común.
Cuando Hermione estaba volviendo a la torre Gryffindor, Peeves apareció y entre risas burlonas le dijo:
-Linda pareja tu y Malfoy. Ten cuidado, los rubios son tontos. Lo vi todo -luego de esto, se fue.
Hermione volvió a la sala común de Gryffindor algo desconcertada y tardó un rato en poder concentrarse otra vez en sus deberes. ¿Y si Peeves abría la boca?
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El error de la serpiente- Dramione-EDITANDO
عشوائيEstando en su quinto año de hogwarts, Draco Malfoy comienza a iniciarse como mortifago. Esto presenta un gran problema para el muchacho ya que sin querer se enamora de Hermione Granger, una nacida de muggles. Draco tendrá que dejar a su gran amor an...